Santa Rosa de Copán, Honduras.
Buscaba el amor, sentirse querida, pero el rechazo constante de su esposo y la partida de este a Estados Unidos llevaron a Elda Esperanza Espino García a iniciar una relación clandestina con uno de los vecinos de la comunidad de Nueva Armenia en el municipio de Copán Ruinas, en el occidente de Honduras.
La secreta relación pasó desapercibida para sus padres y vecinos, pero poco le duró el secreto, Elda quedó embarazada.
La mujer desesperada al conocer que llevaba en su vientre un hijo de una relación prohibida buscó al hombre que le prometía amor, quería que se responsabilizara y la apoyara; pero no fue así, el hombre le dio la espalda.
La angustia embargó a Elda, la mujer no hallaba cómo comunicarles a sus padres que esperaba un hijo y que no era de su esposo. Ante el miedo por la reacción de sus padres, la mujer ocultó el embarazo.
'Solo buscaba que me quisieran. Mi esposo me dejó, no me quería, se fue. Cometí el error de enamorarme de otro y me embaracé, pero el papá del niño no se hizo responsable, me dijo que no era de él y me abandonó. No sabía qué hacer, no podía decirles a mis padres que iba a tener un hijo de otro'.
'Por eso lo oculté y fue hasta el viernes 20 de febrero que me entraron los dolores porque el niño iba a nacer. A nadie le dije nada, no pedí ayuda. Me fui sola al fondo del solar en la casa de mis papás, y cuando el dolor fue bien fuerte, el niño nació. No lo podía llevar a la casa y lo dejé, lo abandoné. Mi esperanza era que alguien de la aldea se lo llevara y lo criara, pero no pensé que los perros se lo iban a comer, yo no quería matarlo”, relató la mujer.
El niño quedó en medio del matorral, ni los llantos del pequeño alertaron a ninguno de los vecinos. Cuando lo encontraron era tarde, los perros lo habían arrastrado varios metros y lo devoraron.
La indignación privó en el poblado, ver destrozado el cuerpo del niño provocó el repudio por aquel acto criminal nunca visto en la aldea.
Los vecinos llamaron al alcalde auxiliar y se organizaron para buscar a la madre que sin piedad dejó al menor tirado en el monte. No pasó mucho tiempo cuando el alcalde auxiliar con un grupo de vecinos descubrieron que Elda era la autora de tal crimen.
Agentes de la Policía de Copán Ruinas llegaron a la aldea y tras corroborar los hechos con los indicios suficientes detuvieron a Elda como la única sospechosa en el caso. La mujer fue capturada el sábado 21 de febrero, fueron los padres quienes la entregaron a las autoridades.
La mujer fue trasladada a La Entrada, Copán, ahí en horas de la tarde fue presentada en los juzgados, donde mediante la denuncia de oficio No. 54-2015 la Fiscalía le presentó el requerimiento fiscal por infanticidio.
Se recupera. Después de comparecer en la audiencia de declaración de imputado el juez le decretó detención judicial y ordenó que fuera trasladada al Hospital de Occidente por un fuerte sangrado y fiebres que ponían en riesgo la vida de la mujer. En el hospital, Elda Esperanza es atendida en la sala de labor y parto.
“Se le atendió por una hemorragia, como no tuvo las atenciones médicas oportunas se complicó en su salud. Se le ha practicado un legrado y esperamos su pronta recuperación”, indicó uno de los médicos que la atienden en el Hospital de Occidente en Santa Rosa de Copán.
En la camilla número 5, de la sala de labor y parto, Elda espera su recuperación tras practicársele el martes un nuevo legrado. Está triste, con la mirada perdida y un rostro desencajado, el arrepentimiento está presente.
La mujer está bajo la custodia de la Policía Nacional; en la sala un agente la vigila hasta que se recupere y se le traslade ante el juez para la audiencia inicial y después sea remitida al centro penal en Santa Rosa de Copán.
Seis años como mínimo es la pena que señala el Código Penal por el delito de infanticidio.
Pide perdón
Elda sabe que pasará un buen tiempo en prisión por lo que ocurrió. “Voy a pagar el error que cometí por la muerte del niño. Fue algo triste, es duro para mí, tal vez nadie entienda lo que pasó y a mí solo me queda arrepentirme y pagar por lo ocurrido.
'Mi familia me abandonó, están lejos y sin dinero para que puedan venir a verme. Mis padres sufren, por esto que pasó. Sé que están molestos, pero yo estaba desesperada, solo me queda ahora mi niño de siete años que se quedó con ellos en el pueblo y yo enfrentaré sola estos momentos. Les pido perdón a todos por lo que pasó. A otras mujeres que pasen por algo como lo que yo pasé solo puedo decirles que no cometan el mismo error, que cuiden a sus hijos'.
'Yo nada puedo hacer, ya mi niño se murió y solo queda pagar por mi equivocación”, dijo a LA PRENSA la mujer. Las autoridades informaron que Elda Esperanza ingresó el jueves a la cárcel en Santa Rosa de Copán.
Buscaba el amor, sentirse querida, pero el rechazo constante de su esposo y la partida de este a Estados Unidos llevaron a Elda Esperanza Espino García a iniciar una relación clandestina con uno de los vecinos de la comunidad de Nueva Armenia en el municipio de Copán Ruinas, en el occidente de Honduras.
La secreta relación pasó desapercibida para sus padres y vecinos, pero poco le duró el secreto, Elda quedó embarazada.
La mujer desesperada al conocer que llevaba en su vientre un hijo de una relación prohibida buscó al hombre que le prometía amor, quería que se responsabilizara y la apoyara; pero no fue así, el hombre le dio la espalda.
La angustia embargó a Elda, la mujer no hallaba cómo comunicarles a sus padres que esperaba un hijo y que no era de su esposo. Ante el miedo por la reacción de sus padres, la mujer ocultó el embarazo.
'Solo buscaba que me quisieran. Mi esposo me dejó, no me quería, se fue. Cometí el error de enamorarme de otro y me embaracé, pero el papá del niño no se hizo responsable, me dijo que no era de él y me abandonó. No sabía qué hacer, no podía decirles a mis padres que iba a tener un hijo de otro'.
'Por eso lo oculté y fue hasta el viernes 20 de febrero que me entraron los dolores porque el niño iba a nacer. A nadie le dije nada, no pedí ayuda. Me fui sola al fondo del solar en la casa de mis papás, y cuando el dolor fue bien fuerte, el niño nació. No lo podía llevar a la casa y lo dejé, lo abandoné. Mi esperanza era que alguien de la aldea se lo llevara y lo criara, pero no pensé que los perros se lo iban a comer, yo no quería matarlo”, relató la mujer.
El niño quedó en medio del matorral, ni los llantos del pequeño alertaron a ninguno de los vecinos. Cuando lo encontraron era tarde, los perros lo habían arrastrado varios metros y lo devoraron.
La indignación privó en el poblado, ver destrozado el cuerpo del niño provocó el repudio por aquel acto criminal nunca visto en la aldea.
Los vecinos llamaron al alcalde auxiliar y se organizaron para buscar a la madre que sin piedad dejó al menor tirado en el monte. No pasó mucho tiempo cuando el alcalde auxiliar con un grupo de vecinos descubrieron que Elda era la autora de tal crimen.
Agentes de la Policía de Copán Ruinas llegaron a la aldea y tras corroborar los hechos con los indicios suficientes detuvieron a Elda como la única sospechosa en el caso. La mujer fue capturada el sábado 21 de febrero, fueron los padres quienes la entregaron a las autoridades.
La mujer fue trasladada a La Entrada, Copán, ahí en horas de la tarde fue presentada en los juzgados, donde mediante la denuncia de oficio No. 54-2015 la Fiscalía le presentó el requerimiento fiscal por infanticidio.
Se recupera. Después de comparecer en la audiencia de declaración de imputado el juez le decretó detención judicial y ordenó que fuera trasladada al Hospital de Occidente por un fuerte sangrado y fiebres que ponían en riesgo la vida de la mujer. En el hospital, Elda Esperanza es atendida en la sala de labor y parto.
“Se le atendió por una hemorragia, como no tuvo las atenciones médicas oportunas se complicó en su salud. Se le ha practicado un legrado y esperamos su pronta recuperación”, indicó uno de los médicos que la atienden en el Hospital de Occidente en Santa Rosa de Copán.
En la camilla número 5, de la sala de labor y parto, Elda espera su recuperación tras practicársele el martes un nuevo legrado. Está triste, con la mirada perdida y un rostro desencajado, el arrepentimiento está presente.
La mujer está bajo la custodia de la Policía Nacional; en la sala un agente la vigila hasta que se recupere y se le traslade ante el juez para la audiencia inicial y después sea remitida al centro penal en Santa Rosa de Copán.
Seis años como mínimo es la pena que señala el Código Penal por el delito de infanticidio.
Pide perdón
Elda sabe que pasará un buen tiempo en prisión por lo que ocurrió. “Voy a pagar el error que cometí por la muerte del niño. Fue algo triste, es duro para mí, tal vez nadie entienda lo que pasó y a mí solo me queda arrepentirme y pagar por lo ocurrido.
'Mi familia me abandonó, están lejos y sin dinero para que puedan venir a verme. Mis padres sufren, por esto que pasó. Sé que están molestos, pero yo estaba desesperada, solo me queda ahora mi niño de siete años que se quedó con ellos en el pueblo y yo enfrentaré sola estos momentos. Les pido perdón a todos por lo que pasó. A otras mujeres que pasen por algo como lo que yo pasé solo puedo decirles que no cometan el mismo error, que cuiden a sus hijos'.
'Yo nada puedo hacer, ya mi niño se murió y solo queda pagar por mi equivocación”, dijo a LA PRENSA la mujer. Las autoridades informaron que Elda Esperanza ingresó el jueves a la cárcel en Santa Rosa de Copán.
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