El consejero del Departamento de Estado de Estados Unidos, Thomas Shannon, opinó ayer que la instauración de una Comisión Internacional contra la Impunidad y la Corrupción en el país deber ser “una solución hondureña” que podría surgir del diálogo convocado por el presidente Juan Orlando Hernández con los representantes de la sociedad.
Shannon valoró positivamente las marchas de diversos sectores del país, exigiendo un alto a la corrupción y la impunidad, y dijo que eso es “algo inédito” que no debe tomarse como una crisis institucional, sino como un momento de “efervescencia democrática” para que el Gobierno responda al pueblo.
El diplomático estadounidense habló con periodistas de los principales medios escritos y digitales sobre su visita a Honduras, Guatemala y El Salvador para profundizar sobre la Alianza para la Prosperidad (APP).
Creo que andamos bien en nuestras negociaciones en el Congreso; estamos entrando en un momento importante. Nuestro proceso de construir nuestro presupuesto no es nada bonito, pero es muy democrático y refleja los intereses y las preocupaciones de todos los miembros de nuestras dos cámaras y por eso requiere tiempo, mucha negociación y mucha paciencia. Es un proceso y nadie debe asustarse, lo importante es mantenerse involucrado. Desde mi punto de vista, lo importante no son tanto los números que las personas están usando como punto de partida, sino el compromiso que existe en el Congreso porque el debate, el compromiso y el interés es verdadero y creo que vamos a salir con una cantidad de dinero, sean mil millones de dólares o no, que van a representar el compromiso del Ejecutivo y del Legislativo a la APP.
Creo que estamos en un momento muy efervescente democráticamente en los tres países, pero especialmente en Honduras y Guatemala, donde estamos viendo una participación del pueblo en definir los fines del Gobierno, una exigencia acerca de la capacidad de los Gobiernos de enfrentar la corrupción, y esto es sano, esto es digno y muestra que las sociedades hondureña y guatemalteca tienen la capacidad de expresarse y exigir democráticamente la solución de sus problemas y que su voz no va a callar y para nosotros y nuestro Congreso esto es sumamente positivo.
El diplomático habló ampliamente con la prensa hondureña sobre la Alianza para la Prosperidad y la actual situación política de Honduras.
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Todavía estamos en el proceso de definir no solamente las cantidades, sino los proyectos y cómo vamos a manejarlo, pero en este momento en la gran mayoría de proyectos, sea en Honduras, Guatemala y El Salvador, ya hemos establecido maneras de dirigir nuestros fondos, aparte de los presupuestos nacionales. El propósito es asegurar que los fondos que estamos dirigiendo y los programas que estamos financiando converjan y conecten con lo que están haciendo los Gobiernos. Cada país va a aportar entre tres y siete dólares de sus presupuestos nacionales por cada dólar que EUA va a aportar.
La transparencia como la democracia no es un fin, es un proceso y aún en EUA siempre estamos luchando para mantener la transparencia y algunas instituciones aquí son supertransparentes y hay algunas que no son tan transparentes, pero lo importante no es cómo están las instituciones en este momento, lo importante es que está exigiendo el pueblo, qué quiere el hondureño, el guatemalteco y el salvadoreño de su gobierno y con esa voz han asumido en la calle, en la prensa y en sus casas, algo desde mi punto de vista inédito y muestra no solamente el vigor de la democracia, sino también el hecho de que diferentes sectores, en este caso hondureños y especialmente la clase media, han decidido que ser ciudadano quiere decir exigir de su Gobierno.
Vamos a ver qué dice nuestro Congreso. El Congreso en sus negociaciones no ha llegado a ese punto todavía en definir la condicionalidad de los fondos. Estos fondos son diferentes de los fondos de la Cuenta del Milenio y de otros que tienen su propia condicionalidad; pero sea en letra o en espíritu siempre hay condiciones. El propósito de nuestra asistencia es profundizar la democracia, el desarrollo, expandir las oportunidades y el acceso a recursos y mejorar la relación bilateral, pero no entre líderes y Gobiernos, sino entre pueblos y sociedades, entre ciudadanos.
Yo he pensado mucho en eso porque he vivido la Cicig en Guatemala por muchos años, porque yo era el subsecretario en el tiempo que se estableció y he trabajado con los guatemaltecos en diferentes momentos para extender el mandato, incluyendo recientemente cuando el Gobierno de Guatemala pidió su renovación. Lo importante de la Cicig es que es una solución guatemalteca para un problema guatemalteco; o sea, no fue algo impuesto, fue algo pedido por Guatemala. Si Honduras busca algo semejante, tiene que ser algo construido para Honduras, tiene que ser una solución hondureña; yo creo que en esto el diálogo nacional podría tener un papel importante porque en ese ejercicio hay oportunidad de presentar diferentes ideas y determinar cuál sería más factible aquí, cuál ayudaría más, porque tenemos que entender cuál es el fin.
Si el fin es la transparencia, si el fin es asegurar que los corruptos salgan a la luz del día, que no hay impunidad, entonces uno debe buscar los mecanismos que promuevan eso y tal vez hay otro mecanismo que sea mejor en este momento; pero esto realmente va a ser una decisión para los hondureños y para su propio diálogo.
Es importante obviamente para nosotros y para nuestro Congreso asegurar que si vamos a traer una cantidad de dinero aquí para trabajar al lado del Gobierno de Honduras, queremos algunas garantías de que no estamos malgastando el dinero; pero en este momento hemos tenido un buen socio en el Gobierno de Honduras, un buen socio en el Presidente; él ha mostrado liderazgo, ha mostrado capacidad de implementar y voluntad política. Yo no creo que estaríamos donde estamos en el área de la Alianza para la Prosperidad sin él.
Estamos aquí para hacer posible el éxito y en la manera que Honduras cree que necesita ayuda y la solidaridad de la comunidad internacional para mejorar la transparencia y el funcionamiento de las instituciones, nosotros y los otros socios de Honduras estamos muy dispuestos a ayudarles.
Es una decisión hondureña porque lo interesante es que Cicig fue concebida bajo el paraguas de la ONU, pero no es una entidad de la ONU, realmente es una entidad guatemalteca formada por expertos internacionales con la ayuda y financiamiento de diferentes miembros de la ONU. Lo que estoy diciendo es que cada país necesita ayuda en promover la transparencia y enfrentar la corrupción y la comunidad internacional está dispuesta, sea la ONU, la OEA, sean los países como EUA, Colombia, México, la Unión Europea o Brasil, a ayudar y mostrar solidaridad. Pero al fin del día es una decisión hondureña y sería un error nuestro tratar de anticipar esa decisión y tratar de interferir en un proceso hondureño.
Estas protestas no son una crisis, estas protestas son manifestaciones pacíficas, democráticas, que muestran claramente el interés del pueblo hondureño de recuperar su voz; entonces no lo veo como una crisis, lo veo como una gran oportunidad para el Gobierno de responder al pueblo.