San Pedro Sula, Honduras.
“El que no trabaja que no coma”, dice Marco Mendoza, un sampedrano que se dedica a la recolección de botellas desde hace unos cinco años.
Cada mañana se levanta muy temprano a recorrer las calles de la ciudad bajo el sol y lluvia para revisar los basureros que halla en su camino.
Su misión es recolectar tantas botellas como pueda para venderlas en un centro de recolección.
Él no es el único, pues centenares de sampedranos también se han sumado a esta labor en los últimos años ante la falta de oportunidades.
Honduras exporta mensualmente unas 15 mil toneladas de metales reciclados, de todo tipo, a países como China, India, Brasil y Estados Unidos.
Aunque no se pudo conocer cuántos sampedranos viven de la recolección de materiales reciclables, cada vez más personas han hecho de esta, una forma de subsistencia.
Óscar Danilo Alfaro (20) tiene dos años de trabajar en una chatarrera en la colonia Honduras. A las 7:00 am abre los portones del predio donde su patrón almacena los materiales de reciclaje.
“Yo comencé a trabajar aquí porque al buscar empleo no encontré. Fui a tres empresas y no conseguí ninguna plaza. Me llamó el dueño y acepté su propuesta para generar un dinero”, expresó.
“Yo atiendo a todos los recolectores que vienen y les compramos hierro, cobre, botes plásticos, aluminio, prensa y papel, baterías de carro y lavadoras. Estos recolectores vienen de distintas colonias, en su mayoría ubicadas en las cercanías de las calles 27 y 33, incluso hay gente que viene desde la López Arellano en Choloma. Todo lo que compramos lo vamos a vender a la empresa de reciclaje Invema, ubicada en el camino hacia El Zapotal”, agregó.
Cada semana se cargan y llenan tres camiones para que vayan a dejar el material a la recicladora.
Negocios
Sissy Rosales Tábora, dueña de negocio de recolección de materiales reciclables en el barrio Medina, expresó que debido a la falta de empleo decidió abrir junto con su padre y esposo su negocio.
Ella le compra los materiales a los recolectores callejeros y lo vende también a la recicladora.
“Lo que más nos traen son botes de plástico, pero lo que tiene mayor demanda es el cobre. Hace poco abrimos el negocio; sin embargo, cada día vienen muchos recolectores a vender. Los botes de vidrio se los vendemos a los señores que envasan miel”, afirma.
Juan Agustín Sosa (26) es dueño del negocio Hermanos Sosa en el barrio Santa Anita.
Su familia también decidió hace 10 años emprender el negocio como opción para salir adelante.
“Unas 200 personas nos traen lo que recolectan en las calles a diario, en su mayoría cobre, aluminio y plásticos”.
“El que no trabaja que no coma”, dice Marco Mendoza, un sampedrano que se dedica a la recolección de botellas desde hace unos cinco años.
Cada mañana se levanta muy temprano a recorrer las calles de la ciudad bajo el sol y lluvia para revisar los basureros que halla en su camino.
Su misión es recolectar tantas botellas como pueda para venderlas en un centro de recolección.
Él no es el único, pues centenares de sampedranos también se han sumado a esta labor en los últimos años ante la falta de oportunidades.
Honduras exporta mensualmente unas 15 mil toneladas de metales reciclados, de todo tipo, a países como China, India, Brasil y Estados Unidos.
Aunque no se pudo conocer cuántos sampedranos viven de la recolección de materiales reciclables, cada vez más personas han hecho de esta, una forma de subsistencia.
Un recolector vacía las botellas plásticas en el negocio Hermanos Sosa.
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“Yo comencé a trabajar aquí porque al buscar empleo no encontré. Fui a tres empresas y no conseguí ninguna plaza. Me llamó el dueño y acepté su propuesta para generar un dinero”, expresó.
“Yo atiendo a todos los recolectores que vienen y les compramos hierro, cobre, botes plásticos, aluminio, prensa y papel, baterías de carro y lavadoras. Estos recolectores vienen de distintas colonias, en su mayoría ubicadas en las cercanías de las calles 27 y 33, incluso hay gente que viene desde la López Arellano en Choloma. Todo lo que compramos lo vamos a vender a la empresa de reciclaje Invema, ubicada en el camino hacia El Zapotal”, agregó.
Cada semana se cargan y llenan tres camiones para que vayan a dejar el material a la recicladora.
Negocios
Sissy Rosales Tábora, dueña de negocio de recolección de materiales reciclables en el barrio Medina, expresó que debido a la falta de empleo decidió abrir junto con su padre y esposo su negocio.
Ella le compra los materiales a los recolectores callejeros y lo vende también a la recicladora.
“Lo que más nos traen son botes de plástico, pero lo que tiene mayor demanda es el cobre. Hace poco abrimos el negocio; sin embargo, cada día vienen muchos recolectores a vender. Los botes de vidrio se los vendemos a los señores que envasan miel”, afirma.
Juan Agustín Sosa (26) es dueño del negocio Hermanos Sosa en el barrio Santa Anita.
Su familia también decidió hace 10 años emprender el negocio como opción para salir adelante.
“Unas 200 personas nos traen lo que recolectan en las calles a diario, en su mayoría cobre, aluminio y plásticos”.
Wilfredo Álvarez y Chilo Zavala ordenan los materiales en su negocio en el barrio Medina.
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