San Pedro Sula, Honduras.
Empleados subcontratados de manera ilegal, bandas delictivas y el deficiente servicio de atención son parte de los males arrancados de raíz en el hospital Mario Catarino Rivas.
La junta interventora nombrada en julio de 2014 presentará este día un informe sobre la podredumbre que se escondía tras las paredes del hospital sampedrano.
La viceministra de Salud, Sandra Pinel, reveló que había personal que traficaba con sus puestos de trabajo.
Varios trabajadores habían subcontratado a otros para que estos cumplieran sus funciones, a cambio de un pago mínimo.
Según Pinel, esta acción se hizo en uno de los casos hasta por más 18 años. Además de identificar a los “paracas” se hicieron cambios de jefaturas asistenciales.
La acción fue para evitar casos como el de Luis Alberto Caballero, un paciente que falleció engusanado.
La viceministra dijo que entre los logros se destaca la recuperación de la gobernabilidad del hospital.
Recordó que el piso de cirugía de hombres estaba en poder de las maras y que solo se permitía el ingreso a los que pagaban un “impuesto hospitalario”.
Otro de los problemas que “costo erradicar” fue la infiltración de la banda de los “Zopilotes”.
Pinel señaló que las dificultades se originaban porque la banda cambiaba cada semana a sus infiltrados para continuar con su negocio. A esta banda se le atribuye la supuesta desconexión de aparatos a pacientes en etapa terminal.
Empleados subcontratados de manera ilegal, bandas delictivas y el deficiente servicio de atención son parte de los males arrancados de raíz en el hospital Mario Catarino Rivas.
La junta interventora nombrada en julio de 2014 presentará este día un informe sobre la podredumbre que se escondía tras las paredes del hospital sampedrano.
La viceministra de Salud, Sandra Pinel, reveló que había personal que traficaba con sus puestos de trabajo.
Varios trabajadores habían subcontratado a otros para que estos cumplieran sus funciones, a cambio de un pago mínimo.
Según Pinel, esta acción se hizo en uno de los casos hasta por más 18 años. Además de identificar a los “paracas” se hicieron cambios de jefaturas asistenciales.
La acción fue para evitar casos como el de Luis Alberto Caballero, un paciente que falleció engusanado.
La viceministra dijo que entre los logros se destaca la recuperación de la gobernabilidad del hospital.
Recordó que el piso de cirugía de hombres estaba en poder de las maras y que solo se permitía el ingreso a los que pagaban un “impuesto hospitalario”.
Otro de los problemas que “costo erradicar” fue la infiltración de la banda de los “Zopilotes”.
Pinel señaló que las dificultades se originaban porque la banda cambiaba cada semana a sus infiltrados para continuar con su negocio. A esta banda se le atribuye la supuesta desconexión de aparatos a pacientes en etapa terminal.