La Ceiba, Honduras.
Con el funcionamiento de energía con recursos renovables y las térmicas se tiene previsto solucionar la crisis energética en el litoral atlántico, aseguran autoridades de la Enee de esta región.
Siguen programando los cortes de energía en La Ceiba y el valle Aguán, lo que está haciendo permanente el malestar de los abonados, que se cansaron de quemar llantas ante los constantes apagones.
Reiteran que a finales de septiembre se espera que las interrupciones en el servicio de energía disminuyan con la puesta en funcionamiento de la represa hidroeléctrica que funcionará en el río Ojo de Agua, en San Estaban, Olancho, tal como lo anunció el presidente Juan Orlando Hernández días atrás. Desde este punto la energía será entregada a la subestación del municipio de Bonito Oriental en Colón.
“Si se inyectan esos 20 megavatios que va a generar esta hidroeléctrica a esta subestación, los cortes por bajo voltaje van a desaparecer”, aseguró Luis Cano, jefe de División y Distribución de la Enee.
En noviembre se espera que entren en funcionamiento otros siete megas, que serán producidos en el río Betulia, en Santa Fe, Colón. “El próximo año, Nacional de Ingenieros aumentará cinco megavatios más, y a través de los Institutos de Previsión se piensa en la construcción de una planta con turbina de gas con una capacidad instalada entre 25 a 50 megas”, anunció Cano. En torno al proyecto hidroeléctrico en el río Cangrejal, cuyo tema ha resurgido por los apagones, dijo que esta iniciativa nunca fue abandonada. “Ya tiene todos los permisos ambientales, faltó que la ciudad permitiera su instalación”, indicó.
La construcción sería bienvenida para La Ceiba, “ya que nos ayudaría a tener resueltos problemas de energía eléctrica, control de inundaciones y en un futuro tener una represas para alimentar de agua a la ciudad”, manifestó. Este proyecto fue planteado hace una década y la oposición de ambientalistas y sectores organizados se hizo sentir. “Nunca nos hemos opuesto al proyecto, sino a un contrato leonino que es un crimen contra la pobreza de Honduras y el futuro de La Ceiba, porque destruye las fuentes de agua, el turismo, erosiona las playas”, opinó José Herrero, ambientalista ceibeño.
Con el funcionamiento de energía con recursos renovables y las térmicas se tiene previsto solucionar la crisis energética en el litoral atlántico, aseguran autoridades de la Enee de esta región.
Siguen programando los cortes de energía en La Ceiba y el valle Aguán, lo que está haciendo permanente el malestar de los abonados, que se cansaron de quemar llantas ante los constantes apagones.
Reiteran que a finales de septiembre se espera que las interrupciones en el servicio de energía disminuyan con la puesta en funcionamiento de la represa hidroeléctrica que funcionará en el río Ojo de Agua, en San Estaban, Olancho, tal como lo anunció el presidente Juan Orlando Hernández días atrás. Desde este punto la energía será entregada a la subestación del municipio de Bonito Oriental en Colón.
“Si se inyectan esos 20 megavatios que va a generar esta hidroeléctrica a esta subestación, los cortes por bajo voltaje van a desaparecer”, aseguró Luis Cano, jefe de División y Distribución de la Enee.
En noviembre se espera que entren en funcionamiento otros siete megas, que serán producidos en el río Betulia, en Santa Fe, Colón. “El próximo año, Nacional de Ingenieros aumentará cinco megavatios más, y a través de los Institutos de Previsión se piensa en la construcción de una planta con turbina de gas con una capacidad instalada entre 25 a 50 megas”, anunció Cano. En torno al proyecto hidroeléctrico en el río Cangrejal, cuyo tema ha resurgido por los apagones, dijo que esta iniciativa nunca fue abandonada. “Ya tiene todos los permisos ambientales, faltó que la ciudad permitiera su instalación”, indicó.
La construcción sería bienvenida para La Ceiba, “ya que nos ayudaría a tener resueltos problemas de energía eléctrica, control de inundaciones y en un futuro tener una represas para alimentar de agua a la ciudad”, manifestó. Este proyecto fue planteado hace una década y la oposición de ambientalistas y sectores organizados se hizo sentir. “Nunca nos hemos opuesto al proyecto, sino a un contrato leonino que es un crimen contra la pobreza de Honduras y el futuro de La Ceiba, porque destruye las fuentes de agua, el turismo, erosiona las playas”, opinó José Herrero, ambientalista ceibeño.