San Pedro Sula, Honduras.
Inculcar valores morales y cristianos a los jóvenes en la familia es vital para construir un futuro mejor en Honduras, manifestó el apóstol German Ponce de la iglesia Ebenezer.
Tras liderar el congreso juvenil Venciendo al maligno que se celebró el pasado sábado en San Pedro Sula y al que asistieron 12,000 jóvenes, Ponce recalcó la importancia de que los padres les enseñen a guiarse correctamente en la vida.
“La labor en el hogar es la más importante. La familia tiene el deber de formar personas de bien. Tenemos que rescatar a nuestros jóvenes porque se viven tiempos muy difíciles. Tomados de la mano de Dios lo podemos lograr”, dijo Ponce.
Agregó que hay muchos padres ausentes, ya sea porque se fueron del país o deben trabajar demasiado.
“Deben inculcar a sus hijos valores morales y respeto a la palabra del Señor. Así formarán a gente que transformará a Honduras en un lugar mejor”, declaró.
El apóstol expresó que es un error pensar que la población juvenil solo es el mañana.
“Se dice mucho que ellos son el futuro, pero la realidad es que los jóvenes son el presente de nuestro país”, señaló.
También resaltó la importancia de apoyarlos y darles oportunidades para que no caigan en el mal camino.
“Podemos cambiar el porvenir de nuestra sociedad, pero actuando desde hoy”, dijo.
El apóstol Ponce indicó que transformar un país requiere dedicación y continuidad.
“Algunos dicen que para lograr un resultado con jóvenes hay que esperar unos 10 años, pero yo les digo que si empezamos hoy, entonces serán 10 años menos un día, y así iremos avanzando. Mientras más rápido actuemos por nuestros jóvenes, más rápido habrá un cambio”, afirmó.
Inculcar valores morales y cristianos a los jóvenes en la familia es vital para construir un futuro mejor en Honduras, manifestó el apóstol German Ponce de la iglesia Ebenezer.
Tras liderar el congreso juvenil Venciendo al maligno que se celebró el pasado sábado en San Pedro Sula y al que asistieron 12,000 jóvenes, Ponce recalcó la importancia de que los padres les enseñen a guiarse correctamente en la vida.
“La labor en el hogar es la más importante. La familia tiene el deber de formar personas de bien. Tenemos que rescatar a nuestros jóvenes porque se viven tiempos muy difíciles. Tomados de la mano de Dios lo podemos lograr”, dijo Ponce.
Agregó que hay muchos padres ausentes, ya sea porque se fueron del país o deben trabajar demasiado.
“Deben inculcar a sus hijos valores morales y respeto a la palabra del Señor. Así formarán a gente que transformará a Honduras en un lugar mejor”, declaró.
El apóstol expresó que es un error pensar que la población juvenil solo es el mañana.
“Se dice mucho que ellos son el futuro, pero la realidad es que los jóvenes son el presente de nuestro país”, señaló.
También resaltó la importancia de apoyarlos y darles oportunidades para que no caigan en el mal camino.
“Podemos cambiar el porvenir de nuestra sociedad, pero actuando desde hoy”, dijo.
El apóstol Ponce indicó que transformar un país requiere dedicación y continuidad.
“Algunos dicen que para lograr un resultado con jóvenes hay que esperar unos 10 años, pero yo les digo que si empezamos hoy, entonces serán 10 años menos un día, y así iremos avanzando. Mientras más rápido actuemos por nuestros jóvenes, más rápido habrá un cambio”, afirmó.