Cruzar un abismo de lado a lado solo colgado de un cable, saltar desde un avión a 6,000 pies de altura, descender por ríos de bravas y rápidas aguas o sumergirse en las profundidades del mar entre tiburones son solo algunas de las actividades extremas que ya pueden practicar los turistas en Honduras.
Son muchos los que no se conforman con admirar la belleza natural y disfrutar de la tranquilidad. Por eso ahora el país ofrece la oportunidad de vivir experiencias llenas de adrenalina y emoción mediante el turismo extremo.
En los últimos años ha crecido rápidamente la oferta de aventuras por todo el territorio hondureño.
Canopy, buceo a profundidad o con tiburones, rafting, paracaidismo, paintball, rappel y escalada en roca, ciclismo de montaña son solo algunas de las formas alternativas en que se puede disfrutar las vacaciones en el país.
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Una de las experiencias extremas que ha tomado más popularidad en el país es el canopy, que consiste en deslizarse a gran velocidad por un cable inclinado para cruzar por encima de ríos o impresionantes alturas.
De hecho, en La Campa, Lempira, se encuentra el canopy más alto y largo de toda Centroamérica.
Obed García, guía e instructor del canopy, dijo que no hay otro que se le compare al de La Campa en toda la región centroamericana.
“Ya teníamos el más alto y largo de Centroamérica, pero recién se amplió aún más. En este lugar los visitantes se lanzan a 80 kilómetros por hora cruzando más de un kilómetro de cable a una altura de 300 metros”, declaró el instructor.
García dio a conocer que para extranjeros usar el canopy cuesta $35 y para hondureños L500.
“Quienes lo han probado dicen que es un recuerdo para toda la vida”, manifiesta el guía.
Este no es el único lugar que tiene canopy en el país. Ya se puede practicar también en La Ceiba, Copán Ruinas, Omoa, Roatán, San Francisco de Yojoa, en el zoológico Joya Grande de Santa Cruz de Yojoa, en Olancho, San Pedro Sula y Tegucigalpa.
Otra experiencia que lleva la emoción al límite es el paracaidismo, que permite saltar desde un avión a 6,000 pies de altura.
Esta actividad se puede practicar en San Pedro Sula, mediante la escuela de aviación Horizontes y la empresa Paracaidismo de Honduras (Paracah), adonde se da la oportunidad de recibir un curso de paracaidismo en el que “la graduación” es el momento en el que se salta al vacío.
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Otro de los agitados entretenimientos que se pueden hacer en Honduras es el rafting, que consiste en descender por aguas bravas en una pequeña embarcación.
Este deporte puede practicarse en el río Cangrejal, de La Ceiba. “Las condiciones naturales de este río permiten que se practique el rafting de manera inigualable”, dijo John Dupuis, presidente de la Cámara de Turismo de La Ceiba.
Roatán y Utila no se quedan atrás, pues ofrecen la oportunidad a los visitantes de sumergirse en sus cristalinas aguas y nadar con tiburones.
Emilio Silvestri, ministro de Turismo, resaltó el crecimiento de Honduras en esta área.
“Cada vez hay más alternativas de turismo en nuestro país y eso nos hace más competitivos. Aquí hay todo lo que un aventurero puede querer e imaginar”, dijo Silvestri.