San Pedro Sula, Honduras.
En el lugar menos indicado, en la parte trasera de las afueras de un predio escolar, una severa acumulación de basura inunda de contaminación parte del barrio Cabañas desde hace varios días.
El camión recolector lleva más de una semana sin pasar y esto ha causado que se convierta casi en un pequeño crematorio donde permanecen hasta animales muertos que despiden olores putrefactos.
Los niños del centro básico Luis Landa son los más perjudicados. Más de 400 llegan a diario al emblemático centro educativo del lugar y tienen que soportar los hedores que penetran las aulas cercanas al criadero de bacterias.
“Es una pena que las autoridades municipales no hagan nada para evitar que esa basura desaparezca de la zona. Los escolares pueden contraer alguna enfermedad por la acumulación de basura en esa esquina del barrio”, dice Magdalena García, vecina de los alrededores de la escuela que también sufre por el mal olor.
García asegura que en ese foco de desechos sólidos también se puede encontrar un sinnúmero de llantas, botes de plástico y muchas cantidades de objetos que con las recientes lluvias sirven para acumular agua y propiciar criaderos de zancudos que pueden contagiar a cualquiera de dengue y chikungunya.
“La gente está mal informada sobre los riesgos que tiene no depositar la basura en los lugares correctos y por eso es que ahora estamos en riesgo con tanta basura, incluso hay animales muertos allí y el olor es insoportable”, indica Marco Medina, otro vecino y además padre de familia de la escuela afectada.
Las autoridades del centro educativo esperan que para esta semana esté resuelto el problema de la basura porque puede ser fatal para la salud de los menores.
Algunos padres se han reunido para asistir a la alcaldía sampedrana y presentar de manera formal su queja por la amenaza a la que están expuestos sus hijos. No han recibido respuesta al respecto para que el recolector de basura pase por los desechos en el menor tiempo posible.
En el lugar menos indicado, en la parte trasera de las afueras de un predio escolar, una severa acumulación de basura inunda de contaminación parte del barrio Cabañas desde hace varios días.
El camión recolector lleva más de una semana sin pasar y esto ha causado que se convierta casi en un pequeño crematorio donde permanecen hasta animales muertos que despiden olores putrefactos.
Los niños del centro básico Luis Landa son los más perjudicados. Más de 400 llegan a diario al emblemático centro educativo del lugar y tienen que soportar los hedores que penetran las aulas cercanas al criadero de bacterias.
“Es una pena que las autoridades municipales no hagan nada para evitar que esa basura desaparezca de la zona. Los escolares pueden contraer alguna enfermedad por la acumulación de basura en esa esquina del barrio”, dice Magdalena García, vecina de los alrededores de la escuela que también sufre por el mal olor.
García asegura que en ese foco de desechos sólidos también se puede encontrar un sinnúmero de llantas, botes de plástico y muchas cantidades de objetos que con las recientes lluvias sirven para acumular agua y propiciar criaderos de zancudos que pueden contagiar a cualquiera de dengue y chikungunya.
“La gente está mal informada sobre los riesgos que tiene no depositar la basura en los lugares correctos y por eso es que ahora estamos en riesgo con tanta basura, incluso hay animales muertos allí y el olor es insoportable”, indica Marco Medina, otro vecino y además padre de familia de la escuela afectada.
Las autoridades del centro educativo esperan que para esta semana esté resuelto el problema de la basura porque puede ser fatal para la salud de los menores.
Algunos padres se han reunido para asistir a la alcaldía sampedrana y presentar de manera formal su queja por la amenaza a la que están expuestos sus hijos. No han recibido respuesta al respecto para que el recolector de basura pase por los desechos en el menor tiempo posible.