La agencia española EFE difundió hoy fotografías de Víctor Lorenzo Flores Pineda (Alias Lencho), que según autoridades hondureñas formaba parte del plan para asesinar al presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández. Además se conocieron los nombres de los hondureños Héctor Antonio Vásquez Ordóñez, alias 'Toño Frontera' y Karla Sinaí Ulloa Murillo.
En el plan estaban tres hondureños, dos mexicanos y un colombiano. Los extranjeros fueron capturados y remitidos a sus países de origen, donde eran buscados por la comisión de diversos delitos; sin embargo, los hondureños fueron procesados y guardan prisión por asociación ilícita.
Los cuerpos de seguridad hondureños desbarataron en septiembre de 2014 un plan para asesinar al presidente de Honduras, algo que fue confirmado entonces por Estados Unidos, informaron ayer 20 de abril de 2015, fuentes oficiales desde Tegucigalpa publicó EFE.
En las operaciones realizadas también fueron aprehendidos el expolicía José Javier Contreras Hernández, el “Diablo Contreras”; Jesús Gumaro Jaime Estrada, originario de Sinaloa, México, y la hondureña Karla Sinaí Ulloa Murillo.
Según las autoridades hondureñas, la intención de asesinar a Hernández no surgió de una banda de narcotraficantes en particular, sino de varias, por los golpes que han recibido desde que Honduras decidió enfrentar con firmeza el tráfico de drogas, incautarles sus bienes y extraditar a Estados Unidos a los reclamados por ese país.
Una de las bandas de narcotraficantes acusadas por Estados Unidos de introducir drogas al país es la de la familia Valle.
Las amenazas contra Hernández iniciaron cuando era presidente del Parlamento (2010-2014), desde donde impulsó unas 23 leyes para el combate de la violencia, el crimen organizado y el narcotráfico, dijo el ministro de Seguridad, Julián Pacheco Pacheco.
En el plan estuvieron involucrados guatemaltecos, hondureños, colombianos y mexicanos que introdujeron armas al país expresó Pacheco
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Algunos de los implicados en el plan, principalmente los cabecillas, fueron capturados y devueltos a sus países, donde tenían cuentas pendientes con la Justicia, según la información que por primera vez dan a conocer funcionarios de la Administración de Hernández, que asumió el poder el 27 de enero de 2014.
El canciller hondureño, Arturo Corrales, quien entonces era ministro de Seguridad, dijo que el plan de asesinar al presidente también fue confirmado por Estados Unidos, cuyas autoridades notificaron a Tegucigalpa lo que estaba ocurriendo.
'Se sabe los montos que se estaban pagando, se sabe las personas que vinieron a Honduras de origen mexicano, se sabe dónde estuvieron operando, hay llamadas telefónicas, hay confesiones en las llamadas telefónicas', enfatizó Corrales.
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