Tegucigalpa, Honduras.
El movimiento de los indignados en Honduras ha cobrado fuerza. Aseguran que los colores políticos han pasado a segundo plano y la prioridad es la lucha contra la corrupción y la impunidad en el país.
La ahora conocida “marcha de las antorchas” sigue recolectando adeptos. Sus organizadores reconocen a LA PRENSA que entre menos políticos asistan a sus protestas, más hondureños irán uniéndose.“Esto no es un partido político, aquí nadie quiere halar agua para su molino. Lo que queremos es que Honduras salga adelante, que no siga la corrupción y la impunidad”, manifestó Ariel Varela (16), el encargado de la convocatoria a las marchas mediante las redes sociales.
Junto a él, su padre, del mismo nombre, un empleado de la empresa privada que renunció a su movimiento en el partido Libertad y Refundación (Libre) para trabajar de lleno en el de las antorchas.
“Dejamos a un lado esa parte ideológica con la que hemos simpatizado porque sino creaba fracturas en el grupo. Nos conocimos después que se firmó el pacto de oposición de los partidos. Los jóvenes decidimos separarnos de la estructura de los partidos y agruparnos como indignados”, explicó Varela.
Fue el descalabro del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) que los unió y organizaron su primer protesta como indignados el 2 de mayo, a la que denominaron “noche del IHSS”. Confesaron que no asistieron ni 500 personas. Para los otros miembros reunidos en un lugar de la capital, su lucha no acaba hasta que el Estado cambie su estructura fallida.
“Nuestra lucha es que paguen los corruptos y que le paguen al Estado lo que han robado. Yo no estoy matriculado con ningún partido, hoy las cosas han cambiado. No vamos a permitir que políticos lideren estas marchas porque este es un movimiento ciudadano, la afiliación política hay que dejarla a un lado como lo hemos hecho nosotros”, afirmó Paul Zepeda, abogado de profesión, quien lidera las marchas. Para el próximo viernes los indignados de las antorchas han convocado a los capitalinos a reunirse en el bulevar Morazán y caminar hasta la embajada de Estados Unidos, según ellos, con el propósito de que este cuerpo diplomático los escuche y ayude a que venga una comisión internacional contra la impunidad. “Nosotros somos los que encabezamos las marchas, llevamos la bandera de Honduras y las antorchas. No es Libre ni PAC quien convoca estas marchas, somos hondureños indignados”, dijo Miguel Briceño, otro organizador.
El movimiento de los indignados en Honduras ha cobrado fuerza. Aseguran que los colores políticos han pasado a segundo plano y la prioridad es la lucha contra la corrupción y la impunidad en el país.
La ahora conocida “marcha de las antorchas” sigue recolectando adeptos. Sus organizadores reconocen a LA PRENSA que entre menos políticos asistan a sus protestas, más hondureños irán uniéndose.“Esto no es un partido político, aquí nadie quiere halar agua para su molino. Lo que queremos es que Honduras salga adelante, que no siga la corrupción y la impunidad”, manifestó Ariel Varela (16), el encargado de la convocatoria a las marchas mediante las redes sociales.
Junto a él, su padre, del mismo nombre, un empleado de la empresa privada que renunció a su movimiento en el partido Libertad y Refundación (Libre) para trabajar de lleno en el de las antorchas.
“Dejamos a un lado esa parte ideológica con la que hemos simpatizado porque sino creaba fracturas en el grupo. Nos conocimos después que se firmó el pacto de oposición de los partidos. Los jóvenes decidimos separarnos de la estructura de los partidos y agruparnos como indignados”, explicó Varela.
Fue el descalabro del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) que los unió y organizaron su primer protesta como indignados el 2 de mayo, a la que denominaron “noche del IHSS”. Confesaron que no asistieron ni 500 personas. Para los otros miembros reunidos en un lugar de la capital, su lucha no acaba hasta que el Estado cambie su estructura fallida.
“Nuestra lucha es que paguen los corruptos y que le paguen al Estado lo que han robado. Yo no estoy matriculado con ningún partido, hoy las cosas han cambiado. No vamos a permitir que políticos lideren estas marchas porque este es un movimiento ciudadano, la afiliación política hay que dejarla a un lado como lo hemos hecho nosotros”, afirmó Paul Zepeda, abogado de profesión, quien lidera las marchas. Para el próximo viernes los indignados de las antorchas han convocado a los capitalinos a reunirse en el bulevar Morazán y caminar hasta la embajada de Estados Unidos, según ellos, con el propósito de que este cuerpo diplomático los escuche y ayude a que venga una comisión internacional contra la impunidad. “Nosotros somos los que encabezamos las marchas, llevamos la bandera de Honduras y las antorchas. No es Libre ni PAC quien convoca estas marchas, somos hondureños indignados”, dijo Miguel Briceño, otro organizador.