San Pedro Sula, Honduras.
Un llamado a orar por las vocaciones y apoyar la misión de los sacerdotes hicieron ayer los obispos en San Pedro Sula.
Monseñor Ángel Garachana y el obispo Rómulo Emiliani presidieron la solemne misa concelebrada en la catedral San Pedro Apóstol por la ordenación sacerdotal del hondureño Ángel Rolando Flores.
El nuevo sacerdote se arrodilló ante el obispo para imitar la acción de Cristo. Luego en un gesto de humildad se postró como una muestra de la fragilidad humana. Toda la feligresía invocaba las letanías a los santos. Monseñor Garachana le impuso sus manos sobre la cabeza y oró por él. Luego procedieron a colocarle la vestimenta propia de un sacerdote y que utilizará cuando celebre las eucaristías a donde sea asignado.
La ordenación es una oportunidad para recordar a los sacerdotes, “a los nuevos y los ya curtidos, el don de su vocación y el compromiso de su ministerio, el amor de Dios que los elige y el amor servicial y entregado que ellos han de tener a los fieles”, dijo el obispo ángel Garachana.
Monseñor Rómulo Emiliani dijo que la diócesis se está haciendo cada vez más hondureña porque son jóvenes originarios de pueblos y ciudades nacionales.
“Soñamos que nuestra diócesis tenga sacerdotes hondureños porque hay muchos jóvenes excelentes, por ello hay que trabajar por las pastorales vocacionales.
El nuevo sacerdote, Ángel Rolando Flores, era vicario en la parroquia La Exaltación de la Santa Cruz, en Baracoa, Cortés.
Ángel Rolando nació en el municipio de Las Flores, Lempira, el 13 de noviembre de 1972.
Después cursó sus estudios técnicos en refrigeración, aire acondicionado y electricidad industrial en un centro técnico profesional.
Ingresó al Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa en 2007 y en 2014, siete años después egresa iniciando su experiencia del bienio pastoral en la parroquia San Juan Bautista.
“Estoy alegre, esto es un acontecimiento de alegría. Le doy gracias a Dios por este ministerio, especialmente a monseñor Ángel Garachana, por la confianza que ha depositado en mí y le doy gracias a toda mi familia, que viene desde mi pueblo, Lempira”, dijo el nuevo sacerdote.
Un llamado a orar por las vocaciones y apoyar la misión de los sacerdotes hicieron ayer los obispos en San Pedro Sula.
Monseñor Ángel Garachana y el obispo Rómulo Emiliani presidieron la solemne misa concelebrada en la catedral San Pedro Apóstol por la ordenación sacerdotal del hondureño Ángel Rolando Flores.
El nuevo sacerdote se arrodilló ante el obispo para imitar la acción de Cristo. Luego en un gesto de humildad se postró como una muestra de la fragilidad humana. Toda la feligresía invocaba las letanías a los santos. Monseñor Garachana le impuso sus manos sobre la cabeza y oró por él. Luego procedieron a colocarle la vestimenta propia de un sacerdote y que utilizará cuando celebre las eucaristías a donde sea asignado.
La ordenación es una oportunidad para recordar a los sacerdotes, “a los nuevos y los ya curtidos, el don de su vocación y el compromiso de su ministerio, el amor de Dios que los elige y el amor servicial y entregado que ellos han de tener a los fieles”, dijo el obispo ángel Garachana.
Monseñor Rómulo Emiliani dijo que la diócesis se está haciendo cada vez más hondureña porque son jóvenes originarios de pueblos y ciudades nacionales.
“Soñamos que nuestra diócesis tenga sacerdotes hondureños porque hay muchos jóvenes excelentes, por ello hay que trabajar por las pastorales vocacionales.
El nuevo sacerdote, Ángel Rolando Flores, era vicario en la parroquia La Exaltación de la Santa Cruz, en Baracoa, Cortés.
Ángel Rolando nació en el municipio de Las Flores, Lempira, el 13 de noviembre de 1972.
Después cursó sus estudios técnicos en refrigeración, aire acondicionado y electricidad industrial en un centro técnico profesional.
Ingresó al Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa en 2007 y en 2014, siete años después egresa iniciando su experiencia del bienio pastoral en la parroquia San Juan Bautista.
“Estoy alegre, esto es un acontecimiento de alegría. Le doy gracias a Dios por este ministerio, especialmente a monseñor Ángel Garachana, por la confianza que ha depositado en mí y le doy gracias a toda mi familia, que viene desde mi pueblo, Lempira”, dijo el nuevo sacerdote.