El surgimiento de 'indignados' que exigen el cese de la corrupción e impunidad en Honduras, con protestas en las calles, ha derivado en la propuesta de la OEA de una misión de apoyo contra esos males acompañada de otra iniciativa similar del presidente hondureño, Juan Orlando Hernández.
Cansados de tanta impunidad y tras un millonario desfalco en el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), descubierto hace dos años, un puñado de jóvenes surgieron como el Movimiento Oposición Indignada para exigir una Comisión Internacional Contra la Impunidad en Honduras (CICIH), similar a la de Guatemala.
Los indignados comenzaron a protestar en mayo en las principales ciudades del país con 'marchas de las antorchas' en las que han venido participando miles de personas, muchas en grupos familiares.
Durante las marchas los manifestantes también han portado la bandera de Honduras y pancartas con consignas contra la corrupción y la impunidad, además de hacer señalamientos duros contra el presidente Hernández, su Gobierno, diputados, el Ministerio Público, jueces y magistrados del Poder Judicial, entre otros.
La corrupción en Honduras es un problema de vieja data que ha echado raíces en muchos sectores, para empezar en el Gobierno.
Según la Iglesia católica y grupos de la sociedad civil, la corrupción es en gran medida una de las causas de la pobreza en el país, que tiene unos 8,5 millones de habitantes.
La pobreza en Honduras afecta a más del 60 por ciento de la población, a lo que se suman otros males como la violencia criminal, el desempleo, las 'maras' (pandillas armadas), el crimen organizado y el narcotráfico.
El alto grado de impunidad y la injusticia también han afectado al país a lo largo de su historia.
En los dos años que está por cumplir el Gobierno de Hernández, que tomo posesión el 27 de enero de 2014, varios sectores reconocen que ha combatido abiertamente el narcotráfico, lo que ha implicado además la extradición a Estados Unidos de presuntos narcotraficantes hondureños reclamados por la justicia de ese país.
Sin embargo, muchos sectores consideran que no se ha hecho lo suficiente en la lucha contra la corrupción, pese a que en 2014 el Gobierno de Hernández suscribió un acuerdo con Transparencia Internacional para luchar contra ese flagelo.
Un mes después de que surgiera el Movimiento Indignados exigiendo la instalación de la CICIH, el 23 de junio Hernández propuso un 'diálogo sin condiciones' y un Sistema Integral de Combate Contra la Impunidad y la Corrupción (SICCIC), con los actores sociales y políticos del país.
Además, Hernández solicitó para su iniciativa, que fue rechazada por los indignados, el acompañamiento de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Los indignados pide una CICIH.
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El diplomático indicó que no se podía dejar pasar 'la oportunidad de un acuerdo' entre los hondureños porque 'todo lo que viene después del no acuerdo será siempre más doloroso para todos'.
Los indignados y partidos como el Libertad y Refundación, que lidera el expresidente Manuel Zelaya, derrocado el 28 de junio de 2009 cuando pretendía hacer reformas constitucionales que la ley le prohibía, y el Partido Anticorrupción, reiteraron su rechazo al diálogo promovido por Hernández.
El 28 de septiembre, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, entregó a Hernández en Washington la propuesta para crear la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH) con diversos actores políticos, económicos y sociales, que será dirigida por un jurista internacional.
Fuentes cercanas a la OEA han dicho a Efe que la MACCIH quizá quede instalada en Honduras a inicios del próximo año y que lo importante siempre será la voluntad de los hondureños de frenar la corrupción y la impunidad en su país. EFE