El presidente Juan Orlando Hernández compareció esta tarde para informar que envió al Congreso Nacional en las últimas horas un decreto que tiene como fin declarar como emergencia la depuración de la Policía Nacional.
'Envié al Congreso Nacional una iniciativa de ley especial que tiene como fin declarar emergencia la depuración policial en el sentido que el Poder Ejecutivo requiere de la celeridad del Congreso Nacional', dijo.
Hernández pidió a los diputados de todas las bancadas para que apoyen el debate y aprueben el proyecto, adelantó que el Consejo de Seguridad se reúne esta tarde de emergencia.
'Pido un debate profundo pero rápido porque ya hemos avanzado. He convocado esta tarde para que tengamos a una reunión de emergencia con el Consejo de Seguridad Nacional para informarles de esta iniciativa', informó.
El Presidente dijo que sabe que hay hombres dentro de la Policía Nacional que quieren rescatar la institución y es injusto tratarlos a todos de igual manera pero no va a tolerar más corrupción.
'Quiero ser enfático, no vamos a tolerar que ningún policía sea obstáculo en recuperar la paz del país. Estoy comprometido en construir una policía confiable que no solo se gane el respeto sino también el cariño del pueblo hondureño'.
El proyecto se somete de inmediato ante el escándalo que sacude a la Policía Nacional por el involucramiento de altos jefes policiales en los asesinatos del exzar antidrogas, Julián Arístides González y el analista Alfredo Landaverde.
El mandatario confirmó que ya fueron separados ayer, tal como lo ordenó, tres oficiales que supuestamente se mencionan en el informe de la muerte de González.
Trasciende que el decreto contempla un estado de emergencia para justificar la separación expedita de unos 1,500 policías según informó una fuente del Legislativo.
Fuentes de LA PRENSA detallaron que el decreto contemplaría el pago de prestaciones a los policías que no han pasado las pruebas de confianza y darle la baja a los agentes que tienen cuentas pendientes con la justicia