Villanueva, Honduras.
Varias veces a la semana, Vanessa Santos (34) se ve obligada a comprar botellones de agua purificada para lavar el uniforme escolar de su niño y para que su esposo pueda bañarse.
Santos vive en la parte alta de la aldea El Calán, Villanueva, y pasa días completos
esperando que caiga en la pila aunque sea una gota, pero esto no ocurre.
Como es casi un milagro que se dé ese ansiado evento, Santos le quitó la llave al tubo para que, según ella, el agua “salga” a cualquier hora, “cuando se le antoje al fontanero mandarla”.
Santos está segura de que a su casa no llega el líquido porque “el pozo también tiene malo el cheque y solamente hay que cambiar la pieza para solucionar el problema”.
La pieza a la cual hace alusión esta ama de casa no existe, tampoco el problema que, como chisme, se propaga entre los vecinos. Aunque la verdadera causa está frente a sus ojos, ellos no se percatan y creen que se trata de una simple negligencia.
Esta aldea es atravesada por la quebrada Chasnigua, un riachuelo que durante los inviernos copiosos ha causado inundaciones; pero en los últimos 20 meses ha permanecido completamente seco.
Aguas del Valle, la empresa municipal que administra el agua en Villanueva, les ha llevado el líquido a las pilas de los consumidores, como Santos, desde fuentes subterráneas que se encuentran contiguo a esta quebrada.
En los últimos meses, esa empresa ha detectado que los pozos ya no producen la misma cantidad porque el recurso se ha disminuido en el manto acuífero.
“En los últimos dos años hemos tenido problemas con la producción por la escasez de aguas lluvias. Esto ha profundizado el nivel freático”, explicó Pedro Velásquez, gerente de Aguas del Valle, una empresa municipal desconcentrada.
Velásquez es del criterio que Villanueva debe poner en marcha un plan maestro (de 2007) que supone una inversión de más de L150 millones para los próximos 20 años.
“La situación que estamos viviendo es producto de la falta de inversión en las últimas dos décadas”, aclaró Velásquez.
Villanueva, San Manuel y Pimienta conforman una mancomunidad de municipios que suplen los hogares con aguas subterráneas bombeadas con energía eléctrica.
“Villanueva es donde hay más problemas, pero los tres municipios tenemos crisis de agua. Esperamos que llueva para recuperar las zonas de recarga”, dijo Ricardo López, gerente técnico de la mancomunidad.
En Potrerillos la situación es similar. En algunos barrios y colonias el agua llega pocas veces a la semana y por ratos. En otras zonas fluye con más frecuencia.
Periodistas de LA PRENSA, en compañía del alcalde Crox Tovar, constataron que la quebrada El Zapote que aporta parte del agua se ha convertido en un canal desértico.
“Pero nosotros vamos a hacer dos perforaciones más para que la crisis no sea más grave”, dijo Tovar.
Contraste
Mientras estos municipios sufren, Puerto Cortés ha dejado atrás esos episodios desoladores.
En 2016, sus habitantes tienen todos los días agua potable que en un 80% es aportada por el río Tulián.
“Usted abre un grifo ahora y hay agua para consumo humano. Desde inicios de año tenemos una planta potabilizadora”, argumentó Jorge Aguilera, gerente de la empresa Aguas de Puerto Cortés, la primera Alianza Público-Privada (APP) del municipio.
En Omoa, municipio flanqueado por los ríos Motagua, Omoa, Tegucigalpita y Chiquito, no experimentan una escasez grave, pero no tienen agua potable.
Los habitantes podrían tener agua de calidad porque el Gobierno de España les donó una planta potabilizadora valorada en L26 millones, pero
esa planta está fuera de servicio desde que resultó dañada tras el sismo de mayo de 2009.
Varias veces a la semana, Vanessa Santos (34) se ve obligada a comprar botellones de agua purificada para lavar el uniforme escolar de su niño y para que su esposo pueda bañarse.
El agua se encuentra más profunda
En Villanueva las fuentes subterráneas han estado a unos 220 pies, ahora, se hallan a más 400 y 500 pies, es decir, están más profundas
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Como es casi un milagro que se dé ese ansiado evento, Santos le quitó la llave al tubo para que, según ella, el agua “salga” a cualquier hora, “cuando se le antoje al fontanero mandarla”.
Santos está segura de que a su casa no llega el líquido porque “el pozo también tiene malo el cheque y solamente hay que cambiar la pieza para solucionar el problema”.
Pozos perforados en las orillas río Ulúa aportarían agua a los municipios.
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Los pozos aportan menos producción
La cuarentena de pozos de Villanueva aportan un 50% y 60% menos de agua a consecuencia del extenso período de sequía
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Aguas del Valle, la empresa municipal que administra el agua en Villanueva, les ha llevado el líquido a las pilas de los consumidores, como Santos, desde fuentes subterráneas que se encuentran contiguo a esta quebrada.
En los últimos meses, esa empresa ha detectado que los pozos ya no producen la misma cantidad porque el recurso se ha disminuido en el manto acuífero.
Aguas de Puerto Cortés ha invertido 150,000,000 lempiras en tres años para lograr en 2016 contar con un suministro de calidad.
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1,300,000
Galones diarios
En Villanueva registran un déficit millonario de agua al día por la escasez.
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“La situación que estamos viviendo es producto de la falta de inversión en las últimas dos décadas”, aclaró Velásquez.
Villanueva, San Manuel y Pimienta conforman una mancomunidad de municipios que suplen los hogares con aguas subterráneas bombeadas con energía eléctrica.
Habitantes afectados embasan agua en botes de refresco.
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47,000,000
De lempiras
Es la inversión a corto plazo que en los cinco años próximos Villanueva debe invertir para que la crisis no se repita
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Periodistas de LA PRENSA, en compañía del alcalde Crox Tovar, constataron que la quebrada El Zapote que aporta parte del agua se ha convertido en un canal desértico.
“Pero nosotros vamos a hacer dos perforaciones más para que la crisis no sea más grave”, dijo Tovar.
En Omoa, la Municipalidad mantiene abandonada una planta potabilizadora.
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Mientras estos municipios sufren, Puerto Cortés ha dejado atrás esos episodios desoladores.
La Lima
Las autoridades locales registran menos producción de agua en los pozos
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“Usted abre un grifo ahora y hay agua para consumo humano. Desde inicios de año tenemos una planta potabilizadora”, argumentó Jorge Aguilera, gerente de la empresa Aguas de Puerto Cortés, la primera Alianza Público-Privada (APP) del municipio.
En Omoa, municipio flanqueado por los ríos Motagua, Omoa, Tegucigalpita y Chiquito, no experimentan una escasez grave, pero no tienen agua potable.
Los habitantes podrían tener agua de calidad porque el Gobierno de España les donó una planta potabilizadora valorada en L26 millones, pero
esa planta está fuera de servicio desde que resultó dañada tras el sismo de mayo de 2009.
El alcalde de Potrerillos, Crox Tovar, en la quebrada El Zapote, secada por El Niño.
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