San Pedro Sula, Honduras.
Una agricultura resiliente o inteligente es la opción que Honduras tiene a la mano para afrontar las embestidas del cambio climático, la escasez de agua y garantizar la producción alimentaria.
Especialistas de Empresas de Desarrollo Internacional (Ide) plantean que por el hecho de que este país está dentro del corredor seco de Centroamérica se ve en la obligación de practicar “una agricultura climáticamente inteligente con el agua”.
Esa propuesta implica que los agricultores y ganaderos deben aumentar la productividad en la misma aérea cultivada, deben utilizar sistemas para mitigar los impactos en la ecología y deben adaptarse a nuevas tecnologías.
“Honduras es un país propenso a las variaciones del clima, es un país altamente vulnerable, los pequeños agricultores producen en laderas y estos representan el 75% de la población. Ese es el motivo por el cual hay que aplicar la agricultura inteligente”, dijo Carlos Urmeneta, director de Ide en Honduras.
Esa organización promueve el uso de tecnología de bajo costo, como bombas solares, sistemas de riego que funcionan por gravedad y uso de materia orgánica como fertilizantes.
“El clima cada vez será más cambiante. Los agricultores deben estar preparados, deben aprender a hacer cosechas de aguas lluvias y usar sistemas forestales”, dijo.
Ide es una organización fundada en 1982 en los campos de refugiados en Somalia y desde entonces promueve la agricultura resiliente en Asia, África y América Latina.
Esa organización calcula que el 70% de las personas más pobres del mundo son pequeños agricultores y es la población que se encuentra más expuesta al cambio climático.
Timothy Prewitt, director de Ide, viajó la semana pasada desde Denver, Colorado, para ofrecer una conferencia en San Pedro Sula sobre los efectos del cambio climático en la agricultura centroamericana.
A los agricultores y estudiantes que participaron en la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC), Prewitt los exhortó a emplear nuevas prácticas para asegurar la alimentación en el futuro.
“Nosotros ofrecemos ayuda a los agricultores de Honduras, tecnología y entrenamiento para que puedan trabajar la agricultura inteligente”, dijo Prewitt.
Esta organización les propone a los agricultores la utilización de sistemas agroforestales combinados con los cultivos de cacao y café para producir biomasa para garantizar y proteger los recursos hídricos.
Además, ha observado en la zona rural de Honduras que la agricultura es desempeñada solo por personas adultas y ha visto que los jóvenes se van a las ciudades importantes o al exterior. Urmeneta es del criterio que es “necesario motivar” a los jóvenes para que se queden en el campo y sean ellos protagonistas de una nueva era en la agricultura.
Según ellos, la agricultura inteligente les abre oportunidades de negocios: pueden combinar el uso energía limpia con turismo.
Una agricultura resiliente o inteligente es la opción que Honduras tiene a la mano para afrontar las embestidas del cambio climático, la escasez de agua y garantizar la producción alimentaria.
Especialistas de Empresas de Desarrollo Internacional (Ide) plantean que por el hecho de que este país está dentro del corredor seco de Centroamérica se ve en la obligación de practicar “una agricultura climáticamente inteligente con el agua”.
Esa propuesta implica que los agricultores y ganaderos deben aumentar la productividad en la misma aérea cultivada, deben utilizar sistemas para mitigar los impactos en la ecología y deben adaptarse a nuevas tecnologías.
“Honduras es un país propenso a las variaciones del clima, es un país altamente vulnerable, los pequeños agricultores producen en laderas y estos representan el 75% de la población. Ese es el motivo por el cual hay que aplicar la agricultura inteligente”, dijo Carlos Urmeneta, director de Ide en Honduras.
Esa organización promueve el uso de tecnología de bajo costo, como bombas solares, sistemas de riego que funcionan por gravedad y uso de materia orgánica como fertilizantes.
“El clima cada vez será más cambiante. Los agricultores deben estar preparados, deben aprender a hacer cosechas de aguas lluvias y usar sistemas forestales”, dijo.
Ide es una organización fundada en 1982 en los campos de refugiados en Somalia y desde entonces promueve la agricultura resiliente en Asia, África y América Latina.
Esa organización calcula que el 70% de las personas más pobres del mundo son pequeños agricultores y es la población que se encuentra más expuesta al cambio climático.
Timothy Prewitt, director de Ide, viajó la semana pasada desde Denver, Colorado, para ofrecer una conferencia en San Pedro Sula sobre los efectos del cambio climático en la agricultura centroamericana.
A los agricultores y estudiantes que participaron en la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC), Prewitt los exhortó a emplear nuevas prácticas para asegurar la alimentación en el futuro.
“Nosotros ofrecemos ayuda a los agricultores de Honduras, tecnología y entrenamiento para que puedan trabajar la agricultura inteligente”, dijo Prewitt.
Esta organización les propone a los agricultores la utilización de sistemas agroforestales combinados con los cultivos de cacao y café para producir biomasa para garantizar y proteger los recursos hídricos.
Además, ha observado en la zona rural de Honduras que la agricultura es desempeñada solo por personas adultas y ha visto que los jóvenes se van a las ciudades importantes o al exterior. Urmeneta es del criterio que es “necesario motivar” a los jóvenes para que se queden en el campo y sean ellos protagonistas de una nueva era en la agricultura.
Según ellos, la agricultura inteligente les abre oportunidades de negocios: pueden combinar el uso energía limpia con turismo.
