'No estoy preparado para ser Presidente de Honduras”: Carlos Miranda

Comayagua, Honduras.

Es reconocido como uno de los mejores alcaldes de Honduras y sus más de 17 años al frente de la Municipalidad de Comayagua avalan su trabajo, es Carlos Miranda, quien afirma que servir a la población es algo que lo llena como persona y profesionalmente.

Trabajador desde su niñez y modesto sobre sus logros de adulto, Miranda expresó en una entrevista a Diario LA PRENSA que es amante de la vida tranquila y sencilla, que tuvo una infancia de sacrificio y que su gran amor es la familia.

Estoy en el quinto período. Ya son casi 18 años.

Hay muchas personas que me lo han dicho y me han querido convencer, pero yo no estoy preparado para eso. Tampoco es mi proyecto. Tengo los pies puestos en la tierra y he entendido que mientras más sencilla es la vida es más agradable. Definitivamente buscar la presidencia es algo que descarto, mis metas son más familiares.

Todavía no lo sé. Me ocupo de trabajar y después me autoevalúo para ver si es posible. Soy mi primer crítico; si yo veo que no ando bien, que no he logrado las metas, mejor ni lo intento.

Creo que es bastante difícil social, política y económicamente. Pero soy optimista, creo que el diálogo es la mejor manera de resolver problemas porque permite escuchar, proponer y consensuar.

El pueblo está cansado de la corrupción y mal manejo de la administración pública, y son válidas sus protestas y lo que piden. Lo que no es válido es lo que buscan grupos contaminados por intereses políticos o personales.

Esa es parte de la incomodidad del pueblo, ya que aun las elecciones que se hacen para estos puestos no parecen haber cambiado y han sido históricamente manipuladas. Esta es una buena oportunidad para empezar a cambiar las cosas.

El proceso debe ser lo más transparente posible, que se elija con base en capacidad y honestidad.

Mi padre era de Nicaragua y mi madre de San Juan, La Paz, Honduras. Soy el último de nueve hermanos y vivíamos en Choluteca.

Yo era un niño con bastante madurez; desde la infancia nos acostumbraron al trabajo y al estudio. A los 10 años perdí a mi padre y empecé a ver la vida diferente.

Me fui a vivir a Comayagua con una familia y, aunque con su protección, me tocó trabajar por mi propia subsistencia.

Hice trabajo agrícola, corté café, también trabajé vendiendo. A los 13 años tuve un trabajo de distribuir leche. Tenía un cuñado y el padre de él tenía hacienda y mandaba a repartir la leche. En eso trabajé. Ganaba 30 lempiras al mes. Me servían para pagar mis estudios.

Trabajo desde niño, nunca me imaginé ni ser alcalde ni político, pero fue el plan de Dios. Soy trabajador social y estuve en varios organismos de desarrollo comunitario. Ahí aprendí a buscar soluciones. Cuando dejé ese trabajo me propusieron entrar en política. Cuando acepté me propuse hacer la diferencia. Fui regidor, pero luego en mi primer intento gané el puesto de alcalde. Tampoco creí que iba a estar tanto tiempo, sin embargo, la gente cada vez me anima a volver y en cada proceso he sacado más votos. En el anterior obtuve 7,000 votos más.

Trabajo entre 12 y 14 horas diarias, a veces los siete días de la semana, según los compromisos. Mi rutina de vida es mi trabajo y el hogar, esa es mi felicidad. A veces es duro y absorbente, pero cuando uno hace lo que le gusta hacer, como yo, no siente como que es trabajo, lo disfruto. Además, es bastante variado, porque como alcalde se tienen tantas cosas por atender.

Siempre hay algunos pequeños reclamos, de parte de la esposa especialmente, pero ella ha sido un gran apoyo para mí. Ha sabido entender mi trabajo porque siempre he trabajado a ese ritmo. Tengo hijos comprensivos, tres de ellos profesionales universitarios. Tratamos de disfrutar al máximo el tiempo que compartimos.

Mi familia es liberal en su mayoría. He sido un permanente crítico del político tradicional que busca el voto con mentiras, y quise hacer la diferencia, pues no se puede solo criticar sin actuar.

El secreto es esforzarse por hacer las cosas bien y entender que el servicio público solo es la oportunidad para servir. Lo más importante de este trabajo es no perder la humildad ni el contacto con la gente ni la vocación de servicio.

Me gusta mucho la lectura. Leo libros de automotivación y superación personal. Los deportes, especialmente el fútbol, el cual todavía practico cuando tengo tiempo. Me gusta escuchar música y me gusta caminar en el campo.

Es algo crítico porque somos un país de agricultura de subsistencia y el sector campesino, que su esperanza es la cosecha. En Comayagua hay sectores que no ha llovido. Aquí hay un gran sector rural en que su principal actividad es el frijol, maíz y café. Ha sido duro. Estamos trabajando, aunque no sirve de nada si no llueve.

Sacar a la ciudad del abandono. Se logró un desarrollo integral, aunque queremos mucho más para la ciudad. Hemos ayudado a resolver tantos problemas y a personas que creían que el mundo estaba perdido para ellos, ya sea por problemas serios de salud o retos especiales, a los que hemos ayudado, directamente o acercándolos a organismos internacionales.

Sí, uno quisiera tener una varita mágica para resolver todo, sin embargo, no se puede todo a la vez. Por problemas presupuestarios, en las alcaldías siempre la necesidad es mayor que la capacidad de respuesta.

Ver a mi familia realizada y llevar una vida tranquila.