26/12/2024
03:44 PM

A cambio de comida 600 familias protegen la montaña Mico Quemado

El Progreso, Honduras.

Con el afán de parar la destrucción en la m ontaña Mico Quemado, organizaciones ambientales -con el apoyo de la empresa privada y pública- desarrollan planes de protección en esa reserva cuyas fuentes de agua están en riesgo de desaparecer.

Pese al esfuerzo del Departamento Municipal Ambiental (Dema), la fundación Fundemique, el Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillado (Sanaa) y otras empresas para cuidar la zona, la tala y las quemas continúan como cáncer. Decenas de manzanas de bosque siguen cayendo por el filo de las hachas y motosierras.

Fredy Aguilar, de la Dema, manifestó que investigan varias denuncias contra personas por talar la montaña.

Labor de las comunidades

Carlos Escobar, presidente de Fundemique y encargado de la campaña de reforestación, informó que esa organización continúa con las labores de protección con el apoyo de las comunidades.

“No vamos a bajar la guardia, las acciones siguen de manera permanente en diferentes sitios en donde se registra el daño ambiental. Como reconocimiento a estos ciudadanos hemos gestionado en la empresa privada y pública ayuda de producto alimenticio para agradecer de esa manera esa loable labor”, dijo.

Foto: La Prensa

Miles de arbolitos son plantados en diferentes zonas de Mico Quemado para conservar las fuentes de agua.
El ambientalista explicó que entre las empresas colaboradoras está Hondupalma. Con esa acción benefician a más de 600 familias involucradas, Santos Herrera, presidente del patronato de la aldea Nueva Esperanza, agradeció el gesto y manifestó que eso los compromete a continuar trabajando en las jornadas de reforestación, protección y vigilancia para que no se siga destruyendo el bosque.

Óscar Paguada, gerente noroccidental del Sanaa, refirió que gracias a las labores que desarrollan lograron rescatar varios nacimientos de agua que casi desaparecían por la deforestación. “Considero que todos somos responsables de involucrarnos a esas faenas para cuidar ese recurso. El apoyo de los habitantes de la montaña es valioso y ya se ven los resultados”, apuntó. Al llegar los vehículos llenos con bolsas de productos de la canasta básica, madres con sus hijos en brazos y ancianos hacen fila para reclamar su provisión.