Durante varios días, equipos encubiertos de la Policía Nacional le seguían los pasos a Héctor Emilio Fernández Rosa (40), presunto cabecilla de una banda de narcotraficantes que se escondía en una casa alquilada en la residencial El Hatillo, en Tegucigalpa.
Tras confirmar su presencia en la vivienda, se organizó la Operación Coral, en la que elementos de la Tropa de Inteligencia y Grupos de Respuesta Especial (Tigres) de la Policía Nacional con apoyo del Ministerio Público y la Oficina Antidrogas de Estados Unidos (DEA), cercaron la propiedad y lo capturaron.
La Policía informó que Fernández Rosa es la séptima captura que se ejecuta en cumplimiento a la orden de un juez competente por solicitud de extradición del Gobierno de Estados Unidos.
Al ser capturado, Fernández presentó una crisis nerviosa. “Lloró”, informó Ramón Sabillón, director de la Policía Nacional. “Entró en un estado depresivo. Con él había por lo menos siete acompañantes entre hombres y mujeres, quienes solo fueron retenidos para investigación”, dijo el jefe policial.
Horas después de la captura, Fernández Rosa fue trasladado bajo estrictas medidas de seguridad al Comando de Operaciones Especiales (Cobra), adonde fue presentado ante los medios de comunicación. Hoy será presentado ante un juez natural que le informará de los cargos de que le acusa una corte federal de Estados Unidos y se determinará la fecha de la audiencia de presentación y evacuación de pruebas para decidir si se le extradita del país.
La tranquilidad fue interrumpida ayer en la zona de El Hatillo por una fuerte movilización de comandos y vehículos particulares repletos de hombres uniformados de las unidades de élite de la Policía Nacional.
Eran las 6:00 am, cuando los agentes policiales llegaron a un portón de metal donde se ubica una caseta de vigilancia para controlar el acceso de las personas a un complejo residencial que -según testigos- es conocido como la colonia San Martín.
Los pobladores temerosos observaron el amplio operativo y confirmaron que en medio del nutrido bosque de pinos se ubican entre siete y ocho viviendas, en una de las cuales habitaba Héctor Emilio Fernández Rosa y varios miembros de su familia.
El lugar fue acordonado, en el portón de acceso se ubicaron a elementos de la unidad Tigres que con gorros pasamontañas cubrían sus rostros para vigilar el área. Fue hasta las 9:30 am cuando el ingreso de dos camionetas blancas y un pick-up alertó a los periodistas que estaban en la zona, en uno de los vehículos iba Ramón Sabillón, jefe de la Policía Nacional.
Pocos minutos después arribó un abogado, supuestamente apoderado legal de Fernández Rosa, quien caminó hasta la residencia donde se encontraba su defendido.
Sabillón regresó dos horas más tarde y al salir dio declaraciones a los periodistas que aguardaban a que alguna autoridad autorizara el ingreso para tomar fotografías de la casa.
Fue hasta las 2:10 pm que se divisó la caravana de tres carros con elementos Tigres en el que en uno de ellos trasladaban a Fernández Rosa hasta las instalaciones de los Cobras.
Sabillón confirmó que en el interior de la casa se encontraron algunas armas cortas, joyas de la esposa de Fernández, unos cinco automóviles y otras pertenencias de la familia.
El jefe policial confirmó que Fernández Rosa era el jefe de un cartel de narcotráfico que operaba en San Pedro Sula y el corredor del noroccidente del país.
El refugio de Fernández, según la Policía, era El Hatillo. “Este era como su sitio de refugio, porque según nuestros organismos de investigación criminal su área de operaciones está fincada en San Pedro Sula, usaba el occidente y tenía algunos vínculos con los departamentos del norte” dijo Sabillón.
Al ser consultado si el detenido tiene vínculos con los hermanos Valle Valle, Sabillón respondió “No, y aunque son conocidos entre sí, este tiene su cartel independiente”.
Con Fernández Rosa son siete los detenidos en una labor ardua que continuará con la búsqueda de otros implicados en actividades de crimen organizado, refirió el oficial.
“Inicialmente, el encausado estaba quebrantado emocionalmente, a tal grado que se le rodaron las lágrimas. Es un criminal, cabecilla de una organización y que por el momento emocional de la captura tienden a derrumbarse. Él era jefe de un cartel que tenía tiempos de estar operando y hoy (ayer) se ha logrado capturar para comenzar el proceso de extradición y este es también el fin del cartel”, explicó Sabillón.
La operación -informó- es parte de un programa secuencial, continuo e intenso de la persecución que dan al narcotráfico. Ayer a las 4:00 pm, personal del Ministerio Público y un contingente de elementos Tigres continuaban con la inspección en la residencia.
Culpa al rojo
Tras ser capturado, Fernández Rosa alegó en su defensa que es víctima de un presunto delincuente, al que llamó el Rojo, un cercano a él, que conocidos aseguran que se llama Víctor, quien era su lugarteniente, y que se supone lo despojó de parte de sus riquezas.
“Al momento de su detención, el H dice que se vino para Tegucigalpa huyendo del Rojo, en una especie de disputa entre mafiosos”, expuso el jefe policial.
Sabillón fue cauto en sus declaraciones, pero aseguró que las operaciones serán continuas hasta llegar a otros jefes de la droga y a otros grupos de narcotraficantes, de los cuales no quiso detallar acciones concretas.
“Honduras enfrenta una nueva etapa en su lucha contra el crimen. Ya no son intocables”, recalcó. El hondureño Héctor Emilio Fernández Rosa forma parte de la agenda de extraditables que maneja el Poder Judicial, confirmó el portavoz de la Corte Suprema de Justicia, Melvin Duarte.
“De acuerdo con la información oficial de este Poder del Estado, en efecto, el expediente de la persona que fue detenida (Héctor Fernández) se encuentra dentro de los que han sido enviados para ser sujetos al proceso de extradición”, manifestó.
Juan Orlando Hernández recibe a Nealon
El presidente Juan Orlando Hernández reaccionó ayer satisfecho con la labor de los operadores de justicia luego de la captura de Héctor Emilio Fernández Rosa.
Hernández reiteró a través de las redes sociales que Honduras está cambiando ante los últimos golpes perpetrados al narcotráfico en el país.
“Felicitaciones a los operadores de justicia por el enorme esfuerzo en la captura de Héctor Emilio Fernández Rosa. Honduras está cambiando”, dijo.
Hernández también sostuvo una reunión, a puerta cerrada, con el embajador norteamericano acreditado en Tegucigalpa, James Nealon.
El representante diplomático de EUA permaneció varias horas en el palacio José Cecilio del Valle.