El obispo auxiliar de la Diócesis de San Pedro Sula, monseñor Rómulo Emiliani, nuevamente tuvo que llegar al centro penal de San Pedro Sula para mediar una tregua entre los presos que realizaron un motín y evitar una tragedia de mayores proporciones.
'Habían momentos que no me hacían caso, estaban dispuestos a matar a quien fuera, al final siempre, porque Dios actúa, no yo, se calmó todo. Cuando yo llegué estaba el tiroteo terrible. Por milagro de Dios no hubo otra tragedia', relató el líder católico.
El sacerdote manifestó que llegó hasta donde pudo llamando a todos a la calma, pero que era 'un infierno lo que se vivía en el interior del penal'.
El amotinamiento se originó porque unos 20 reos se oponen a ser trasladados ala cárcel Marco Aurelio Soto, ubicada en Támara, centro de Honduras. El saldo final es de tres internos muertos, cinco policías heridos así como otros 33 reos.
Emiliani junto a un grupo de empresarios lidera el comité pro-construcción de la granja penal en Naco, Cortés, donde se pretende trasladar a los reos del presidio de San Pedro Sula.
La primera etapa del proyecto avanza en un 80%, el mandatario Juan Orlando Hernández prometió la semana pasada que darán apoyo para que se termine pronto.