Tegucigalpa, Honduras.
En las últimas tres décadas, el sistema financiero hondureño ha estado marcado por una aciaga historia de liquidaciones forzosas de instituciones bancarias motivadas por problemas de insolvencia e iliquidez financiera, pero es la primera vez que un banco nacional cierra operaciones por lavado de dinero del narcotráfico.
Con la liquidación y cancelación de operaciones de Banco Continental (Bancon) el pasado 9 de octubre se abre otro triste capítulo de la banca hondureña, pero esta vez por razones relacionadas con el crimen organizado.
La liquidación de Bancon se precipitó el 7 de octubre anterior luego que la Oficina de Control y Lavado de Activos de Estados Unidos (Ofac por sus siglas en inglés) designó a tres miembros de la familia Rosenthal y a uno de sus colaboradores en el lavado de activos e incluyó a esa institución financiera en la lista negra de entidades implicadas en el blanqueo de dinero.
A raíz de esa situación, empresas internacionales como Western Union, Master Card y Visa suspendieron relaciones con Banco Continental, lo que desencadenó el desplome de su índice de adecuación de capital a menos del 6%, que es el techo límite que se exige a las instituciones del sistema financiero hondureño.
De acuerdo a las investigaciones del Departamento del Tesoro de EUA, el Grupo Continental, propiedad de los Rosenthal, tuvo nexos comerciales con los hermanos Javier Heriberto y Devis Leonel Maradiaga, principales cabecillas de la banda de “Los Cachiros”, a través del banco y la empacadora de carnes del Grupo.
Según analistas consultados por LA PRENSA, es la primera vez en Honduras y la región que una institución financiera y sus principales socios y accionistas son incluidos en la lista de la Ley de Designación de Cabecillas Extranjeros del Narcotráfico, conocida como Ley Kingpin y en la lista de la Ofac.
Las quiebras
Desde finales de la década de los ochenta se registró en Honduras la quiebra de al menos cinco instituciones entre ellas el estatal Banco Municipal en 1989, Casa Propia en 2003, Banco Capital en 2002, Banco Corporativo (Bancorp) en 1999 y Banco Hondureño de Crédito y Servicios (Banhcrecer).
El caso más reciente se registró a finales de 2010, cuando explotó la crisis de insolvencia financiera del Banco de los Trabajadores, que obligó la inmediata intervención de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS) para rescatarla del colapso. Afortunadamente las medidas tomadas en aquel momento evitaron la liquidación forzosa de la institución.
La mayoría de estas instituciones colapsaron por malos manejos e irregularidades que las precipitaron a la iliquidez e insolvencia, pero ninguna por nexos con el crimen.
A raíz de esas quiebras en 2001 se creó el Fondo de Seguro de Depósito (Fosede).
En las últimas tres décadas, el sistema financiero hondureño ha estado marcado por una aciaga historia de liquidaciones forzosas de instituciones bancarias motivadas por problemas de insolvencia e iliquidez financiera, pero es la primera vez que un banco nacional cierra operaciones por lavado de dinero del narcotráfico.
Con la liquidación y cancelación de operaciones de Banco Continental (Bancon) el pasado 9 de octubre se abre otro triste capítulo de la banca hondureña, pero esta vez por razones relacionadas con el crimen organizado.
La liquidación de Bancon se precipitó el 7 de octubre anterior luego que la Oficina de Control y Lavado de Activos de Estados Unidos (Ofac por sus siglas en inglés) designó a tres miembros de la familia Rosenthal y a uno de sus colaboradores en el lavado de activos e incluyó a esa institución financiera en la lista negra de entidades implicadas en el blanqueo de dinero.
A raíz de esa situación, empresas internacionales como Western Union, Master Card y Visa suspendieron relaciones con Banco Continental, lo que desencadenó el desplome de su índice de adecuación de capital a menos del 6%, que es el techo límite que se exige a las instituciones del sistema financiero hondureño.
De acuerdo a las investigaciones del Departamento del Tesoro de EUA, el Grupo Continental, propiedad de los Rosenthal, tuvo nexos comerciales con los hermanos Javier Heriberto y Devis Leonel Maradiaga, principales cabecillas de la banda de “Los Cachiros”, a través del banco y la empacadora de carnes del Grupo.
Según analistas consultados por LA PRENSA, es la primera vez en Honduras y la región que una institución financiera y sus principales socios y accionistas son incluidos en la lista de la Ley de Designación de Cabecillas Extranjeros del Narcotráfico, conocida como Ley Kingpin y en la lista de la Ofac.
Las quiebras
Desde finales de la década de los ochenta se registró en Honduras la quiebra de al menos cinco instituciones entre ellas el estatal Banco Municipal en 1989, Casa Propia en 2003, Banco Capital en 2002, Banco Corporativo (Bancorp) en 1999 y Banco Hondureño de Crédito y Servicios (Banhcrecer).
El caso más reciente se registró a finales de 2010, cuando explotó la crisis de insolvencia financiera del Banco de los Trabajadores, que obligó la inmediata intervención de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS) para rescatarla del colapso. Afortunadamente las medidas tomadas en aquel momento evitaron la liquidación forzosa de la institución.
La mayoría de estas instituciones colapsaron por malos manejos e irregularidades que las precipitaron a la iliquidez e insolvencia, pero ninguna por nexos con el crimen.
A raíz de esas quiebras en 2001 se creó el Fondo de Seguro de Depósito (Fosede).