La muerte tocando a su puerta después de las amenazas, indefensión y angustia total figuran entre algunas de las realidades a las que se enfrentó en sus últimos días el extinto titular de la Dirección de Lucha contra el Narcotráfico (DLCN), Julián Arístides González Irías, antes de ser asesinado el 08 de diciembre de 2009.
Esa información es conocida gracias a un empleado cercano de Arístides quien cuenta cómo llevaba la vida el funcionario hondureño meses antes de ser acribillado.
El hombre cercano a Arístides reveló en el espacio televisivo Interpretando la Noticia de Radio y Globo Tv que era tanta la preocupación que se apoderó de Julián Arístides González Irías, en sus últimos días de vida, que colapsó emocionalmente.
'Yo le sentí a unos tres meses antes de morir como que empezaba a loquear, a decir palabras que 'me andan persiguiendo'', apuntó.
Agregó que comenzó 'a creer cuando fuimos a dejar a la niña -su hija- allá a la escuela a Los Pinares, él siempre se ponía a llorar con la niña, se quitaba los anteojos y los dos se ponían a llorar y sacaba un pañuelo se secaba las lágrimas de él y secaba las lágrimas de la niña también'.
Prosiguió diciendo que 'un día de tantos de esos él me dijo: 'amigo si algún día nos hacen un atentado a nosotros y usted sale ileso se lo pido encarecidamente que me cuide a mi hija porque en esta tierra lo único que quiero es a mi hija, porque estamos en peligro ahorita''.
El acompañante del Arístides también sintió miedo ya que, según sus palabras, eran perseguidos por diferentes vehículos.
'Yo chequeaba las placas y las marcas de los carros y él andaba una computadora para meterse al sistema de placas y él pudo comprobar que todos los carros que nos perseguían a nosotros andaban plaqueados o sea que ninguno andaba legal', explicó.
'Él me dijo un día: —Yo ya no quiero que usted ande conmigo —¿por qué general? —Porque yo sé que usted es una persona humilde y conozco a su familia, y si algún día le pasa algo, su familia me va a echar la culpa porque yo estoy en peligro.
'—General, pero si yo no le tengo miedo a nadie. Pero si usted no quiere que yo ande con usted, voy a respetar su opinión, pero dígame en realidad, ¿qué es lo que está pasando?'
'—Me andan persiguiendo, me dice, y no quiero que usted fracase', reveló. Agregó que puso al tanto a su general que en cierta ocasión un vehículo se le atravesó y de él se bajaron dos mujeres que le quisieron quitar a la niña (hija de Arístides).
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