Tegucigalpa, Honduras
Desde su niñez era la protectora de sus hermanos mayores cuando se metían en problemas o hacían alguna travesura, en especial del ahora presidente Juan Orlando Hernández. Ese instinto de protección aún perdura y hoy es la mano derecha y principal asesora del gobernante en materia política, estrategias y comunicaciones.
Hilda Hernández cuenta retazos de su infancia y juventud en el campo, sobre las faenas en las fincas de café y las tertulias de la tarde y noche en donde el tema político y las historias del Sisimite y La Sucia nunca podían faltar.
¿Adónde nace y cuáles son sus orígenes?
En la aldea Río Grande, en Gracias, Lempira, en nuestra casa en el campo, integrante de un grupo familiar apegado a los principios cristianos, donde el trabajo era la orden del día y junto a los trabajadores, que ahí habitaban, formábamos una sola familia.
¿Qué recuerdos o anécdotas guarda de su infancia?
Muchos, pero, especialmente, las largas pláticas después de las comidas con mi padre era lo mejor, en esos inolvidables momentos aprendí de política, de liderazgo, conversábamos sobre las noticias que en esa época se generaban en el mundo. Era un ambiente muy bonito. Cómo olvidar los atardeceres en el patio de secar café donde nos acomodábamos con mis hermanos y los trabajadores, ellos contaban sus historias del Duende, la Sucia y el Sisimite para meternos miedo.
¿Cómo fue su relación con sus hermanos y con quién de todos convivió más?
Muy buena con todos, mi padre decía: la familia es lo más importante y no permitía pleitos, yo siempre andaba cuidando a mis hermanos mayores y menores. Con quien hicimos más cosas juntos fue con mis hermanos menores Juan Orlando, Aixa y Juan Antonio.
¿Cómo se llevó con el ahora presidente Hernández?
Una relación de dos hermanos que disfrutan de los detalles, desde jugar en el río, arrear vacas, cortar café, ir al kínder, discusiones infantiles como por ejemplo a quién le tocaba cerrar un portón, o protegernos mutuamente ante los castigos o regañadas después de una travesura. Ya adultos, él fue un soporte emocional para mis hijos al morir mi esposo, padre de mis hijos.
¿Quién influyó en su vida?
En la vida de todos mis hermanos, incluidos nosotras, influyó mi padre nos marcó positivamente a todos, y hay rasgos de él que encuentro en Juan Orlando que influyen aún.
¿Cómo recuerda a sus padres ?
Mi madre una mujer abnegada, así la veíamos cocinando, costurando o trabajando en el campo, apoyando a mi papá y a todos. Mi padre, un trabajador incansable, se preocupó en darnos formación para la vida, pero también académicamente. Para ambos lo más importante éramos nosotros, crecimos siempre bajo una férrea disciplina, bajo principios de integridad y de servicio a los demás. Algo que mi padre nos transmitió es el respeto por la gente, por cada uno de los trabajadores a ver a todos como iguales.
¿Por qué la mayoría de sus hermanos llevan el primer nombre de Juan?
Creo que era el nombre que mi padre quería perpetuar; un gesto de amor familiar.
¿De dónde le viene a su familia la vena política ?
Como anécdota: en las tardes, cuando descansaba, los trabajadores que vivían en la finca a veces nos pedían que Juan Orlando o yo los sorprendiéramos con un discurso; mi papá nos daba un tema y debíamos hilvanar ideas, si nos equivocábamos, nos corregía, todos nos aplaudían, pero al día siguiente Virgilio, Higinio, Chepe y Salomé se reían de nosotros.
¿Cuáles fueron las mejores y peores épocas de su vida?
Hay diferentes épocas de la vida de uno, mejores épocas con mi padre vivo, el nacimiento de mis hijos; peores épocas, la muerte de mi padre y la del padre de mis hijos. Sin embargo, de todo lo malo o dramático que nos pasa debemos salir fortalecidos, agradezco cada día a Dios haberme dado luz para sobrepasar esas épocas malas, hoy veo una familia consolidada y llena de ilusiones; cada uno de mis hijos por alcanzar sus metas de estudio y vida.
¿Como entra en política?
Nací en medio de la política, desde niña mi padre me llevaba a todas las reuniones que yo recuerde; escribía las cartas de mi padre al Presidente de turno, en las que solicitaba la ejecución de proyectos para las comunidades, y no olvido su felicidad cuando llegaba un telegrama anunciando el inicio de un proyecto.
¿Aspira a un cargo de elección popular?
Nunca lo he pensado, ya que me gusta más la estrategia, el manejo de crisis, lograr que las cosas sucedan.
No aspiro a un cargo de elección, aspiro a que Honduras sea conducida a mejores derroteros por un equipo comprometido, donde prevalezca el bien común.
La reelección es un tema que despierta sentimientos y opiniones encontrados ¿Usted particularmente qué opina?
Pienso que en cualquier país del mundo lo más importante es respetar el derecho de la gente a elegir. Es un derecho humano inalienable.
¿En el Partido Nacional todos líderes apoyan la reelección de su hermano?
El partido está unido, todos los nacionalistas trabajamos porque Honduras salga adelante y sabemos que la única vía posible es mantenernos dirigiendo los destinos del país.
El pueblo nos ha dado su voto en las urnas en un momento crucial y de nuevo creemos que es el pueblo el que decidirá. Siempre será la ciudadanía que tenga la última palabra en las urnas con su voto.
¿Mencione tres cosas por las cuales el presidente Hernández debe ser recordado?
Por darle seguridad y buscar incansablemente la paz para su pueblo. Por ser un Presidente transformador que atiende directamente a los que nunca fueron considerados, a los más pobres, a través de programas que se cobijan en Vida Mejor.
Por abrir el país a la inversión y por insertar Honduras en la ruta del desarrollo, llevándolo a convertirse en un pilar continental. Por su lucha abierta contra la corrupción y contra la impunidad.
¿Hay Partido Nacional para rato?
Somos la mejor opción para que Honduras transite por la prosperidad, la paz, el empleo, la inclusión.
El Partido está consolidado, unido y profundamente comprometido con Honduras.