Para el presidente Juan Orlando Hernández, el diálogo con la ciudadanía hondureña les ha permitido mayor cercanía con cada sector que han transmitido las necesidades y los desafíos del pueblo.
Lo más importante es que hayan constatado el espíritu anticorrupción que anima a los hondureños de todos los sectores y que fortalece al Gobierno en su lucha por adecentar el país y combatir la impunidad. La misión exploratoria de la ONU es parte del esfuerzo por el diálogo abierto, incluyente y sin condiciones. Ellos llegaron en el contexto de nuestra invitación y esperamos que su informe refleje el deseo por lograr una sociedad en paz, fortalecida en su democracia y donde la transparencia sea un valor firme.
Al contrario, nuestra agenda de trabajo se ha fortalecido, nuestro compromiso con las familias hondureñas es más cercano, especialmente con aquellas que antes no contaban en los programas oficiales. No hay duda de que el diálogo nos ha ocupado grandes espacios de tiempo, pero esas conversaciones nos han permitido mayor cercanía con cada sector, con los obreros, agricultores, empresarios, grupos étnicos, estudiantes, representantes de la sociedad civil, Iglesias, patronatos, juntas vecinales, comerciantes, microempresarios, alcaldes, cafetaleros, palmeros y en fin con las organizaciones genuinas que en su accionar del día a día pueden transmitirnos mejor las necesidades y los desafíos del pueblo.
Reflejan la libertad de expresión del país y del cual mi Gobierno es un garante. Los ataques personales, los cuestionamientos partidarios y las críticas a la administración son una evidencia de nuestra amplia tolerancia. Pese a los ataques denigrantes y oprobiosos contra mi familia y mi persona, jamás he contestado ni censurado a persona alguna y mucho menos a medios. Sé que esto forma parte de una sui géneris combinación de intereses oscuros donde las líneas se transgreden continuamente. Tampoco podemos desconocer que las redes sociales también son la expresión viva de otros sectores.
Es la ciudadanía la que tiene la palabra… son ellos los que deben valorar y opinar.
Su lucha contra la corrupción es legítima; en este tema ellos nos acompañan y hay que mantener ese espíritu y que esa llama no se apague. En la lucha contra la corrupción únicamente debe prevalecer la bandera de Honduras; el resto solo refleja intereses.
Deben abandonar sus posturas políticas y de intereses personales y pensar como hondureños. Honduras no está en campaña proselitista. En este momento no tenemos espacio para agendas de políticos tradicionales. Saben que la propuesta nuestra es dialogar abiertamente, sin condiciones y sin agenda previa. De otro lado hemos propuesto un Sistema Integral Hondureño contra la Impunidad y la Corrupción que es mucho más amplio y efectivo en la lucha contra la impunidad, ya que abarca a todos los operadores de justicia e incluye el observatorio judicial, además de un sistema de integridad del sector privado. En este esquema se incluye la llegada de fiscales, jueces y expertos en seguridad internacionales que nos acompañen en el esfuerzo que garantiza una continuidad en tiempo y una efectividad e independencia que solo abonará a Honduras. Honduras vive una nueva etapa. No es un feudo de viejos políticos con una retórica que se distancia por mucho de la realidad.
Estamos trabajando fuertemente en el combate al crimen en todas sus formas. Extraditar capos de la droga, desmantelar bandas de extorsionadores, asegurar e incautar bienes de otrora poderosos y blindados señores, poner tras las rejas a altos funcionarios y otros son hechos concretos, así como lo son la desarticulación de mafias que han operado en distintos ámbitos del sector público en colusión con privados. No hablo con promesas, estamos trabajando y esto seguramente inquieta a muchos que sienten que sus reinados ya no son estables.
La SIHCIC representa la continuidad de un organismo que garantizará justicia, fin de la impunidad y que no nos coopta la soberanía.
Nuestra propuesta sería producto del diálogo y el consenso de voluntades de hondureños de todos los sectores, lo que permitirá una veeduría permanente.
Es algo más que la CICIH, algo más completo, permanente e integral. Los hondureños podemos hacerlo con el apoyo incondicional de los extranjeros y nacionales especialistas en temas propios del Ministerio Público y el Poder Judicial. Además necesitamos un sistema de observatorio contra la corrupción y así desarrollar nuestra propuesta.
Efectivamente ya estarán activos algunos de los programas económicos como los corredores que se impulsan a lo largo del país y buscan convertir Honduras en una potencia logística regional.
Recordemos también que habrá muchos recursos disponibles en la banca y necesariamente deberán ser colocados a nivel de sectores porque el Gobierno ya no compite por los mismos al tener las cuentas fiscales en orden. Por su lado desde el Ejecutivo estamos impulsando proyectos como los fondos Firsa, con los cuales apoyamos a los sectores agrícolas y ganaderos. También impulsamos la represa El Tablón que permitirá generación de empleo, en primer lugar, luego la protección de miles de hectáreas de tierra cultivada en el Valle de Sula y por supuesto la generación de electricidad. El impulso de turismo también es otro elemento clave en el despegue económico, igual que el del café y la maquila. El empleo en permanente crecimiento en estos rubros garantiza bienestar a las familias. Proyectos como Siglo XXI, para poner un ejemplo, que es una iniciativa público-privada, no solo va a repotenciar y modernizar a San Pedro Sula sacándola del rezago de los últimos años, sino que también la modernizará a nivel de las grandes urbes de América Latina y el desarrollo de las obras, unas 24 en total, representará otra enorme fuente de trabajos para la fuerza laboral de la región del Valle de Sula, ya que este proyecto generará una inversión de más de 1,800 millones de lempiras. En el sector vivienda estamos atendiendo a familias que antes no tenían posibilidad de tener su casa. Vamos en dos vías: a través de Covivienda donde hay acceso a personas que tienen como base un salario mínimo y reciben subsidios especiales de nuestra parte. Entre menos gana una familia, más alto es el apoyo. Hemos construido ya cientos de casas en distintas regiones de Honduras. Esto asegura bienestar y equilibrio social. Otro programa de viviendas es impulsado a través de Vida Mejor, que es especial para los que tienen medio salario mínimo o menos.
Los tributos nunca agradan a nadie, pero son parte de la obligación que se contribuya a desarrollar el país. Este 1.5% no es un nuevo impuesto y mucho menos es confiscatorio. Lo importante es que su aplicación sea justa y que cuando corresponda, al momento de hacer las cuentas, se aplique correctamente y si corresponde que se traduzca en créditos fiscales, que así se haga.