La Virtud, Lempira, Honduras.
Equipos de inteligencia de las Fuerzas Armadas llegaron ayer a La Virtud. La misión es rastrear los movimientos de los mareros salvadoreños que se han instalado en este municipio de Lempira y capturarlos.
El reportaje que publicó ayer LA PRENSA dejó en evidencia el temor de los pobladores que se ven acorralados por los antisociales que se han tomado la zona, en el occidente de Honduras, desde hace cinco meses huyendo de las nuevas políticas adoptadas por el gobierno de Salvador Sánchez Cerén.
Luego de la publicación, la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) giró una alerta a las diferentes unidades militares y policiales para que neutralicen las operaciones que originan los mareros en el casco urbano de La Virtud y las aldeas de Gualcimaca, El Amatillo y La Haciendita.
“Se ha puesto en marcha una alerta para las diferentes fuerzas policiales y militares, así como con las autoridades locales; y con los datos concretos que nos han proporcionando se va a reforzar la zona”, dijo Santos Nolasco, vocero de Fusina.
La labor de los cuerpos de seguridad es identificar a los antisociales para luego capturarlos. Las coordinaciones se desarrollan también con las autoridades de El Salvador.
“Estamos en alerta con los organismos de inteligencia para detener a las personas ilegales que se ubican en estos puntos. Hacemos un llamado a la población para que informe de los movimientos de los integrantes de estas agrupaciones”, agregó Nolasco.
Van y vienen
Cinco meses tienen los pobladores de La Virtud de sentirse amenazados. Este temor se amplía a varios municipios del sur de Lempira, los que toman acciones. Desde ayer la Policía comenzó en Gualcinse una serie de talleres de prevención contra maras para orientar a los niños de las comunidades fronterizas.
“No nos podemos quedar cruzados ante la problemática que nos aqueja y los docentes hacemos nuestra labor para orientar a la niñez.
En esta iniciativa se ha unido la Policía en Lempira que nos da talleres sobre maras o pandillas para prevenir que los alumnos sean parte de esas agrupaciones”, dijo un profesor. Los mareros salvadoreños buscan fortalecerse y ven en
los niños de 12 a 16 años los candidatos a nutrir su grupo para delinquir en el país.
La Haciendita es por ahora el punto de interés de los antisociales, una aldea que comunica con los municipios de Nombre de Jesús, en Chalatenango, y con Victoria, en Cabañas, en este lugar no hay presencia policial ni militar. El Salvador solo tiene puntos de vigilancia en el puente Integración, sobre el río Lempa.
Equipos de inteligencia de las Fuerzas Armadas llegaron ayer a La Virtud. La misión es rastrear los movimientos de los mareros salvadoreños que se han instalado en este municipio de Lempira y capturarlos.
El reportaje que publicó ayer LA PRENSA dejó en evidencia el temor de los pobladores que se ven acorralados por los antisociales que se han tomado la zona, en el occidente de Honduras, desde hace cinco meses huyendo de las nuevas políticas adoptadas por el gobierno de Salvador Sánchez Cerén.
Luego de la publicación, la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) giró una alerta a las diferentes unidades militares y policiales para que neutralicen las operaciones que originan los mareros en el casco urbano de La Virtud y las aldeas de Gualcimaca, El Amatillo y La Haciendita.
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La labor de los cuerpos de seguridad es identificar a los antisociales para luego capturarlos. Las coordinaciones se desarrollan también con las autoridades de El Salvador.
“Estamos en alerta con los organismos de inteligencia para detener a las personas ilegales que se ubican en estos puntos. Hacemos un llamado a la población para que informe de los movimientos de los integrantes de estas agrupaciones”, agregó Nolasco.
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Cinco meses tienen los pobladores de La Virtud de sentirse amenazados. Este temor se amplía a varios municipios del sur de Lempira, los que toman acciones. Desde ayer la Policía comenzó en Gualcinse una serie de talleres de prevención contra maras para orientar a los niños de las comunidades fronterizas.
“No nos podemos quedar cruzados ante la problemática que nos aqueja y los docentes hacemos nuestra labor para orientar a la niñez.
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La Haciendita es por ahora el punto de interés de los antisociales, una aldea que comunica con los municipios de Nombre de Jesús, en Chalatenango, y con Victoria, en Cabañas, en este lugar no hay presencia policial ni militar. El Salvador solo tiene puntos de vigilancia en el puente Integración, sobre el río Lempa.
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