San Pedro Sula, Honduras.
No hay una sola sala en el hospital Mario Rivas de San Pedro Sula que posea si siquiera la mitad de los materiales y medicinas que un enfermo necesita.
En una de las áreas más críticas -emergencia de cirugía-, el personal colocó el listado de lo que debe comprar el paciente al ingresar. “Hace dos días no se estaban haciendo electrocardiogramas, rayos X ni hemogramas. Empezaron a hacer ahora estos estudios para que digan que ya se resolvió el problema y no es así”, aseveró un médico.
En el sanatorio, intervenido por el Gobierno el jueves debido a varias situaciones, como la muerte de un paciente por supuesta negligencia, no hay materiales básicos como esparadrapo, guantes, jeringas y suero.
“Le pedimos al Gobierno que mande medicinas. Todo lo que ocupamos lo hemos comprado”, expresó Ana Vásquez, quien tiene un familiar interno en emergencia. La historia se repite en áreas como ginecología, pediatría, urología, cuidados intensivos y observación, que con emergencia de cirugía son catalogadas como las más críticas.
“No sabemos ni cómo hacemos las cirugías de emergencia. Hay pacientes con heridas infectadas y faltan los antibióticos. Cubrimos con lo que hay, pero no es lo más indicado. Si hay necesidad de comprar hilos, tienen que ir a la carrera”, informó Armando Guzmán, jefe de ginecología.
En pediatría no hay antibióticos, analgésicos, sueros ni sedantes. Hay déficit de enfermeras, equipo como bombas de infusión y ventiladores mecánicos. Aquí también están suspendidas las cirugías electivas desde abril, como lo ha informado LA PRENSA.
Juan Carlos Caballero, subdirector del sanatorio, comentó que falta personal en todas las áreas. “En neonatología, el cupo es para 30 y tenemos 90 pacientes. En algún lado tenemos que tenerlos porque no podemos limitar los ingresos”.
Médico se destapa en redes
La crisis en que ha permanecido sumido el Mario Rivas no es novedad para las enfermeras y los médicos, quienes lo han denunciado en varias ocasiones.
Ellos mejor que nadie conocen detalladamente el funcionamiento de las salas.
El urólogo Daniel Chinchilla se destapó ayer en la redes sociales y expuso la cruda realidad en una nota que tituló “Made in HMCR. ¡Y culpable!”.
El documento fue compartido por decenas de personas que también se han mostrado indignadas por el abandono en que el sanatorio ha estado durante años. Aquí, algunos de sus párrafos: “Culpable de desarrollar brigadas para cubrir el déficit de los programas quirúrgicos, de asistir a guardias que no me corresponden. Culpable de mandar a comprar hilos a la familia del paciente, de mandar a sacar citas a pacientes urológicos en los próximos dos años, de operar pacientes y colocar sondas e hilos vencidos.
De insultar a otro especialista que necesita también el quirófano para salvar una vida diferente a la que debo salvar. De convertir la cirugía del anciano en un acto de malabares y operarlo en público en medio de la emergencia porque no puedo esperar que el quirófano se desocupe en las próximas 4 o 6 horas.
De de la cama desnuda sin más sábana que la piel del paciente, de cerrar los ojos al dolor que producimos al ingresar un paciente oncológico y desplazamos al que tiene 15 a 18 meses esperando una cirugía (...)”.
No hay una sola sala en el hospital Mario Rivas de San Pedro Sula que posea si siquiera la mitad de los materiales y medicinas que un enfermo necesita.
En una de las áreas más críticas -emergencia de cirugía-, el personal colocó el listado de lo que debe comprar el paciente al ingresar. “Hace dos días no se estaban haciendo electrocardiogramas, rayos X ni hemogramas. Empezaron a hacer ahora estos estudios para que digan que ya se resolvió el problema y no es así”, aseveró un médico.
En el sanatorio, intervenido por el Gobierno el jueves debido a varias situaciones, como la muerte de un paciente por supuesta negligencia, no hay materiales básicos como esparadrapo, guantes, jeringas y suero.
“Le pedimos al Gobierno que mande medicinas. Todo lo que ocupamos lo hemos comprado”, expresó Ana Vásquez, quien tiene un familiar interno en emergencia. La historia se repite en áreas como ginecología, pediatría, urología, cuidados intensivos y observación, que con emergencia de cirugía son catalogadas como las más críticas.
“No sabemos ni cómo hacemos las cirugías de emergencia. Hay pacientes con heridas infectadas y faltan los antibióticos. Cubrimos con lo que hay, pero no es lo más indicado. Si hay necesidad de comprar hilos, tienen que ir a la carrera”, informó Armando Guzmán, jefe de ginecología.
En pediatría no hay antibióticos, analgésicos, sueros ni sedantes. Hay déficit de enfermeras, equipo como bombas de infusión y ventiladores mecánicos. Aquí también están suspendidas las cirugías electivas desde abril, como lo ha informado LA PRENSA.
Juan Carlos Caballero, subdirector del sanatorio, comentó que falta personal en todas las áreas. “En neonatología, el cupo es para 30 y tenemos 90 pacientes. En algún lado tenemos que tenerlos porque no podemos limitar los ingresos”.
Médico se destapa en redes
La crisis en que ha permanecido sumido el Mario Rivas no es novedad para las enfermeras y los médicos, quienes lo han denunciado en varias ocasiones.
Ellos mejor que nadie conocen detalladamente el funcionamiento de las salas.
El urólogo Daniel Chinchilla se destapó ayer en la redes sociales y expuso la cruda realidad en una nota que tituló “Made in HMCR. ¡Y culpable!”.
El documento fue compartido por decenas de personas que también se han mostrado indignadas por el abandono en que el sanatorio ha estado durante años. Aquí, algunos de sus párrafos: “Culpable de desarrollar brigadas para cubrir el déficit de los programas quirúrgicos, de asistir a guardias que no me corresponden. Culpable de mandar a comprar hilos a la familia del paciente, de mandar a sacar citas a pacientes urológicos en los próximos dos años, de operar pacientes y colocar sondas e hilos vencidos.
De insultar a otro especialista que necesita también el quirófano para salvar una vida diferente a la que debo salvar. De convertir la cirugía del anciano en un acto de malabares y operarlo en público en medio de la emergencia porque no puedo esperar que el quirófano se desocupe en las próximas 4 o 6 horas.
De de la cama desnuda sin más sábana que la piel del paciente, de cerrar los ojos al dolor que producimos al ingresar un paciente oncológico y desplazamos al que tiene 15 a 18 meses esperando una cirugía (...)”.