Los sucesos que impactaron a los hondureños en el 2015

La tranquilidad que durante más de una semana mantuvo La Ceiba fue interrumpida con el asesinato del seleccionado nacional Arnold Fabián Peralta Sosa (26) la tarde del jueves 10 de diciembre.

El experimentado jugador del Club Deportivo Olimpia perdió la vida cuando llegaba a un centro comercial, junto con su esposa y unos amigos. De pronto, sujetos desconocidos en una motocicleta se dirigieron hacia él y sin mediar palabras le dispararon, hasta matarlo.

El hecho criminal ocurrió a eso de las 5:45 pm, en el estacionamiento del centro comercial Uniplaza, en la zona del Toronjal, de La Ceiba, cuando Peralta y las personas que lo acompañaban se bajaban del carro en que se transportaron a este lugar.

Cuando se bajó del automóvil fue atacado a balazos por un sujeto desconocido que se le acercó y que le disparó en reiteradas ocasiones. Las detonaciones en este complejo inundaron de pánico a las personas que se encontraban en este lugar, quienes salieron despavoridas en busca de protección.

Después de lograr su propósito, los dos hechores huyeron en una motocicleta. El cadáver del futbolista quedó tendido a un lado de su camioneta marca Porche, color negro, placas PDV 5920.

Cuando lo mataron se desconocía la identidad de la víctima, fue hasta cuando llegaron elementos del Cuerpo de Bomberos a la escena para auxiliar que se dieron cuenta que se trataba de Peralta.

De inmediato la noticia se propagó por todo el país y el llanto y la consternación se apoderó de los presentes.
“No puede ser, malditos asesinos, mataron a un gran futbolista, qué es lo que está pasando en este país”, gritaba desconsolado un ciudadano seguidor del jugador.
Minutos más tarde llegaron al lugar parientes y amigos de la víctima conmovidos por esta tragedia.

La Policía de Honduras confirmó que la muerte de Arnold Fabián Peralta Sosa, jugador de la Selección Nacional y del Olimpia, se debió a motivos personales.

El director de la Policía Preventiva, Héctor Iván Mejía, confirmó el motivo de la muerte de exseleccionado hondureño, destacando que fue por problemas personales.

“Por ejemplo, el caso de La Ceiba fue por situaciones individuales, personales”, explicó Mejía.

El empresario y dirigente deportivo Mario Verdial Alsina (52) fue acribillado a balazos el 5 de febrero junto con su guardaespaldas Lester Omar Rich (62) en el desvío a la aldea El Calán, Villanueva.

En el tiroteo resultó muerto Carlos Geovany Palencia (23), conductor de un mototaxi que esperaba pasajeros al momento del ataque a Verdial.

Las autoridades policiales informaron que, según versión de testigos, el hecho se produjo a eso de las 4:30 pm cuando Verdial y su guardaespaldas venían en una camioneta Toyota Land Cruiser, beige, de la aldea El Calán rumbo a San Pedro Sula.

Cuando Verdial, quien era uno de los tres presidentes del equipo de fútbol sampedrano Real España, llegó al cruce del bulevar que conduce a Tegucigalpa en el desvío a El Calán fue interceptado por dos vehículos.
Según la Policía, una camioneta marca Honda CRV, negra, se le puso adelante al carro de Verdial y otro doble cabina gris se le puso atrás.

De inmediato se bajó un individuo de cada uno de los automóviles con fusiles Ak-47 y abrieron fuego contra el carro del empresario.

Los homicidas dispararon directamente a la ventanilla adonde iba el empresario y en dirección del asiento en el que iba el guardaespaldas.

El dirigente deportivo ya herido aceleró la camioneta y cruzó las dos trochas de la vía sin colisionar con ningún vehículo, pese a que a esa hora, el tránsito era intenso. Después de cruzar el bulevar, el carro de Verdial se fue a una cuneta que está frente al plantel de la empresa Conhsa Payhsa.

El reconocido empresario y dirigente del transporte Carlos Andonie (69) fue asesinado el mediodía del martes 10 de marzo en el barrio Paz Barahona, en la avenida Circunvalación, de San Pedro Sula.

Según testigos, un hombre en motocicleta llegó hasta el taller de mecánica adonde Andonie se encontraba, se bajó y le disparó en varias oportunidades al empresario.

Andonie había llegado al taller a entregar varios repuestos de los microbuses que le estaban reparando.

Toda la vida fue un defensor del transporte, así lo calificaron sus compañeros.

Fue un día doloroso para su familia, amigos y todo el gremio del transporte, que lo despidieron con oraciones, cantos y mariachis como una forma de recordar a aquel hombre jovial. Antes de ser sepultado, su féretro fue llevado a la Asociación de Motoristas Profesionales de Honduras (Asomoproh), su segunda casa y donde le harán un busto como homenaje. Allí, ayudantes y conductores de del transporte se concentraron para despedirse de su líder, la voz que abogó por todos ellos.

Tres mujeres fueron asesinadas la mañana del domingo 15 de marzo en el puente a desnivel en la salida hacia Valle de Ángeles en la zona central de Honduras. Las mujeres fueron identificadas como Alma Mariela Ordónez Baca, Madelyn Ramírez y Alejandra Vásquez.

Según informes policiales, las mujeres viajaban en un busito privado cuando varios sujetos que se conducían en un carro abrieron la puerta de la unidad y las bajaron, para luego quitarles la vida a pocos metros de la unidad. En el hecho también resultaron heridos dos hombres que recibieron atención en un centro asistencial de Tegucigalpa. Las jóvenes eran modelos que se dirigían a un evento promocional al turístico municipio de Valle de Ángeles.

Seis hombres y cinco mujeres viajaban en la unidad de transporte, en total eran 11, según confirmó Leonel Sauceda, portavoz de la Secretaría de Seguridad.

Una semana antes, estas personas estuvieron en un evento en Choloma y participaron en otro en Siguatepeque.
Explicó que el encargado del grupo pidió apoyo a la Policía de Siguatepeque porque notó que un auto los andaba siguiendo, por lo que fueron escoltados hasta Zambrano.

El asesinato del abogado José Eduardo Gauggel Rivas (61) y su hijo José Eduardo de Jesús Gauggel Medina (32), acribillados el 10 de abril a balazos cuando iban llegando a su residencia en el barrio Los Andes, causó consternación y repudio.

El abogado Gauggel fue magistrado de la Corte Suprema de Justicia, mientras que su hijo era diputado. Ambos se transportaban en un Land Cruiser doble cabina, gris blindado, y a eso de las 11:10 am, cuando se aprestaban a ingresar en su casa en la 3 calle, 14 y 15 avenidas de dicho barrio fueron atacados a balazos por cuatro individuos, según lo informado por la Policía.

En las declaraciones de testigos a las autoridades se establece que cuando el carro de los Gauggel se puso frente al portón de la residencia, el abogado se bajó y abrió el portón. En esos momentos fue atacado a balazos por dos individuos armados de pistolas, quienes se conducían en una camioneta verde. El abogado Gauggel, ya herido, entró corriendo al inmueble, los dos delincuentes lo siguieron y lo remataron en el garaje de la casa. El hijo del togado, quien conducía el carro, al ver que atacaban a su padre, sin bajarse del automóvil usó la pistola que portaba e hirió a dos sicarios antes de ser acribillado.

La descarga de varias armas de fuego terminó con la tranquilidad que imperaba la tarde del 8 de octubre en la colonia La Sosa de la capital de Honduras.

La escena del crimen generaba terror. En el interior del taller Elvir, dedicado a la reparación de carros y motocicletas, seis hombres estaban tendidos sobre el piso, en fila, boca abajo, con balazos certeros en sus cabezas y varios casquillos a su alrededor.

Otras dos habían sido llevados a la sala de emergencia del Hospital Escuela Universitario (HEU); pero la lucha de los médicos fue en vano, los balazos alcanzaron órganos vitales de las víctimas, quienes minutos después de llegar al centro hospitalario fallecieron.

Cuando departían en una casa de la colonia La Paz, de La Lima, fueron acribillados un transportista y tres jóvenes por cuatro individuos encapuchados armados de fusiles.

El crimen contra Selvin Jesús Ramos Martínez (20), Brayan Morales Martínez (22), Ricardo Ernesto Martínez Sandoval (44) y Denis Omar Suazo (25) se suscitó el domingo 9 de noviembre a eso de las 9:00 pm. En el hecho también resultó herida la joven Mireya Brizuela.

Las autoridades policiales informaron que los jóvenes y Ricardo Ernesto Martínez Sandoval, conocido como Chari, estaban reunidos departiendo en el patio de una casa de esa colonia.

Según la Policía, a eso de las 9:00 pm se estacionó frente a la vivienda un turismo gris, del cual se bajaron cuatro individuos encapuchados con fusiles en mano. Dos de los tipos le empezaron a disparar desde fuera de la vivienda por la verja del cerco al grupo de amigos.

Los otros dos homicidas se metieron al patio por la parte frontal y también les dispararon a los cuatro amigos y la joven.

Ocho personas murieron y tres resultaron heridas en un tiroteo en la terminal de buses en el sector de la López Arellano en Choloma, Cortés.

El ataque ocurrió en la estación de autobuses cercana a la colonia Cerro Verde la mediodía del martes 24 de noviembre, dejando tres motoristas, tres ayudantes y dos despachadores muertos.

Los cuerpos de los dos despachadores quedaron en el interior de la oficina, mientras que los otros quedaron en el predio de la terminal y uno más dentro de un rapidito. No hubo pasajeros muertos.

Las víctimas fueron identificadas como Franco Enrique Turcios Sarmiento (22), alias la sirena; el ayudante José Omar Ruiz (21), Gerardo Dubón, conductor de 27 años; Enrique Fúnez, Rubén Matamoros, Miguel Antonio Gonzales, Germán Vásquez y Wilson Javier García Mendoza, quien se dedicaba a despachar las unidades.

Según la versión de algunos testigos, varios sujetos fuertemente armados llegaron a bordo de una camioneta color azul hasta donde estaban las víctimas y comenzaron a disparar contra la unidad 24, color gris, de la empresa Etislah.
Según se conoció, los asesinos estaban encapuchados y vestían uniformes de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI).
El crimen ocurrió a una cuadra de la posta policial, lo que generó el repudio de los familiares de las víctimas.

El ataque iba dirigido para los conductores, despachadores y ayudantes, presuntamente por no pagar el “impuesto de guerra”. Los conductores aseguran que ya habían sido obligados a pagar a las bandas delincuenciales que operan en la zona.

El crimen produjo ambiente de zozobra en la zona y la molestia de los familiares y compañeros que trataban de ingresar a la terminal para identificar a las víctimas.

La Policía ofreció una recompensa por datos que permitan dar con el paradero de los hechores.

Siete jóvenes fueron asesinados la madrugada del miércoles 25 de noviembre en la colonia 19 de Septiembre cerca de Los Laureles, en Comayagüela. El hecho fue perpetrado entre las 4:00 y 4:30 de la madrugada en el sector conocido como “El Infiernito”, por unos seis o siete individuos, informó el vocero de la Secretaría de Seguridad, Leonel Sauceda.

Los criminales sacaron a seis de las víctimas de tres viviendas y las condujeron al lugar adonde las acribillaron. El séptimo fallecido era un amigo de los jóvenes que trató de ayudarlos, según la información policial. Fueron identificados como Wiliam Adonay Zelaya Matute (36), Alex Leonardo Zelaya Matute (26), Yohan Enrique Zelaya Palma (20), Óscar Rolando Maradiaga (33), su esposa María Elena Cerrato Domínguez (19), Celin Lennin Cuéllar (35) y Angel Javier Ordóñez Corea (18).

En la trágica escena era evidente que las personas intentaron escapar de los criminales. La hipótesis preliminar sobre la matanza es que se trataría de una lucha de territorio entre pandillas. Familiares que llegaron al lugar estallaron en llanto y gestos de desesperación.

La enemistad de Joaquín Larios Guerra (57) y su hijo mayor con un vecino de la aldea El Barranco, Nueva Frontera, Santa Bárbara, originó el 29 de noviembre el ataque en el que perdieron la vida seis personas.

Las investigaciones preliminares establecen que el asesinato de una persona hace seis meses en la aldea provocó el conflicto cuando uno de los hijos de Joaquín Larios Guerra fue testigo del crimen.

Según información policial, Edgar Adonay Peraza (18), al verse descubierto decidió actuar y le propuso a su amigo Rigoberto Hernández Guzmán que atacaran a la familia y se fueron a la casa de los Larios para vengarse.

Los criminales sacaron a seis de las víctimas de tres viviendas y las condujeron al lugar adonde las acribillaron. El séptimo fallecido era un amigo de los jóvenes que trató de ayudarlos, según la información policial. Fueron identificados como Wiliam Adonay Zelaya Matute (36), Alex Leonardo Zelaya Matute (26), Yohan Enrique Zelaya Palma (20), Óscar Rolando Maradiaga (33), su esposa María Elena Cerrato Domínguez (19), Celin Lennin Cuéllar (35) y Angel Javier Ordóñez Corea (18).

En la trágica escena era evidente que las personas intentaron escapar de los criminales. La hipótesis preliminar sobre la matanza es que se trataría de una lucha de territorio entre pandillas. Familiares que llegaron al lugar estallaron en llanto y gestos de desesperación.

La disputa por el amor de una joven provocó un pleito a muerte entre dos hombres en la aldea El Encino en el municipio de Copán Ruinas.

Las diferencias entre los dos muchachos se intensificaron al grado que Wilfredo Ramírez, decidió dar muerte a su rival, Jhonny Hernández, el pasado 18 de octubre, según información policial.

La sed de venganza llevó a un grupo de desconocidos a disparar sin piedad el pasado sábado 29 de noviembre por la noche contra Wilfredo, quien estaba departiendo en una glorieta en compañía de cinco personas. Las víctimas fueron identificadas como Agustín García (27), Rony Martínez (21), José Tito Ceballos (19), Wilfredo Ramírez (19) y Catalino García (18).

A cinco sumaron los muertos tras una balacera ocurrida el 16 de diciembre en la calle 18 del barr