Puerto Cortés, Honduras.
Luego de un proceso de auditorías y revisiones, la Comisión Nacional de Protección Portuaria, extendió ayer a la Operadora Portuaria Centroamericana (OPC) el certificado de cumplimiento sobre el código internacional para la protección de los buques y de las instalaciones portuarias.
Mediante la ratificación, la terminal OPC que recibió una concesión de 30 años a través de una alianza público-privada, garantiza el trasiego de los contenedores a los países con los que Honduras mantiene relaciones comerciales. “Esta es una manera de decirle al mundo que estamos abiertos al comercio y haciendo a Puerto Cortés el puerto más fuerte de Centroamérica”, expresa Uriel Cantor Galeano, secretario ejecutivo de la CNPP.
De acuerdo con Lars Michelem, director financiero y comercial de la OPC, la entidad mantiene la obligación de continuar con las certificaciones, porque las cargas que salen de Honduras hacia EUA -en su mayoría- se benefician por las restricciones de menor intensidad a las que están sometidas cuando se realizan en el resto de la región centroamericana.
La necesidad de reunir requisitos de seguridad surgió tras el 11 de septiembre de 2001.
Luego de un proceso de auditorías y revisiones, la Comisión Nacional de Protección Portuaria, extendió ayer a la Operadora Portuaria Centroamericana (OPC) el certificado de cumplimiento sobre el código internacional para la protección de los buques y de las instalaciones portuarias.
Mediante la ratificación, la terminal OPC que recibió una concesión de 30 años a través de una alianza público-privada, garantiza el trasiego de los contenedores a los países con los que Honduras mantiene relaciones comerciales. “Esta es una manera de decirle al mundo que estamos abiertos al comercio y haciendo a Puerto Cortés el puerto más fuerte de Centroamérica”, expresa Uriel Cantor Galeano, secretario ejecutivo de la CNPP.
De acuerdo con Lars Michelem, director financiero y comercial de la OPC, la entidad mantiene la obligación de continuar con las certificaciones, porque las cargas que salen de Honduras hacia EUA -en su mayoría- se benefician por las restricciones de menor intensidad a las que están sometidas cuando se realizan en el resto de la región centroamericana.
La necesidad de reunir requisitos de seguridad surgió tras el 11 de septiembre de 2001.