Tomado de The New York Times
Según informes de la Inspectoría General de la Policía de Honduras a los que ha tenido acceso The New York Times, dos directores generales de la policía que dirigieron la institución entre 2010 y 2012, los generales José Luis Muñoz Licona y José Ricardo Ramírez del Cid, trabajaron para el cartel del Atlántico junto con más de dos docenas de oficiales de diversos rangos. Según los informes, los generales de la policia organizaron, ejecutaron y encubrieron el asesinato del General Julián Arístides González, zar antidrogas del país. Hicieron lo mismo con el político de la Democracia Cristiana Alfredo Landaverde, colaborador del General Arístides González, que había ejercido también como titular de la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico en Honduras.
Ficha que detalla el organigrama del grupo responsable del asesinato del general Arístides González, publicada por el diario de EUA.
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El Director General de la Policía Salomón Escoto Salinas supo de las actividades de sus compañeros, hasta el punto de prestarles su despacho para coordinar el asesinato del General Arístides González.
Los generales Juan Carlos Bonilla y Ramón Sabillón Pineda, que dirigieron la policía de Honduras entre 2012 y 2014, tuvieron copias de los informes de la inspectoría y no hicieron nada para llevar a los responsables ante la justicia.
Según los documentos internos, quien fuera ministro de seguridad en aquel momento, Pompeyo Bonilla, también supo y no actuó.
Ficha que detalla la participación del general Murillo López en el asesinato del general Arístides González, según publicación del NYT.
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El encubrimiento de los asesinatos tuvo lugar mientras Estados Unidos colaboraba económica y políticamente con la policía de Honduras financiando parte de sus actividades y un proceso de depuración que abandonó a mediados de 2013.
El fiscal general de Honduras, Mario Chinchilla, pidió ayuda a Estados Unidos en 2015 para resolver los asesinatos del General Arístides González y Landaverde. El Departamento de Estado confirmó a The New York Times que Estados Unidos envió asesores pero el caso no avanzó.
Ficha de Winter Blanco que aparece en el informe como jefe del Cartel del Atlántico que “ordenó y pagó a oficiales de Policía por el asesinato de González”.
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La revelación de la responsabilidad de la cúpula policial hondureña en asesinatos de alto impacto sucede la misma semana que se ha instalado la Misión de Apoyo Contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (Maccih). Creada por la Organización de Estados Americanos con el permiso del gobierno, la misión busca responder a la presión ciudadana que durante meses el año pasado pidió en las calles que la comunidad internacional interviniera el sistema de justicia del país. El director de la Maccih, Juan Jiménez Mayor, exministro de justicia de Perú, ha dicho que serán ellos quienes elijan los casos a investigar y que la corrupción policial puede caer dentro del ámbito de competencia de la misión.
EVIDENCIAS
AUTORIDADES SABÍAN DE INFORME
El primer documento demuestra que el exdirector general Ramón Sabillón sabía de la responsabilidad policial en los asesinatos de Julián Arístides y Alfredo Landaverde.
El segundo documento informa al exdirector Juan Carlos “El Tigre” Bonilla de la lista de oficiales y pide su depuración por orden del Ministro de Seguridad, Pompeyo Bonilla.
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