San Pedro Sula, Honduras.
Ingresó a la Catedral, se quitó los zapatos, subió sus pies a una de las bancas y comenzó a hablar por celular. Como si se tratara de su casa, sacó el periódico y comenzó a leer.
Días después, otro individuo entró y sin inmutarse abrió las alcancías y se llevó la limosna. Casos como los anteriores han ocurrido adentro de la catedral San Pedro Apóstol. Otra personas tomaban el sitio como punto de concentración para sus citas amorosas y de todo tipo.
El irrespeto llegaba al grado de que muchas situaciones que se dieron en el interior no se pueden ni mencionar, dice el párroco José Antonio Canales. El sacerdote reconoce que es urgente poner orden y ve positivo el inicio del plan de seguridad con la colocación de un sistema de cámaras de vigilancia en la catedral para que sirva de disuasivo a quienes les gusta hacer actividades indebidas en el templo. En los próximos días se colocarán los rótulos donde se informará sobre la vigilancia y, además, un sistema que permitirá que las cámaras puedan monitorearse desde la casa cural.
También, dos personas debidamente uniformadas se encargarán de hacer rondas en el interior de la catedral para evitar que este tipo de incidentes sigan ocurriendo y se respete el templo.
“Así podrán venir los feligreses con más confianza”, manifestó el sacerdote.
“Pedimos a las autoridades que nos ayuden controlando el sonido de los altoparlantes para que nos dejen escuchar las misas”, expresa Juan Montes, un sampedrano que acude los domingos a misa.
Otros ciudadanos piden la presencia de policías municipales para reducir el riesgo de asaltos en un lugar tan céntrico de la ciudad y de respeto como es la catedral.
Ingresó a la Catedral, se quitó los zapatos, subió sus pies a una de las bancas y comenzó a hablar por celular. Como si se tratara de su casa, sacó el periódico y comenzó a leer.
Días después, otro individuo entró y sin inmutarse abrió las alcancías y se llevó la limosna. Casos como los anteriores han ocurrido adentro de la catedral San Pedro Apóstol. Otra personas tomaban el sitio como punto de concentración para sus citas amorosas y de todo tipo.
El irrespeto llegaba al grado de que muchas situaciones que se dieron en el interior no se pueden ni mencionar, dice el párroco José Antonio Canales. El sacerdote reconoce que es urgente poner orden y ve positivo el inicio del plan de seguridad con la colocación de un sistema de cámaras de vigilancia en la catedral para que sirva de disuasivo a quienes les gusta hacer actividades indebidas en el templo. En los próximos días se colocarán los rótulos donde se informará sobre la vigilancia y, además, un sistema que permitirá que las cámaras puedan monitorearse desde la casa cural.
También, dos personas debidamente uniformadas se encargarán de hacer rondas en el interior de la catedral para evitar que este tipo de incidentes sigan ocurriendo y se respete el templo.
“Así podrán venir los feligreses con más confianza”, manifestó el sacerdote.
“Pedimos a las autoridades que nos ayuden controlando el sonido de los altoparlantes para que nos dejen escuchar las misas”, expresa Juan Montes, un sampedrano que acude los domingos a misa.
Otros ciudadanos piden la presencia de policías municipales para reducir el riesgo de asaltos en un lugar tan céntrico de la ciudad y de respeto como es la catedral.
