No cumplía los diez años pero sabía a la perfección como manejar un rifle de asalto y podía matar sin piedad a cualquiera que se opusiera al adoctrinamiento que los terroristas del Estado Islámico le impartieron.
El llamado cachorro de Abu Bakr al Bagdadi (cabecilla del Estado Islámico), como se le conocía a un niño terrorista, se ha transformado en el nuevo mártir para los extremistas luego de que fuera el supuesto autor de un ataque suicida en la base militar de Tabka, en la provincia de Raqqa. Junto a él habría muerto también su padre.
Los terroristas le han dedicado un emotivo video de reconocimiento a manera de obituario y en el que le desean una vida llena de esperanza y de felicidad en el paraíso. 'En un lugar donde no exista el aburrimiento. En el cielo', según el coro que acompaña a las escalofriantes fotografías del muchacho.
El pequeño habría llegado al califato en Siria acompañando a su padre desde la península arabiga. Fue adoctrinado en las escuelas del terror fundadas por el Estado Islámico en las principales ciudades que ha tomado, hasta convertirse en un muyahidin o guerrero santo, según la interpretación más radical de la ley islámica.
De acuerdo con el informe presentado en setiembre por Leila Zerrugui, enviada de la ONU para la Infancia y los Conflictos Armados, 'hasta 700 niños han muerto o han sido mutilados en Iraq desde principios de este año. Algunos han sido usados como terroristas suicidas o con la misión de transportar armas, custodiar enclaves estratégicos y arrestar a civiles'.