San Pedro Sula, Honduras.
Honduras desde hace varios meses ha reforzado las fronteras para evitar el ingreso de miembros de las maras y pandillas de El Salvador, que según la inteligencia de ambos países buscan afincarse en el país y desde aquí cometer diversos ilícitos.
La alerta se giró desde abril, cuando los pobladores de la zona sur de Lempira informaron de la presencia de miembros de la MS en varios municipios del departamento, lo que generó el desplazamiento de efectivos militares y policiales para evitar el acceso de los mareros por las fronteras y puntos ciegos.
La vigilancia se ha intensificado ante el temor de que los antisociales se refugien en Honduras.
Ahora, los pandilleros en El Salvador atemorizan, siembran el terror, buscan negociar con el Gobierno salvadoreño la represión a sus actividades y mejorar las condiciones en que viven sus miembros en las prisiones. Para lograrlo le tomaron el pulso al Gobierno paralizando el transporte público, que solo la semana pasada cobró la vida de nueve transportistas.
Esa situación provoca que analistas en ese país aseguren que ante las acciones de los antisociales, países como Honduras deban tomar más precauciones.
Honduras desde hace varios meses ha reforzado las fronteras para evitar el ingreso de miembros de las maras y pandillas de El Salvador, que según la inteligencia de ambos países buscan afincarse en el país y desde aquí cometer diversos ilícitos.
La alerta se giró desde abril, cuando los pobladores de la zona sur de Lempira informaron de la presencia de miembros de la MS en varios municipios del departamento, lo que generó el desplazamiento de efectivos militares y policiales para evitar el acceso de los mareros por las fronteras y puntos ciegos.
La vigilancia se ha intensificado ante el temor de que los antisociales se refugien en Honduras.
Ahora, los pandilleros en El Salvador atemorizan, siembran el terror, buscan negociar con el Gobierno salvadoreño la represión a sus actividades y mejorar las condiciones en que viven sus miembros en las prisiones. Para lograrlo le tomaron el pulso al Gobierno paralizando el transporte público, que solo la semana pasada cobró la vida de nueve transportistas.
Esa situación provoca que analistas en ese país aseguren que ante las acciones de los antisociales, países como Honduras deban tomar más precauciones.
“Con lo que pasa en El Salvador se deben tomar precauciones en los países vecinos porque lo peor que le puede pasar por ejemplo a Honduras es que estos grupos exijan una cuota de poder y eso genere la inestabilidad en el sistema. La experiencia nos dice que implementar leyes contra las maras y pandillas es algo que El Salvador también hizo y no dio resultados”, explicó Carlos Carcach, analista en seguridad de El Salvador.
Realidad en Honduras. La situación en El Salvador es para Tomás Zambrano una situación diferente, difícil que se pueda replicar porque en Honduras se han tomado todas las acciones preventivas.
“Son situaciones distintas en los dos países por el compromiso y coordinación de los operadores de justicia y en Honduras se ha atacado a las maras de manera frontal desde hace dos años. El Salvador es una situación distinta porque en Honduras tenemos un trabajo de coordinación que nos ha permitido el control de barrios y zonas conflictivas”, dijo Zambrano.
En el país, el trabajo de prevención y el pedagógico y social son el reto de los Gobiernos para frenar la violencia de estos grupos y evitar la represión y militarización en Honduras y El Salvador. “Los miembros de maras tienen que pensar mucho si no deciden cambiar porque las penas que ahora hay en Honduras son elevadas. Se cuenta con programas de prevención para evitar las acciones de violencia. Estamos tomando todas las medidas en el caso”, dijo Leonel Sauceda, vocero de la Policía Nacional.
