26/12/2024
01:11 AM

'Hay suficientes dólares para atender la demanda”: Cerrato

San Pedro Sula, Honduras.

Mientras las grandes economías observan un panorama con nubarrones, en Honduras las autoridades tienen pronósticos positivos para 2016.

Wilfredo Cerrato, coordinador del Gabinete Económico, anuncia, entre otros aspectos, que habrá inversiones millonarias en infraestructura que impulsarán el crecimiento del producto inteno bruto (PIB).

En 2014 hubo una devaluación de 92 centavos y en 2015 de 86 centavos, aproximadamente. ¿El Gobierno mantendrá esta tendencia en 2016?

Recuerde que la autoridad en asuntos monetarios es el Banco Central de Honduras. Es oportuno mencionar que el miércoles anterior presentó el programa monetario en el cual se puede ver la proyección de la devaluación. Hemos visto que en estos últimos dos años la devaluación ha estado dentro de lo estimado por el Banco Central. No vemos nada extraordinario que pueda suceder para no cumplir esa estimación.

Luego de la firma con el FMI, muchos economistas, basados en la página 9 del acuerdo, dijeron que la moneda se devaluará mucho más porque el precio lo determinará un mercado de divisas interbancario y no el Banco Central. ¿Sucederá esto en un corto plazo?

Esos detalles los puede explicar el Banco Central, sobre lo que sería el mecanismo o la metodología. Lo que puedo aclarar, porque he estado en las negociaciones con el FMI, es que el Fondo nunca ha dicho devalúen la moneda. Necesitamos tener reservas monetarias internacionales equivalentes a 4.5 meses de importaciones. Si nosotros no alcanzamos esas metas, algo debe pasar. Exportamos más para tener más dólares o importamos menos para que se vayan menos dólares o el lempira versus el dólar debe tener una diferencia importante. Hay que tener la acumulación de reservas para 4.5 y eso se puede hacer por la vía de la exportación, importación o por la diferencia cambiaria. A pesar de que el precio del café ha bajado (la producción ha aumentado), hemos tenido más divisas, también ha caído el precio de la palma, el hierro y el camarón. Por otro lado hemos tenido el beneficio en los últimos 18 meses del precio del combustible, el cual ha bajado. La factura petrolera se redujo en $680 millones, no se redujo en $880 porque al final consumimos más combustible. También las remesas han aumentado 8% y se calcula que llegarán a 6% este año. Eso nos permite tener menos importaciones y por ese lado se logra controlar el índice cambiario sin necesidad de aplicar un ajuste mayor en la tasa cambiaria.

¿El precio de la moneda seguirá siendo determinado por las operaciones de mercado abierto del Banco Central?

Así como ha estado hora, que el Banco Central pone a disposición dólares y quienes los demandan ofrecen un precio por ellos, así vamos a estar. Entre más dólares tengamos en reservas, podemos poner más dólares en la subastas; si tenemos menos dólares, pondríamos menos en las subastas. Cuando hay menos dólares y todos compiten, entra una presión. Por ahora hay suficientes dólares para atender la demanda.

Muchos hondureños han intentado comprar dólares en las últimas semanas, pero en algunos bancos los han puesto en listas de espera. ¿A qué se debe esto? ¿Hay menos dólares en circulación por mala información?

Qué tristeza que la mala información de alguna gente ocasione especulación, sin necesidad. No se puede crear una alerta de que no hay dólares, porque sí los hay. Tenemos una cobertura de 4.5 meses, cuando antes la meta era de 3.5. Han creado una necesidad ficticia. Hay gente que informa mal y crea una demanda irreal.

Por otro lado, hay una sobreliquidez en la banca, la inflación es baja, las tasas de interés han bajado, entonces, la gente va al banco, pide prestado y compra cosas traídas de afuera. Entonces, unos especulan y se aprovechan de la liquidez y empiezan a demandar dólares para guardar. Otros demandan préstamos para consumo de productos importados. Decía un profesor: tres variables no se pueden tener al mismo tiempo: crecimiento económico, baja inflación y baja devaluación. Llega un momento en que una de ellas hay que sacrificarla. Esas son las herramientas fiscales o monetarias que se mueven para que la economía crezca. El dólar se está comportando.

En 2002, la Tasa de Política Monetaria (TPM) era de 7%, ahora es menor (6.25%). ¿Este cambio a qué obedece?

Eran tasas muy altas que se establecieron. Había mucho dinero en la economía, la economía crecía, pero la inflación también iba muy alta. En aquellos tiempos se buscaba bajar la inflación, la inflación era hasta de dos dígitos, y por eso se elevaron esas tasas.
Con esa sobreliquidez que hay y con una economía que había dejado de crecer no hay necesidad para que la Tasa de Política Monetaria esté muy alta.

Foto: La Prensa

¿De qué manera se beneficiarán los hondureños con la reducción de la TPM? ¿Observará una baja en las tasas de interés, por ejemplo?

Recordemos lo que ocurría en 2013. Por ejemplo, teníamos ingresos de 100 y gastos de 150. Al final teníamos negativo 50. Ese es el déficit. Hay que salir a buscar esos 50 para que el déficit quede en cero. Cuando el déficit es grande hay que salir a buscar dinero, y cuando es pequeño se busca dinero en menor cantidad. En 2013, el déficit fiscal fue de casi de 7.9%, equivalente a 32,000 millones (negativo). Tres años después, el déficit es 3% (equivalente a 12,000 millones). En tres años se redujo el déficit en 20,000 millones de lempiras. Si no lo hubiéramos reducido, nos hubiera tocado ir a la banca a buscar ese dinero. El Estado tiene una incidencia en un 40% en la liquidez que hay en el sistema financiero. Como el Estado no ha gastado innecesariamente, no demanda ese dinero, ese dinero está allí. Antes los banqueros se lo prestaban al Gobierno y ganaban intereses, 13% a tres años, 14% a cinco años, 15% a siete años. Hoy ganan menos, 8%, 9.5%, 10%. Cuando los bancos miran que el Estado no pide más prestado ponen el dinero a disposición de la gente y se ven obligados a bajar las tasas de interés. También el Banco Central junto con la Secretaría de Finanzas deben ponerse de acuerdo y bajar las tasas coordinadamente.

El año pasado, la inflación llegó a 2.4%; sin embargo, la clase media no siente un beneficio, pues compra muchos productos que no están en los 282 que mide el Índice de Precios al Consumidor (IPC). ¿Debería el Gobierno utilizar otra metodología para medir la inflación?.

Cuando alguien gana el salario mínimo cubre la necesidad básica, cuando alguien gana más del salario mínimo cubre sus necesidades básicas y cambia su patrón de consumo porque le queda un poco más de dinero. Entonces, no va a la pulpería a comprar, va al restaurante, compra más combustible y no deja el carro descansando. Quiere decir que hay gente que antes ganaba menos y ahora gana más. Es difícil llevar a la par dos variables: crecimiento económico alto e inflación baja, más en un país adonde el crecimiento se basa en consumo y no en exportaciones. Yo valoro más un cambio de metodología que un cambio de patrones de consumo, porque la gente está teniendo un mayor poder adquisitivo, la gente está más preparada, más educada, su mano de obra vale más que hace diez años.

El representante del FMI dijo que la inflación sería de 5% en 2016, ¿cuál sería la causa del incremento?

La reducción del precio del petróleo ha bajado hasta un 70% y hemos llegado a $30 el precio del barril. Cuando hacemos nuestro programa monetario tomamos como base un precio de $50 el barril. Calculamos que durante este año el precio no estará tan alto, como cuando llegó a más de $100, ni tan bajo. Pensamos que estará entre los $45 y $50. La inflación será de 4.75% (+1/-1).

¿El impacto negativo que ha tenido la sequía en la agricultura incidirá en la inflación?

En el programa monetario hemos incluido los efectos de la sequía y los efectos en la alimentación. Se hace un cálculo con base en la estadística sobre el alimento que más ha sido escaso; por ejemplo, así como se habló de frijoles, este año se habla de cebollas y tomates. Se estima que algunos productos se cosecharán en una cantidad inferior. Básicamente, este cambio en la inflación está calculado por los efectos del petróleo.

En su momento, el presidente Hernández supo atender el probema de la alimentación básica. Recordemos que en 2014 la incidencia que tuvo el frijol en el cálculo de la inflación fue de casi un 40%, pero nunca faltaron los frijoles en la casa. Siempre comíamos frijoles. Este año estamos exportando frijoles porque se supo atender la situación. Se les dio un precio de garantía a los productores.

Foto: La Prensa

“El riesgo país está bajando y se mide con el desempeño de los bonos. Antes nos cobraban 9.5% por un préstamo, ahora menos”, dice Cerrato.
El consumidor tiene la percepción de que no recibe el beneficio económico por la baja del precio del petróleo. ¿A qué se debe esto?

La autoridad en este campo es la Secretaría de Desarrollo Económico. Puedo confirmar que todo el beneficio de la reducción del precio del barril de petróleo se traslada al consumidor. Lo que sucede es que no lo observa de manera inmediata, hay un tiempo de aproximadamente 20 días, entre el día que se toma el precio de referencia y la fecha cuando se da el beneficio. El otro aspecto que es importante comprender es que el petróleo es un insumo del diesel y la gasolina, que son productos refinados. Hay otros insumos que se utilizan para transformar el petróleo en esos otros productos que se usan en los vehículos. Estos otros gastos son mano de obra directa, mano de obra indirecta, depreciación de equipo, químicos, fletes. Todo eso influye en el precio del producto final (diésel o gasolina).

Pese a la caída de los precios de las materias primas en el mercado internacional, ustedes tienen pronósticos positivos, lo cual contrasta con años anteriores. ¿Qué han encontrado en el mercado?

Las proyecciones que tenemos para los precios del café, aceite, camarón, hierro, todos son menores que hace dos años. Solo el precio del aceite será mayor al de 2015, pero muchísimo menor al de 2014.

El banano tendrá un leve repunte, son estimaciones que se revisan en mercados de commodities. Estos precios no estarán igual como en 2014.

Cuando se desbaratan los carteles de la droga deja de circular el dinero. Algunos Gobiernos consideran parte de ese dinero en el renglón de errores y omisiones de la balanza de pagos. ¿Qué impacto ha tenido la guerra contra el narco en la economía y en la balanza de pagos?

No conozco el detalle de lo que se incluye en esa cuenta. En el caso de Honduras, el impacto que tuvo el ataque al crimen organizado lo sentimos. En 2014, en el primer semestre, la economía no crecía. Se dieron dos fenómenos: el ataque al crimen organizado y los precios altos de los combustibles. La economía comenzó a reactivarse en el segundo semestre producto de que comenzaron a bajar los precios de los combustibles y eso le dio mayor poder adquisitivo a la gente. Cuando se comenzó a atacar al narcotráfico se afectaron ciertos negocios que eran financiados con dinero procedente de esas organizaciones.

El presidente Juan Orlando Hernández nos decía que allí donde se ataca al crimen allí se debe invertir más para crear fuentes de trabajo. Hay que reconocer que se van fuentes de trabajo, que son ilícitas, pero hay que sustituirlas. Hay que hacer proyectos carreteros, proyectos municipales en la zona. Hay que hacer obras de construcción, hay que apoyar al sector agrícola. Es ahí donde hemos utilizado el fideicomiso de reactivación agrícola, colocando dos mil millones de lempiras. Una de las zonas más afectadas es el occidente, pero solo allí vamos a invertir en proyectos carreteros la cantidad de $178 millones que nos presta el BCIE más $120 millones por la vía de las APP (Alianza Público-Privada). Es correcto atacar al crimen organizado y al mismo tiempo crear otras oportunidades de trabajo.

¿Cuándo pueden esperar los hondureños un crecimiento superior al 5% anual para pensar en un desarrollo económico?

Nosotros esperábamos que 2016 pudiera ser mejor que 2015, dado a la velocidad que llevamos. Sin embargo, vamos a crecer un 3.6%. En las revisiones del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial vemos que son pocas las economías del mundo que crecerán.

Estamos en un mercado abierto y somos afectados por nuestros socios comerciales, como Estados Unidos, que sigue creciendo, pero no como se esperaba. México venía con un buen repunte, pero se ve detenido porque su mayor parte del comercio es con Estados Unidos. Guatemala ha sido afectada por la crisis política. China va a crecer no la cantidad de años anteriores.

Han bajado el déficit fiscal en más de 20,000 millones de lempiras, ¿lo han logrado reduciendo la estructura burocrática?

Una parte, casi la mitad del gasto lo ocasionan los sueldos. Hemos atacado ese renglón y eso nos ha permitido tener grandes avances.

¿El mercado privado puede absorber esos desempleados?

En primer lugar, este es un tema de convicción, responsabilidad y transparencia. Hay que cuidar los impuestos que todos pagamos. Estamos creando oportunidades de trabajo. En Puerto Cortés (en la Empresa Nacional Portuaria) había 1,600 personas trabajando, ahora se habla de 600, son mil personas menos, 60% menos. Con nuestros impuestos se estaba pagando a gente que no hacía el trabajo. Con esa concesión (de la ENP), el Gobierno recibió una prima de L500 millones y con ese dinero se pagaron prestaciones de mil personas, se dieron nuevos contratos a los otros en las empresas nuevas. Ahora, casi el 100% de las personas que salieron de la Portuaria tuvieron la oportunidad y emigraron hacia esas dos empresas que operan las terminales de contenedores y graneles. En el caso de la Enee se ha firmado una concesión para operar la emisión, facturación y todo. Casi el 10% de las acciones de la nueva sociedad pertenecen al sindicato de trabajadores. Se conjugaron inversionistas nacionales, extranjeros y un sindicato. Por cada 100 empleos, 80 los pone la empresa privada y 20 el Gobierno.

¿Qué beneficios han obtendido con la emisión de bonos?

Honduras sigue pagando la misma tasa de interés por el bono que colocó, pero los inversionistas están ganando con los bonos de Honduras en el mercado secundario. Se está creando un apetito por los bonos.
El país ha ganado credibilidad y hay una nueva alternativa de financiamiento. También, el riesgo país ha bajado.