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Berta Cáceres, hondureña que entregó su vida en defensa del ambiente

  • 03 marzo 2016 /

La dirigente indígena hondureña Berta Cáceres fue asesinada a tiros en su casa.

Intibucá, Honduras

Berta Isabel Cáceres Flores, una indígena hondureña laureada internacionalmente, quien sucumbió ante las balas este jueves a sus 43 años, fue una incansable luchadora en defensa del ambiente, que denunció incansablemente las amenazas de las represas hidroeléctricas y mineras para los recursos naturales.

Fundadora en 1993 del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas (Copinh), junto a su entonces esposo Salvador Zúniga, Berta se construyó una reputación como defensora de la naturaleza que la llevó a merecer un prestigioso premio ambientalista, pero también a la muerte.

Según su familia, pistoleros entraron la madrugada de este jueves por la parte posterior de la casa donde dormía la ambientalista nacida en 4 de marzo de 1972 y madre de cuatro hijos, y le infirieron al menos dos disparos.

El hecho ocurrió en la ciudad de La Esperanza, 200 km al noroeste de la capital.

Foto: La Prensa

La líder indígena lenca Berta Cáceres fue asesinada en su casa.
- Custodios ancestrales de los ríos -

'En nuestras cosmovisiones somos seres surgidos de la tierra, el agua y el maíz. De los ríos somos custodios ancestrales', declaró el 20 de abril del 2015 al recibir el premio ambiental Goldman en San Francisco, California.

Al fundar Copinh, Berta y Salvador daban un paso al frente para organizar a los indígenas lencas, una etnia de unos 400.000 miembros que viven en condiciones de pobreza entre los departamentos de Intibucá, Lempira y Santa Bárbara (oeste) en defensa de sus territorios codiciados por compañías hidroeléctricas y mineras.

El Copinh se insertó en el movimiento social hondureño en favor de las reivindicaciones sociales y la defensa de la tierra.

Después del golpe de Estado del 28 de junio del 2009 contra el expresidente Manuel Zelaya, Berta y todo el Copinh se sumaron a las movilizaciones de decenas de miles de personas exigiendo la vuelta del destituido gobernante.

La última lucha que emprendía la mujer, de baja estatura, cara redonda, ojos vivaces y abundante cabellera negra, era en defensa del río Gualcarque, en Santa Bárbara, contra una compañía que pretende construir una represa hidroeléctrica.

En el 2013 otra empresa terminó renunciando a una construcción en el mismo río, luego de masivas manifestaciones emprendidas por el Copinh, en una de la cuales murió en junio de ese año a manos de un militar su compañero Tomás García.

La asesinada dirigente ambientalista elevó su voz de protesta a través de manifestaciones públicas y en todo tipo de foros dentro y fuera de Honduras.

'¡Despertemos humanidad, no hay tiempo! nuestras conciencias serán sacudidas por el hecho de solo estar contemplando la autodestrucción basada en la depredación capitalista, racista y patriarcal', demandó en su discurso al recibir el premio.

Después de una reunión con la relatora de los derechos de la Mujer de Naciones Unidas, Tracy Robinson, en abril de 2014, declaraba a la AFP: 'se expuso (a la funcionaria) la persecución del Estado, que se solidariza con los capitalistas nacionales y las transnacionales que se están apropiando del agua y de nuestras comunidades'.

Foto: La Prensa

Berta Isabel Cáceres Flores, miembro de la etnia lenca y madre de cuatro hijos, recibió en 2015 el Premio Medioambiental Goldman

- Acusada por tenencia ilegal de armas -

En 2013, la dirigente indígenas fue acusada por la fiscalía por portación ilegal de armas y ella se defendió ante los tribunales luego de que, según su denuncia, autoridades le pusieron un revólver en su vehículo para incriminarla.

'Me siguen. Me amenazan con matarme. Amenazan a mi familia', había denunciado la asesinada luego de recibir el premio Goldman.

Por su denuncias, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dictó medidas cautelares en su favor, pero el ministro de Seguridad, Julián Pacheco, aseguró que ella había desistido de tener policías cuidándola en forma permanente aunque se le prestaba seguridad cuando lo solicitaba.

'Pedimos justicia, que se descubra a los verdaderos asesinos, no a los gatos (que dispararon). El gobierno es el responsable por esa gran indefensión' que deja a los crímenes en la impunidad, exigió en entrevista telefónica desde La Esperanza a la AFP, Berta Flores, madre de la ambientalista asesinada.