Humilde, sencillo y dueño de una gran popularidad por sus polémicas canciones, German Anoldo Alfaro, más conocido como el Roble Copaneco, atendió a LA PRENSA, mientras les daban lustre a sus botas en el parque central de La Ceiba.
Vestido con la camisa que usó cuando grabó el video de la canción La cuna de oro en honor a uno de los hijos de Miguel Valle Valle, este artista habló de su carrera y los encuentros con personas a los que él nunca les pregunta a qué se dedican, pues, como dice, solo hace su trabajo y vende su producto.
La gente me preguntaba por La cuna de oro. Hace más de cuatro años y medio que escribí esa canción. El señor que hoy tildan de narcotraficante me llevó a trabajar a El Espíritu y ahí me buscó para que le hiciera esa canción. Le cobré tres mil lempiras y yo no sabía quién era él; me limito al cliente que me busca y no puedo preguntarle cosas que están fuera de la ética o sería una falta de respeto. Sería firmar mi sentencia de repente preguntarle si es sicario o narcotraficante.
Hace cuatro años y siete meses yo canté La cuna de oro y no me la sé porque las canciones que escribo y canto no las vuelvo a cantar nunca porque son privadas; por eso, ese video no había salido. Ahí dicen que Luis Valle lo subió; ese nombre está etiquetado, pero no tengo copias de las canciones privadas que he hecho.
A mí me contratan; es más, nunca me pagan ellos. Yo estuve yendo tres años seguidos a El Espíritu a tocar para la feria en los redondeles. Siempre me pagaba el comité de la feria y personalmente nunca me pagaron; sin embargo les estreché sus manos, les canté sus canciones. Yo improviso. Yo vendo mi trabajo, me limito a eso y quiero que quede claro ante la opinión pública. Si a veces se ha tergiversado algo, quizá sea por la mala información porque esto de los corridos en Honduras no se había dado; en México es común esto.
Yo quisiera que fuéramos objetivos. No es un narcocorrido La cuna de oro, es la historia de la alegría de un padre que le nació un hijo, ya que él no tenía un varón y quería uno, y me dijo que quería que le hiciera un corrido y no es un narcocorrido; sin embargo por lo que a él acusan hoy se vincula el corrido con el narcotráfico.
Yo tengo clientes de todo tipo, empresarios de la madera, del transporte, ganaderos, dueños de palmeras; sin embargo, mi trabajo es andar en rodeos. Yo ahorita tengo toda la agenda llena hasta el 30 de diciembre de este año y ya estoy vendido para desde el 12 hasta el 19 de febrero del próximo año. Es una bendición de Dios. Lo que ha venido y surgido es para bien o para mal, pero no tengo nada que esconder; soy un tipo sano y me debo al público. Eso es todo.
Nosotros solo hemos hecho dos narcocorridos, que son Doña Blanca y La 3.0 y son historias que he leído en los medios de comunicación y que he escuchado a la gente hablar, son los únicos narcocorridos que tenemos. Después de estos no tenemos otro narcocorrido. Tengo unas 750 canciones más que son ecológicas y de amor y todo, pero a la gente le gusta eso. Y esas son las canciones que más nos piden cuando nos presentamos.
Nunca he recibido amenazas; he sido un hombre bendecido y si es algún accidente, nunca nos ha pasado nada ni al bus en que viajo. Tengo cinco años de estar alquilándolo y nunca se nos ha ponchado en el camino, tampoco nos han asaltado y no he podido comprar uno porque no he logrado ajustar los 150 mil o 250 mil que se necesitan para comprar un buen bus, pero me siento bien así alquilando.
Yo creo que hubiera sido famoso si hubiera ido a México a tocarle al Chapo, pero nunca lo hicimos ni en Honduras. Al señor (Arnulfo Valle) al que tildan de eso es el más grande al que yo he tocado y sí estuve tocándoles en El Espíritu durante tres años consecutivos, desde 2010 hasta 2012, pero en redondeles públicos.
Sin embargo quiero decir públicamente que en El Espíritu estuvimos mano a mano con los Silver Star y La Raza, pero como ellos nunca le escribieron una canción a él (Arnulfo Valle), ahorita no están siendo mencionados; sin embargo lo digo de frente: yo escribí La cuna de oro y si me piden que cante un pedazo de ella, ya sería difícil porque no me acuerdo.
Famosos, famosos... en Honduras a quien yo le haya escrito una canción es a Juan Orlando Hernández. Me la pidieron del departamento de El Paraíso y le quedó muy bonita. De esa canción tengo copia; no sé si se la mandaron o se la dieron porque todos mis negocios son por teléfono.
Me han pagado en dólares, he recibido hasta 1,500 y 1,700 dólares; tengo pruebas de eso, de que me los han depositado, pero cuando yo hablo, la persona solo me dice que ellos solo son los enlaces.
Tengo amigos policías que les he hecho canciones hasta por dos mil lempiras y son policías derechos a los que la depuración no los ha sacado, pero son mis amigos.
Yo no tengo nada que esconder, soy humilde, honesto; es más, tengo una anécdota cuando me llamaron de La PRENSA, que es un diario confiable, para hacerme la entrevista. Yo andaba buscando 500 lempiras para comer porque no tenía dinero.
Me ha tocado lustrar de fiado. Soy muy querido por la gente, pero a veces la gente cree que tengo dinero por la mala información. Yo tengo ocho músicos que ganan 2,000 lempiras cada uno, le pago 500 lempiras a la bailarina, tengo dos ingenieros de sonido que ganan 2,000 cada uno, más el transporte y los técnicos. Solo me da para pagar los sueldos de ellos, aunque parezca paradójico. Nunca he fumado, bebido ni usado drogas. Quise irme a Estados Unidos, pero pensé mucho en dejar desintegrado mi hogar y mis hijos iban a ser delincuentes y, gracias a Dios, tengo cinco lindos hijos. El último tiene 25 años y el mayor tiene 35.
Es el vivir diario de la noticia, todas mis canciones son hechos reales que he leído en los medios, pero siempre llevan un mensaje al final: que el final es tragedia, y les digo a mis hijos cuando las escribo que tomen en consideración que la vida de esta gente que tildan de esa forma solo es lujo y su final es muerte o cárcel.
Sí, con K-Paz de La Sierra una vez en Tocoa y otra con el Trono de México, que llegó al Campo Agas de San Pedro Sula.
En el video de Doña Blanca son reales. Me prestaron dos armas, y por cierto no lo puedo negar, me las prestó un señor que era policía y que lo mataron aquí en La Ceiba. Él me las prestó y me prestaron dos carros. Yo no puedo manejar armas, nunca he tenido una. Todos los actores no son pagados; son mis hijos. Ahí están todos y la vecina que vive a mi lado me prestó la casa para hacer el video. A la que le fue bien es a la muchacha que salió de modelo; la miraron en el video en Estados Unidos y se la llevaron junto a sus dos niñitos. Ahora allá viven y ya eso es ganancia: ayudamos a alguien.
No. German Arnoldo Alfaro hace siete años dejó de ser un lechero en las haciendas de la comunidad de Santa Ana, San Francisco, Atlántida. Mi sueño no es vivir de la música, sino tener una propiedad de 50 manzanas y 20 vacas. Cuando me decidí por la música hice una promesa de no volver a ordeñar vacas a menos que sean las mías.