San Pedro Sula, Honduras.
La ocupación de las calles en el centro de la ciudad es más que un conglomerado de personas con puestos de ventas tratando de sobrevivir.
Se trata de diversos grupos que incluyen a maras y mafias que se vinculan a diversos tipos de delitos, entre los que figura la extorsión como uno de los principales. Además se habla de narcomenudeo, tráfico de droga, lavado, y hasta el negocio de grupos extranjeros que se dedican a prestar dinero a los buhoneros, lo que cuando no pagan saldan con sus vidas.
Las investigaciones preliminares revelan que el problema es tan grande que circulan millones de lempiras producto de la venta de las calles sampedranas.
Muchos comercios de la tercera avenida oeste pagan cantidades que superan casi el medio millón de lempiras para que algunos, considerados dirigentes de vendedores, les despejen las aceras y que los clientes puedan ingresar a sus negocios. Otros han optado por cerrar sus tiendas en la antigua Calle del Comercio.
Son situaciones que se han venido agudizando desde hace muchos años y que esta vez el alcalde Armando Calidonio denuncia públicamente en una entrevista a LA PRENSA, al mismo tiempo que pide al Gobierno, Ministerio Público y a la Fuerza Antiextorsión investigar lo que está ocurriendo en medio de las centenares de carpas que cubren ya todo el Distrito Central de Negocios.
Lo que encendió la mecha son los sucesos ocurridos el pasado 16 de febrero cuando un grupo de supuestos vendedores se enfrentó a la Policía luego de un intento de desalojo, lo que desencadenó una serie de eventos, como daños a la propiedad privada y el ingreso por la fuerza a la alcaldía. Algunos dirigentes de las asociaciones reconocieron que no todos los que participaron en los hechos eran vendedores, sino que calificaron a algunos como infiltrados.
El proceso de ordenamiento inició y en el camino han encontrado situaciones inimaginables, confiesa el alcalde Calidonio.
El funcionario acepta que se trata de un tema complejo que tiene una base social, pero con aspectos grises. Dice que se está trabajando en proyectos para la reubicación, en los que ya hay avances; pero situaciones como los actos violentos del 16 de febrero atrasan el proceso.
“Ocupar las calles se ha convertido en un modus vivendi para algunas personas que se llevan de encuentro a la gente luchadora, a los que de verdad quieren trabajar”, dice el alcalde.
Revela que en esos lugares “tan organizadamente desorganizados” pasan situaciones que la gente sabe pero que no comenta públicamente, solo en privado.
En medio de la denuncia, el alcalde asegura que no está en contra de las personas que trabajan en las calles, porque tienen derecho; pero hay que recuperar las calles y aceras que están secuestradas y deben ser devueltas a los sampedranos. “Hemos tenido acercamiento con las asociaciones, pero mientras nosotros hablábamos con ellos, las calles se llenaban más”, aseguró. Reiteró el llamado al Gobierno. “Sabemos que están ocupados con lo que está pasando (operación Avalancha contra la extorsión); pero para ayudar a los verdaderos vendedores y recuperar las calles, la Fiscalía y la Policía de Investigación deben investigar, igual que la Fuerza Nacional Antiextorsión, a los cabecillas y las personas que están en esto (ocupación de calles y aceras) porque no es justo que haya gente disfrazada de vendedores, de gente luchadora”, indicó.
El alcalde denunció que no se ha podido despejar las calles, porque a los empleados les da miedo, ya que han puesto hasta precio a la cabeza de algunos funcionarios.
Calidonio señaló que se están identificando a quienes son los buenos para apoyarlos y empezar a sanear esta situación.
Según la información proporcionada por el alcalde, otro gran problema es que un buen número de personas que se dedica a permanecer en las calles no es de San Pedro Sula, sino de otras ciudades y hasta de otros países.
La ocupación de las calles en el centro de la ciudad es más que un conglomerado de personas con puestos de ventas tratando de sobrevivir.
Se trata de diversos grupos que incluyen a maras y mafias que se vinculan a diversos tipos de delitos, entre los que figura la extorsión como uno de los principales. Además se habla de narcomenudeo, tráfico de droga, lavado, y hasta el negocio de grupos extranjeros que se dedican a prestar dinero a los buhoneros, lo que cuando no pagan saldan con sus vidas.
Las investigaciones preliminares revelan que el problema es tan grande que circulan millones de lempiras producto de la venta de las calles sampedranas.
Muchos comercios de la tercera avenida oeste pagan cantidades que superan casi el medio millón de lempiras para que algunos, considerados dirigentes de vendedores, les despejen las aceras y que los clientes puedan ingresar a sus negocios. Otros han optado por cerrar sus tiendas en la antigua Calle del Comercio.
Son situaciones que se han venido agudizando desde hace muchos años y que esta vez el alcalde Armando Calidonio denuncia públicamente en una entrevista a LA PRENSA, al mismo tiempo que pide al Gobierno, Ministerio Público y a la Fuerza Antiextorsión investigar lo que está ocurriendo en medio de las centenares de carpas que cubren ya todo el Distrito Central de Negocios.
Lo que encendió la mecha son los sucesos ocurridos el pasado 16 de febrero cuando un grupo de supuestos vendedores se enfrentó a la Policía luego de un intento de desalojo, lo que desencadenó una serie de eventos, como daños a la propiedad privada y el ingreso por la fuerza a la alcaldía. Algunos dirigentes de las asociaciones reconocieron que no todos los que participaron en los hechos eran vendedores, sino que calificaron a algunos como infiltrados.
El proceso de ordenamiento inició y en el camino han encontrado situaciones inimaginables, confiesa el alcalde Calidonio.
El funcionario acepta que se trata de un tema complejo que tiene una base social, pero con aspectos grises. Dice que se está trabajando en proyectos para la reubicación, en los que ya hay avances; pero situaciones como los actos violentos del 16 de febrero atrasan el proceso.
“Ocupar las calles se ha convertido en un modus vivendi para algunas personas que se llevan de encuentro a la gente luchadora, a los que de verdad quieren trabajar”, dice el alcalde.
Revela que en esos lugares “tan organizadamente desorganizados” pasan situaciones que la gente sabe pero que no comenta públicamente, solo en privado.
En medio de la denuncia, el alcalde asegura que no está en contra de las personas que trabajan en las calles, porque tienen derecho; pero hay que recuperar las calles y aceras que están secuestradas y deben ser devueltas a los sampedranos. “Hemos tenido acercamiento con las asociaciones, pero mientras nosotros hablábamos con ellos, las calles se llenaban más”, aseguró. Reiteró el llamado al Gobierno. “Sabemos que están ocupados con lo que está pasando (operación Avalancha contra la extorsión); pero para ayudar a los verdaderos vendedores y recuperar las calles, la Fiscalía y la Policía de Investigación deben investigar, igual que la Fuerza Nacional Antiextorsión, a los cabecillas y las personas que están en esto (ocupación de calles y aceras) porque no es justo que haya gente disfrazada de vendedores, de gente luchadora”, indicó.
El alcalde denunció que no se ha podido despejar las calles, porque a los empleados les da miedo, ya que han puesto hasta precio a la cabeza de algunos funcionarios.
Calidonio señaló que se están identificando a quienes son los buenos para apoyarlos y empezar a sanear esta situación.
Según la información proporcionada por el alcalde, otro gran problema es que un buen número de personas que se dedica a permanecer en las calles no es de San Pedro Sula, sino de otras ciudades y hasta de otros países.