San Pedro Sula, Honduras.
En los pasillos políticos corrió la voz que en este caso Estados Unidos no iba a dejar “títere con cabeza”. Tardó diez años, hasta que ha puesto contra la pared al banquero Jaime Rosenthal Oliva, un político y empresario influyente perteneciente a las más importantes esferas sociales y económicas de Honduras.
Rosenthal, de 79 años, no solo puede perder todo su patrimonio, sino podría enfrentar, junto con su hijo Yani y su sobrino Yankel, una condena de 20 años de prisión por la acusación de lavado de activos vinculados al narcotráfico, denuncia hecha pública el 7 de octubre por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos que les ha llamado “traficantes” y ha prohibido a los estadounidenses tener relación con cualquiera de sus empresas.
La acusación ha significado un giro para los Rosenthal, uno de los clanes más ricos de Honduras.
Advertencia
El caso Rosenthal se ha convertido en emblemático, porque no solo es una advertencia para Honduras, país aquejado por una crónica corrupción, monumental impunidad, narcotráfico y lavado de dinero, sino que es un mensaje claro para Latinoamérica de lo que Estados Unidos es capaz de hacer para detener el tráfico de drogas.
Jaime Rolando Rosenthal Oliva, conocido como “don Jaime”, es un banquero, economista, empresario y político hondureño, miembro del Partido Liberal de Honduras. Nació el 5 de mayo de 1936 en San Pedro Sula y estudió ingeniería civil en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, Estados Unidos.
El año pasado, la revista Forbes lo ubicó en la posición seis de los 12 millonarios más importantes de Centroamérica.
Dirigió, hasta ahora, el Grupo Continental, fundado en 1929. Su Banco Continental empezó operaciones el 20 de marzo de 1974 y fue cerrado por la Comisión Nacional de Banca y Seguros (CNBS) a raíz del escándalo.
De acuerdo con la calificación de riesgo de Equilibrium de 2013, el conglomerado contaba con activos por 1,173 millones de dólares y su facturación fue por 156 millones de dólares en ese año.
Según ha relatado en decenas de reportajes, su padre, Yankel Rosenthal, era nacido en Rumanía, de origen judío y profesión electricista, que llegó a Honduras en 1924.
Don Jaime fue vicepresidente del país, diputado ante el Congreso Nacional de Honduras, asesor presidencial de varios gobiernos liberales y se postuló para el cargo de presidente de la República. Su influencia era reconocida en diversos sectores, incluido el judicial.
Al Partido Liberal igual pertenece su hijo Yani, de 50 años, quien fue ministro de la Presidencia en la administración de José Manuel Zelaya Rosales.
Su sobrino Yankel, también acusado y detenido en Estados Unidos, fue ministro de Inversiones de Honduras, presidente del equipo de fútbol Club Deportivo Marathón y accionista mayoritario de varias empresas también en embargo preventivo (aseguramiento) por orden de la Fiscalía de Honduras.
Según la justicia estadounidense, Jaime, Yani y Yankel Rosenthal “proveyeron durante una década de servicios de lavado de dinero, y otros, para apoyar actividades de (…) traficantes de drogas centroamericanos y organizaciones criminales”.
Los Rosenthal rechazan las acusaciones del departamento de Justicia de EUA. “ El pueblo hondureño conoce de nuestra dedicación al trabajo y al ahorro y saben perfectamente que estas acusaciones que se han presentado contra nosotros son falsas”, se lee en un comunicado emitido por el Grupo Continental.
En una semana, el clan Rosenthal ha enfrentado un verdadero tsunami, les han despojado de todo mientras enfrentan la justicia en Estados Unidos. Un caso que ha dejado atónitos a los hondureños.
En los pasillos políticos corrió la voz que en este caso Estados Unidos no iba a dejar “títere con cabeza”. Tardó diez años, hasta que ha puesto contra la pared al banquero Jaime Rosenthal Oliva, un político y empresario influyente perteneciente a las más importantes esferas sociales y económicas de Honduras.
Rosenthal, de 79 años, no solo puede perder todo su patrimonio, sino podría enfrentar, junto con su hijo Yani y su sobrino Yankel, una condena de 20 años de prisión por la acusación de lavado de activos vinculados al narcotráfico, denuncia hecha pública el 7 de octubre por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos que les ha llamado “traficantes” y ha prohibido a los estadounidenses tener relación con cualquiera de sus empresas.
La acusación ha significado un giro para los Rosenthal, uno de los clanes más ricos de Honduras.
VEA INTERACTIVO: La caída de los Rosenthal paso a paso
Imágenes en vivo de la televisión local mostraban como empleados sacaban los enseres horas antes de que militares encapuchados se apropiaran de sus mansiones y casas de playa, de su empacadora, maquiladora y banco.
En total 19 empresas llegaron en un listado del Ministerio Público para su aseguramiento, el término empleado cuando la Fiscalía retiene una propiedad mientras el dueño demuestra su inocencia. Tras el aseguramiento sigue la incautación de bienes.
Además de las empresas, las mansiones que habitaban, las que usaban para el verano, las que alquilaban y varias que tenían en proceso de venta.
Jaime Rosenthal y su hijo Yani en la efervescencia de la campaña del Partido Liberal.
|
El caso Rosenthal se ha convertido en emblemático, porque no solo es una advertencia para Honduras, país aquejado por una crónica corrupción, monumental impunidad, narcotráfico y lavado de dinero, sino que es un mensaje claro para Latinoamérica de lo que Estados Unidos es capaz de hacer para detener el tráfico de drogas.
Jaime Rolando Rosenthal Oliva, conocido como “don Jaime”, es un banquero, economista, empresario y político hondureño, miembro del Partido Liberal de Honduras. Nació el 5 de mayo de 1936 en San Pedro Sula y estudió ingeniería civil en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, Estados Unidos.
El año pasado, la revista Forbes lo ubicó en la posición seis de los 12 millonarios más importantes de Centroamérica.
Dirigió, hasta ahora, el Grupo Continental, fundado en 1929. Su Banco Continental empezó operaciones el 20 de marzo de 1974 y fue cerrado por la Comisión Nacional de Banca y Seguros (CNBS) a raíz del escándalo.
De acuerdo con la calificación de riesgo de Equilibrium de 2013, el conglomerado contaba con activos por 1,173 millones de dólares y su facturación fue por 156 millones de dólares en ese año.
Según ha relatado en decenas de reportajes, su padre, Yankel Rosenthal, era nacido en Rumanía, de origen judío y profesión electricista, que llegó a Honduras en 1924.
Don Jaime fue vicepresidente del país, diputado ante el Congreso Nacional de Honduras, asesor presidencial de varios gobiernos liberales y se postuló para el cargo de presidente de la República. Su influencia era reconocida en diversos sectores, incluido el judicial.
Al Partido Liberal igual pertenece su hijo Yani, de 50 años, quien fue ministro de la Presidencia en la administración de José Manuel Zelaya Rosales.
Su sobrino Yankel, también acusado y detenido en Estados Unidos, fue ministro de Inversiones de Honduras, presidente del equipo de fútbol Club Deportivo Marathón y accionista mayoritario de varias empresas también en embargo preventivo (aseguramiento) por orden de la Fiscalía de Honduras.
Según la justicia estadounidense, Jaime, Yani y Yankel Rosenthal “proveyeron durante una década de servicios de lavado de dinero, y otros, para apoyar actividades de (…) traficantes de drogas centroamericanos y organizaciones criminales”.
Los Rosenthal rechazan las acusaciones del departamento de Justicia de EUA. “ El pueblo hondureño conoce de nuestra dedicación al trabajo y al ahorro y saben perfectamente que estas acusaciones que se han presentado contra nosotros son falsas”, se lee en un comunicado emitido por el Grupo Continental.
En una semana, el clan Rosenthal ha enfrentado un verdadero tsunami, les han despojado de todo mientras enfrentan la justicia en Estados Unidos. Un caso que ha dejado atónitos a los hondureños.