San Pedro Sula, Honduras.
Con la publicación del nuevo Reglamento Ambiental de la División Municipal Ambiental (Dima) vigente para este año, las autoridades prevén un aumento entre el 20% y el 30% en la emisión de permisos de tipo doméstico.
En San Pedro Sula es prohibido construir pozos sépticos, utilizar hornillas hechizas, quemar basura, derramar aguas negras y pegar el sistema sanitario con el pluvial.
Se consideran permisos domésticos el corte de un árbol, el uso de autoparlantes y podar un solar baldío. Estos han existido por mucho tiempo, pero la mayoría de los ciudadanos los desconocen porque el último tiraje del Reglamento Ambiental se había realizado en el año 2005, según Cristy Raudales, gerente de Dima.
En tanto, los urbanizadores se ven obligados a conocerlo antes de llevar a cabo grandes proyectos.
“Si usted va a cortar un árbol tiene que venir a pedir permiso para ver si el corte aplica. No puede hacerlo solo porque usted quiera”, explica.
En algunas ocasiones, la institución emite solo el permiso de poda y no de corte.
En detalle
El Reglamento Ambiental tuvo una adición en el numeral cinco, artículo 86 del capítulo 13, referente al corte y poda de árboles, en el que se describe que a toda persona que se le autorice el corte de un árbol deberá en concepto de compensación ambiental reforestar mediante la siembra de tres árboles por cada árbol cortado y diez árboles en el caso de árboles en veda cortados. Además, deben comprometerse a darles mantenimiento preventivo por 18 meses.
Unas 400 personas solicitaron permisos para el corte de árboles durante el año pasado. Raudales informa que para vigilar que esto se cumpla se ha habilitado una unidad de seguimiento, ya que “no solo se trata de sembrar, sino de darle mantenimiento”.
El 60% de las regulaciones del Reglamento está dirigido a la industria y el comercio; el 40% a la ciudadanía en general. En el año 2015, Dima registró entre 600 y 800 denuncias de todo tipo doméstico.
Los pobladores de los sectores sureste y suroeste son los que más infringen el Reglamento.
“La mayoría de denuncias ambientales que tenemos a nivel doméstico es por el humo que proviene de las hornillas, sobre todo en sectores como la Rivera Hernández, Satélite, El Carmen, Chamelecón y Cofradía”, indica Raudales.
Le sigue la quema de basura, ruidos y acumulación de cosas que causan nidos de animales.
A nivel doméstico, la multa más grande de las prohibiciones del Reglamento se efectúa en el corte de árboles maderables en veda, que anda de L1,500 a L3,500.
Consecuencias
Roosemary Espinoza, ambientalista, considera que aunque las multas son muy necesarias para tener un cambio en el ambiente, se debe trabajar en un programa educativo de concienciación con los menores; es decir, más prevención que medidas coercitivas.
“Los árboles son necesarios para el control de las inundaciones y la producción de agua. Es muy necesario hacer conciencia sobre esto”, apunta.
Espinoza enfatiza en que la quema de basura causa gases que afectan la capa de ozono que repercute en el efecto invernadero. Además, se daña la vegetación.
“Uno de los temas que debe ser prioridad es el manejo de los desechos sólidos. San Pedro Sula no tiene una cara de ciudad limpia”, señala.
Agrega que la falta de plantas de tratamiento es otro tema de vital importancia que debe resolverse.
Leonardo Villegas, experto en construcción, declara que los trámites para echar andar los proyectos deberían de flexibilizarse porque aunque Dima no es el obstáculo para obtener las licencias ambientales, para llegar a eso deben pasar por una serie de vicisitudes que pueden evitarse.
Con la publicación del nuevo Reglamento Ambiental de la División Municipal Ambiental (Dima) vigente para este año, las autoridades prevén un aumento entre el 20% y el 30% en la emisión de permisos de tipo doméstico.
En San Pedro Sula es prohibido construir pozos sépticos, utilizar hornillas hechizas, quemar basura, derramar aguas negras y pegar el sistema sanitario con el pluvial.
Se consideran permisos domésticos el corte de un árbol, el uso de autoparlantes y podar un solar baldío. Estos han existido por mucho tiempo, pero la mayoría de los ciudadanos los desconocen porque el último tiraje del Reglamento Ambiental se había realizado en el año 2005, según Cristy Raudales, gerente de Dima.
En tanto, los urbanizadores se ven obligados a conocerlo antes de llevar a cabo grandes proyectos.
“Si usted va a cortar un árbol tiene que venir a pedir permiso para ver si el corte aplica. No puede hacerlo solo porque usted quiera”, explica.
En algunas ocasiones, la institución emite solo el permiso de poda y no de corte.
En detalle
El Reglamento Ambiental tuvo una adición en el numeral cinco, artículo 86 del capítulo 13, referente al corte y poda de árboles, en el que se describe que a toda persona que se le autorice el corte de un árbol deberá en concepto de compensación ambiental reforestar mediante la siembra de tres árboles por cada árbol cortado y diez árboles en el caso de árboles en veda cortados. Además, deben comprometerse a darles mantenimiento preventivo por 18 meses.
Unas 400 personas solicitaron permisos para el corte de árboles durante el año pasado. Raudales informa que para vigilar que esto se cumpla se ha habilitado una unidad de seguimiento, ya que “no solo se trata de sembrar, sino de darle mantenimiento”.
El 60% de las regulaciones del Reglamento está dirigido a la industria y el comercio; el 40% a la ciudadanía en general. En el año 2015, Dima registró entre 600 y 800 denuncias de todo tipo doméstico.
Los pobladores de los sectores sureste y suroeste son los que más infringen el Reglamento.
“La mayoría de denuncias ambientales que tenemos a nivel doméstico es por el humo que proviene de las hornillas, sobre todo en sectores como la Rivera Hernández, Satélite, El Carmen, Chamelecón y Cofradía”, indica Raudales.
Le sigue la quema de basura, ruidos y acumulación de cosas que causan nidos de animales.
A nivel doméstico, la multa más grande de las prohibiciones del Reglamento se efectúa en el corte de árboles maderables en veda, que anda de L1,500 a L3,500.
Consecuencias
Roosemary Espinoza, ambientalista, considera que aunque las multas son muy necesarias para tener un cambio en el ambiente, se debe trabajar en un programa educativo de concienciación con los menores; es decir, más prevención que medidas coercitivas.
“Los árboles son necesarios para el control de las inundaciones y la producción de agua. Es muy necesario hacer conciencia sobre esto”, apunta.
Espinoza enfatiza en que la quema de basura causa gases que afectan la capa de ozono que repercute en el efecto invernadero. Además, se daña la vegetación.
“Uno de los temas que debe ser prioridad es el manejo de los desechos sólidos. San Pedro Sula no tiene una cara de ciudad limpia”, señala.
Agrega que la falta de plantas de tratamiento es otro tema de vital importancia que debe resolverse.
Leonardo Villegas, experto en construcción, declara que los trámites para echar andar los proyectos deberían de flexibilizarse porque aunque Dima no es el obstáculo para obtener las licencias ambientales, para llegar a eso deben pasar por una serie de vicisitudes que pueden evitarse.