Hace unos 30 años, la diabetes era considerada una enfermedad de adultos; no obstante, debido al alto número de casos diagnosticados en menores de 18 años, ya no existe clasificación.
La diabetes es la segunda enfermedad crónica más común en la infancia.
El 90% de los niños diagnosticados en San Pedro Sula padecen diabetes tipo 1 y el 10% restante, tipo 2.
“Antes se le decía diabetes infantil y diabetes de adultos, pero ahora solo se le llama tipo 1 y tipo 2 porque ya hay niños diagnosticados con la diabetes tipo 2”, expresó Elba Campos, endocrinóloga pediatra.
La diabetes tipo 1 es la que se adquiere de forma genética y la tipo 2 por la mala alimentación.
Al año, en el hospital Mario Rivas se atiende un promedio de 400 pacientes menores de 18 años con algún tipo de diabetes, entre los nuevos casos y los que ya están en tratamiento.
Los especialistas aseguran que desde hace unos diez años se han disparado las estadísticas, y lo que más les preocupa es la indiferencia de los padres ante la enfermedad.
“Para los padres es difícil entender que, además de la genética, la alimentación juega un papel fundamental en la salud de los niños, cada día hay más menores de edad que son obesos, y eso incrementa las probabilidades de padecer diabetes”, agregó Campos.
Los estudios revelan que una persona con obesidad tiene el 40% de posibilidades de padecer diabetes.
Mortalidad. Un niño con complicaciones por diabetes es cuatro veces más propenso al deceso que una persona que goza de buena salud.
Además, el 90% de los niños con esta enfermedad padece problemas renales y recibe diálisis.
Óscar Zúniga, endocrinólogo pediatra, dijo que la diabetes juvenil o infantil es la principal causa de visita a su consulta. “Cada 15 días hay un caso nuevo de diabetes en menores y la mayoría llega en estado metabólico bastante deteriorado y es necesario internarlo en cuidados intensivos de la emergencia”, manifestó Zúniga. Según el especialista, la enfermedad es más frecuente en niños entre los 11 y 16 años, pero también tiene pacientes menores de cinco años con problemas de diabetes por obesidad.
La endocrinóloga pediatra tiene entre sus pacientes un aproximado de 100 niños diabéticos, que atiende en el Rivas, y 30 en el hospital Leonardo Martínez, donde también da atención a muchos de los menores que son remitidos por ella al Seguro Social.
“La diabetes tipo 1 es una cuestión genética en la que el páncreas no produce insulina de los niños, pero en la tipo 2 es exclusivamente causada por el exceso de alimentación que provoca la poca producción de insulina”, reiteró la endocrinóloga.
“Le digo a los padres de familia que dentro de su presupuesto de canasta básica ahora deben incluir el dinero para el glucómetro, lancetas, cintas y jeringas para aplicar la insulina, cosas que no están accesibles para todos los bolsillos”. En el mercado, un glucómetro tiene un costo no menor a 400 lempiras, dependiendo la calidad; las 50 cintas para medir la glucometría varían entre los 500 lempiras, y esto debe hacerse tres veces al día; más las jeringas para ponerse la insulina, que no son dadas por el Estado, tienen un costo de 400 lempiras, porque son especiales.
Preocupación
En muchos de los casos los niños llegan en estado avanzado de la enfermedad porque son tratados en clínicas periféricas o en centros de salud.
“Hay mucho desconocimiento de los doctores sobre la enfermedad, si no son especialistas son pocos los que van a pensar en esta enfermedad como causa del padecimiento de los niños, es por eso que deberían existir organizaciones que capaciten e informen sobre la enfermedad”, puntualizó Campos.
Zúniga, por su parte, insta a los padres de familia a organizarse para exigir en las escuelas la venta de comida saludable para los niños y así evitar la obesidad. “Lo ideal es que los padres hagan las meriendas en casa y controlen la alimentación de sus hijos”, recomendó.
Los especialistas alertan a los padres sobre la sintomatología de la diabetes en los niños y hacen un llamado para visitar al médico cuando observen algunos de estos comportamientos en sus hijos.
-Mareos y nauseas frecuentes, problemas en la visión, sed insaciable, lentitud en responder preguntas, fatiga, mucho apetito o pérdida del mismo, pérdida de peso, aumento de orina, desequilibrio y obesidad.
Los niños con diabetes tipo 2 pueden morir por las mismas causas que un adulto con la enfermedad,entre ellas insuficiencia cardíaca, eventos cerebrovasculares o afecciones en los riñones. Los autocuidados diarios son fundamentales para prevenir complicaciones.