27/12/2024
12:01 AM

La violencia amenaza a 40 millones de menores

San Pedro Sula, Honduras.

La violencia que acecha a los menores de edad en América Latina y el Caribe es la mayor preocupación del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Representantes de ese organismo de más de 20 países se reunieron en esta ciudad para analizar la situación actual de la niñez y las acciones que se desarrollan para garantizar el respeto a sus derechos.

En exclusiva para LA PRENSA, los delegados de Unicef en México, Colombia, Guatemala y Honduras analizaron las áreas que siguen siendo un reto para los Gobiernos y la sociedad para garantizar el bienestar de los menores de 18 años.

Según la Unicef, en América Latina y el Caribe 40 millones menores de 15 años sufren violencia, abusos, abandono de su familia, de la escuela y de su comunidad.

América Latina refleja las tasas de homicidios más altas y el 25% de las muertes violentas de menores ocurren en Centroamérica.

Entornos protectores

Para librar a los niños y adolescentes de la violencia, los delegados de Unicef coinciden en que la familia es el primer entorno protector, le sigue la escuela y la comunidad. “La escuela es un factor determinante para prevenir conductas violentas y uno de los ambientes de protección de la niñez. Unicef en Honduras insiste para que a los niños se les garantice el derecho a la educación. Las escuelas tienen que estar abiertas, principalmente en el contexto donde las calles son violentas por diversas razones”, dijo Cristian Munduate, representante de Unicef en Honduras.

Unicef reconoce los avances en este sector en Honduras al recuperar la gobernabilidad del sistema educativo y lograr que se cumplan los 200 días y señalan que esos logros deben ser sostenidos. El reto es incorporar a las aulas a los miles de niños que no acuden a clases.

Roberto de Bernardi, representante de Unicef en Colombia, señaló que es necesario que además de los centros educativos haya otros entornos protectores. Compartió que muchos de los que ahora integran los grupos armados en ese país se integraron cuando eran menores de edad.

“Muchos niños que salen del colegio no tienen nada que hacer y están expuestos a riesgos de varia naturaleza, las casas lúdicas brindan la oportunidad de utilizar el tiempo libre de una manera productiva para ellos y la sociedad”, indicó.

La violencia en los países de la región es uno de los factores de migración de menores para Estados Unidos; pero para Isabel Crowley, representante de Unicef en México, incide considerablemente la pobreza y la falta de oportunidades.

“Cuando se analizan a fondo las causas tiene que ver mucho con pobreza, los sueños por salir adelante. Al final creen que van a llegar y tener la posibilidad de desarrollar un sueño”, dijo.

Edad punible

El crimen organizado o narcotráfico ha aumentado la vulnerabilidad de los menores, muchos de ellos actores ya de la violencia.

Cristian Skoog, delegado de Unicef en Guatemala, dijo que uno de los graves problemas es el fácil acceso a las armas y la vinculación de las maras o pandillas con el crimen organizado.

“Hay quizá cinco veces más armas ilegales que legales. Es una práctica y una cultura su uso como teléfonos celulares. El vínculo con el crimen organizado ha empeorado la situación de las maras, es como otro mercado y son utilizados como buen negocio para tener acceso o trabajo y ganar dinero”, lamentó.

Pese a que hay menores que cometen crímenes, reducir la edad punible no es una solución para Unicef. “El riesgo de bajar la edad punible es que si ahora se está involucrando a chicos de 14 y 15 años, muchos persuadidos o manipulados por personas adultas, van a empezar a buscar a niños más pequeños”, dijo Munduate. Según estudios de Unicef, la mayoría de los que cometen delitos en Honduras son adultos.