Tegucigalpa, Honduras.
El proyecto hidroeléctrico Agua Zarca, investigado por la muerte violenta de la ambientalista Berta Cáceres, sigue bajo presión tras el retiro de sus principales aliados financieros y técnicos que han suspendido los desembolsos y anunciado que visitarán sus instalaciones para dialogar con las comunidades que se oponen a la obra.
En el proyecto Agua Zarca, impulsado por la empresa Desarrollos Energéticos S.A (Desa), no participa ninguna institución del sistema bancario y financiero hondureño, sino que todo su financiamiento proviene de organizaciones extranjeras.
La obra busca generar 21.3 megawatts de energía renovable con potencia hídrica y su costo se calcula en más de 40 millones de dólares provenientes de entidades bancarias y financieras internacionales.
El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) es el principal cofinanciador del proyecto hidroeléctrico con una línea de préstamo directo de 24.4 millones de dólares. En su momento, el BCIE señaló que esos fondos serían utilizados exclusivamente para financiar parcialmente el desarrollo, construcción, instalación y puesta en operación del Proyecto Hidroeléctrico Agua Zarca”. El Banco de Desarrollo Holandés (FMO) anunció en marzo pasado que suspendió los desembolsos para la construcción de la hidroeléctrica tras la muerte de Berta Cáceres.
El banco actúa como agente del financiamiento internacional. El FMO señaló en un comunicado que el proyecto Agua Zarca no desplazó comunidades, ya que la hidroeléctrica es del tipo fluyente, es decir, no se forma una represa, además que el curso del río se mantiene, por lo que las comunidades tienen libre acceso al agua.
También la Finlandia FinnFund, que aportaba fondos para la construcción de la hidroeléctrica, suspendió la entrega de recursos mientras se resuelve el caso de la muerte de Cáceres, se realiza una inspección en los territorios de influencia de la represa y se dialogue con los habitantes de las zonas, según anunciaron.
El proyecto hidroeléctrico Agua Zarca, investigado por la muerte violenta de la ambientalista Berta Cáceres, sigue bajo presión tras el retiro de sus principales aliados financieros y técnicos que han suspendido los desembolsos y anunciado que visitarán sus instalaciones para dialogar con las comunidades que se oponen a la obra.
En el proyecto Agua Zarca, impulsado por la empresa Desarrollos Energéticos S.A (Desa), no participa ninguna institución del sistema bancario y financiero hondureño, sino que todo su financiamiento proviene de organizaciones extranjeras.
La obra busca generar 21.3 megawatts de energía renovable con potencia hídrica y su costo se calcula en más de 40 millones de dólares provenientes de entidades bancarias y financieras internacionales.
El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) es el principal cofinanciador del proyecto hidroeléctrico con una línea de préstamo directo de 24.4 millones de dólares. En su momento, el BCIE señaló que esos fondos serían utilizados exclusivamente para financiar parcialmente el desarrollo, construcción, instalación y puesta en operación del Proyecto Hidroeléctrico Agua Zarca”. El Banco de Desarrollo Holandés (FMO) anunció en marzo pasado que suspendió los desembolsos para la construcción de la hidroeléctrica tras la muerte de Berta Cáceres.
El banco actúa como agente del financiamiento internacional. El FMO señaló en un comunicado que el proyecto Agua Zarca no desplazó comunidades, ya que la hidroeléctrica es del tipo fluyente, es decir, no se forma una represa, además que el curso del río se mantiene, por lo que las comunidades tienen libre acceso al agua.
También la Finlandia FinnFund, que aportaba fondos para la construcción de la hidroeléctrica, suspendió la entrega de recursos mientras se resuelve el caso de la muerte de Cáceres, se realiza una inspección en los territorios de influencia de la represa y se dialogue con los habitantes de las zonas, según anunciaron.