San Pedro Sula, Honduras.
Los usuarios del transporte público entre Puerto Cortés, Choloma y San Pedro Sula tuvieron dificultades ayer para trasladarse a sus centros de trabajo debido a la paralización de las unidades.
Ayer, más de 60 unidades paralizaron en señal de protesta ante el constante derramamiento de sangre en este sector.
Los motoristas de los buses rapiditos Ticamaya, que cubren la ruta de Choloma a San Pedro Sula y viceversa, dejaron de trabajar desde el miércoles por la noche después que su compañero Willian Baquedano fuera acribillado por un sicario en el interior de la unidad.
Aunque el miedo se ha apoderado de los transportistas, algunos se atrevieron a hablar para pedir a las autoridades una solución inmediata a la ola de violencia que los acecha.
“Le pedimos al señor Presidente seguridad en las calles y que investiguen estos homicidios. Cada día que nos levantamos no sabemos lo que nos va a pasar, estamos atemorizados por lo que está pasando”, dijo uno de los conductores afectados.
Solo esta semana se cuentan cuatro personas asesinadas del transporte público a nivel nacional. “Estamos paralizados porque tenemos temor. La seguridad no vale nada, nuestras vidas están vendidas”, expresó otro motorista.
Afectados
La protesta está afectando a miles de ciudadanos que viajan diariamente a sus centros de trabajo y estudio en San Pedro Sula y Choloma. Ante la medida de presión, militares llegaron ayer a los puntos de buses de este municipio para resguardar a los conductores y tratar que el servicio se reanude.
“Vamos a estar proporcionando seguridad y haremos el análisis del área para tener seguridad permanente en las terminales y algunos puntos en ruta”, declaró el coronel Mario López, comandante del Segundo Batallón de la Policía Militar.
Los pocos transportistas presentes en el punto de El Centro, de Choloma, pidieron tener el acompañamiento de al menos un militar en cada unidad. Ellos no dijeron si el paro continuará hoy.
A medias
Las unidades de las empresas Impala y Caribe con ruta de Puerto Cortés a San Pedro Sula siguieron trabajando a medias. Pese a que más unidades se hicieron presentes ayer a la Gran Central Metropolitana aún no trabaja la flota completa. “No todos están trabajando, los que lo están haciendo es porque los ha apretado la necesidad”, dijo Nelson Fernández, representante del transporte.
“Mi mujer se enojó porque vine a trabajar, no quiere que esté aquí, pero qué le voy a hacer, solo me queda encomendarme a Dios y salir a buscar el pan”, comentó uno de los motoristas. Este lunes acribillaron al motorista Luis Rubí que conducía un bus de Impala en la terminal de buses.
Los usuarios del transporte público entre Puerto Cortés, Choloma y San Pedro Sula tuvieron dificultades ayer para trasladarse a sus centros de trabajo debido a la paralización de las unidades.
Ayer, más de 60 unidades paralizaron en señal de protesta ante el constante derramamiento de sangre en este sector.
Los motoristas de los buses rapiditos Ticamaya, que cubren la ruta de Choloma a San Pedro Sula y viceversa, dejaron de trabajar desde el miércoles por la noche después que su compañero Willian Baquedano fuera acribillado por un sicario en el interior de la unidad.
Aunque el miedo se ha apoderado de los transportistas, algunos se atrevieron a hablar para pedir a las autoridades una solución inmediata a la ola de violencia que los acecha.
“Le pedimos al señor Presidente seguridad en las calles y que investiguen estos homicidios. Cada día que nos levantamos no sabemos lo que nos va a pasar, estamos atemorizados por lo que está pasando”, dijo uno de los conductores afectados.
Solo esta semana se cuentan cuatro personas asesinadas del transporte público a nivel nacional. “Estamos paralizados porque tenemos temor. La seguridad no vale nada, nuestras vidas están vendidas”, expresó otro motorista.
En el bulevar de Choloma a San Pedro militares bajaron a pasajeros para revisarlos.
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La protesta está afectando a miles de ciudadanos que viajan diariamente a sus centros de trabajo y estudio en San Pedro Sula y Choloma. Ante la medida de presión, militares llegaron ayer a los puntos de buses de este municipio para resguardar a los conductores y tratar que el servicio se reanude.
“Vamos a estar proporcionando seguridad y haremos el análisis del área para tener seguridad permanente en las terminales y algunos puntos en ruta”, declaró el coronel Mario López, comandante del Segundo Batallón de la Policía Militar.
Los pocos transportistas presentes en el punto de El Centro, de Choloma, pidieron tener el acompañamiento de al menos un militar en cada unidad. Ellos no dijeron si el paro continuará hoy.
A medias siguen trabajando las unidades de Impala y Caribe por la violencia.
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Las unidades de las empresas Impala y Caribe con ruta de Puerto Cortés a San Pedro Sula siguieron trabajando a medias. Pese a que más unidades se hicieron presentes ayer a la Gran Central Metropolitana aún no trabaja la flota completa. “No todos están trabajando, los que lo están haciendo es porque los ha apretado la necesidad”, dijo Nelson Fernández, representante del transporte.
“Mi mujer se enojó porque vine a trabajar, no quiere que esté aquí, pero qué le voy a hacer, solo me queda encomendarme a Dios y salir a buscar el pan”, comentó uno de los motoristas. Este lunes acribillaron al motorista Luis Rubí que conducía un bus de Impala en la terminal de buses.