El Corpus, Choluteca, Honduras.
La tierra y la mina que les servía de sustento al final se convirtió en la tumba que acogió a los ocho humildes mineros que el 2 de julio pasado quedaron soterrados por un alud en la mina de San Juan Arriba, el Corpus, luego que los expertos ordenaron ayer suspender las labores por tiempo indefinido a raíz de la inestabilidad del suelo y el riesgo que eso representaba para los socorristas.
El dictamen técnico elaborado por tres geólogos y un ingeniero en minas motivó la suspensión de las actividades de búsqueda de los infortunados trabajadores Geovany Cárcamo, Olvin Anduray, José Florentino Anduray, Óscar Fúnez, Santos López, Wilmer Ramírez, Arony Zepeda y Emilio Muñoz.
Tras tomar la decisión de forma colegiada, las autoridades de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) ofrecieron una conferencia de prensa en la que advirtieron del riesgo inminente que hay en la mina a raíz de la alta debilidad del suelo donde se asienta el yacimiento.
El anunció cayó como una baldosa sobre los apesarados familiares, amigos y compañeros de trabajo de los ocho mineros, ya que la mayoría abrigaba la esperanza de que alguno pudiese estar aún con vida; aunque la posibilidad de supervivencia eran remotas.
Muchos de los compañeros de labores de los infortunados se negaron a abandonar la búsqueda y advirtieron que lo seguirán haciendo por su propia cuenta.
El dictamen elaborado por los geólogos hondureños Aníbal Godoy y José María Gutiérrez junto con el nicaragüense Alberto Gómez y el mexicano Nolberto Tasca específica que la zona de explotación de la mina artesanal colapsó.
“Fue una decisión colegiada de los tres geólogos y un ingeniero en minas. La decisión fue tomada porque el cerro además de la zona que colapsó presenta la parte superior fracturada como la del interior. Pese a que se quisieron poner firmes las paredes y el techo del túnel no se logró llegar al lugar objetivo”, explico el geólogo Aníbal Godoy.
Godoy informó que desde el sábado el techo y paredes de los túneles fueron reforzados con madera, pero en horas de la tarde las bases que se instalaron cedieron un promedio de ocho centímetros.
“Las medidas que tomamos para controlar si había movimientos nos indicaron que la zona estaba cediendo. Las rocas que eran los pilares se debilitaron y esto provocó que en una reunión de emergencia se determinara que para evitar la pérdida de más vidas humanas, lo mejor era suspender las acciones de búsqueda de los mineros y el cierre inmediato de la mina por un tiempo prudencial”, dijo.
La medida mantiene divididos a los pobladores de las comunidades y pese a que las autoridades aseguraron que había consenso con las familias de los ocho mineros soterrados, ayer el malestar fue notorio cuando varios de los parientes pedían a las autoridades que la búsqueda continuara para recuperar, “aunque fuera en pedazos” a los mineros.
Malestar y desesperación
La paralización de las actividades de búsqueda, rumor que corrió desde el sábado anterior en el sitio, causó el malestar de los familiares sumidos en la desesperación, quienes afirmaron que hubo lentitud para llegar hasta el lugar donde los obreros quedaron atrapados.
Las familias y los amigos de los ocho mineros desaparecidos mantenían vivas las esperanzas de un milagro de encontrarlos en algún punto de los túneles.
“Lamentamos que no se pudo rescatar a los ocho mineros por diferentes motivos. Las circunstancias que presenta la mina son deplorables, hay una falla de 300 metros, es prácticamente toda el área, y bajo estas condiciones podemos poner en peligro a más personas, por eso decidimos con todo el equipo interinstitucional no continuar buscando”, explicó Moisés Alvarado, titular de Copeco
Agregó que no ha sido fácil esa decisión porque los mineros no están convencidos y ellos mismos fueron sorprendidos en la primera intervención que hicieron buscando a sus compañeros cuando colapsó una área donde habían ingresado, razón por la cual se recomendó no continuar haciendo uso de ese suelo por ningún motivo.
Los pobladores y compañeros de labores de los mineros desaparecidos fueron sorprendidos, ya que en la conferencia de prensa participaron tres supuestos representantes de ellos, que avalaron el informe oficial.
No obstante, estos fueron desautorizados por las bases, quienes trataron de impedir que estos hablaran ante los medios de comunicación.
“Como representante de los mineros tengo derecho a hablar, comencé a trabajar ayer y vi que no podía continuar. Fui hospitalizado, arriesgué mi vida y no soporté estar adentro.
El área adonde trabajamos ayer presenta movimientos de tierra, la zona está muy debilitada y por eso tuve que salir inmediatamente con mis compañeros. Solo buscamos que no se expongan más vidas”, relato Santos López.
Jesús Maradiaga, otro minero, aceptó que sus compañeros fallecieron cuando les cayó el alud.
“Aunque nos duela, ellos están muertos y no es necesario que sigamos perdiendo más vidas y que pase algo que no queremos. Pero les pedimos a las autoridades que nos busquen opciones, porque la mina es la que nos da de comer”.
Ante la paralización de la búsqueda y el cierre temporal de la mina, ayer mismo el Ministerio Público solicitó el apoyo de la 101 Brigada de Infantería para que resguarde toda la zona y evitar que los mineros continúen trabajando en la explotación artesanal de la misma.
“La 101 Brigada desde hoy acordonará la zona para evitar que los obreros hagan actividades y esto implica que no se dejará entrar a personal a la zona en riesgo”, dijo Manuel de Jesús Villamil, fiscal de Choluteca, quien advirtió que se adoptarán las acciones legales en caso de que la orden sea violentada.
Fiscales trabajan en una investigación para determinar si hay responsabilidad penal ante el incidente que provocó el percance en el que salieron afectados los once mineros.
Reanudan búsqueda
Pese a las restricciones, un grupo de mineros ingresó ayer a la mina a rescatar los cuerpos de sus compañeros.
Uno de los mineros que participaba en la búsqueda de los ocho soterrados informó anoche a las 10:00 pm que ya estaban cerca de localizar los cuerpos, pues ya hallaron el material que los infortunados habían recolectado antes del deslave.
La tierra y la mina que les servía de sustento al final se convirtió en la tumba que acogió a los ocho humildes mineros que el 2 de julio pasado quedaron soterrados por un alud en la mina de San Juan Arriba, el Corpus, luego que los expertos ordenaron ayer suspender las labores por tiempo indefinido a raíz de la inestabilidad del suelo y el riesgo que eso representaba para los socorristas.
El dictamen técnico elaborado por tres geólogos y un ingeniero en minas motivó la suspensión de las actividades de búsqueda de los infortunados trabajadores Geovany Cárcamo, Olvin Anduray, José Florentino Anduray, Óscar Fúnez, Santos López, Wilmer Ramírez, Arony Zepeda y Emilio Muñoz.
Tras tomar la decisión de forma colegiada, las autoridades de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) ofrecieron una conferencia de prensa en la que advirtieron del riesgo inminente que hay en la mina a raíz de la alta debilidad del suelo donde se asienta el yacimiento.
El anunció cayó como una baldosa sobre los apesarados familiares, amigos y compañeros de trabajo de los ocho mineros, ya que la mayoría abrigaba la esperanza de que alguno pudiese estar aún con vida; aunque la posibilidad de supervivencia eran remotas.
Muchos de los compañeros de labores de los infortunados se negaron a abandonar la búsqueda y advirtieron que lo seguirán haciendo por su propia cuenta.
El dictamen elaborado por los geólogos hondureños Aníbal Godoy y José María Gutiérrez junto con el nicaragüense Alberto Gómez y el mexicano Nolberto Tasca específica que la zona de explotación de la mina artesanal colapsó.
“Fue una decisión colegiada de los tres geólogos y un ingeniero en minas. La decisión fue tomada porque el cerro además de la zona que colapsó presenta la parte superior fracturada como la del interior. Pese a que se quisieron poner firmes las paredes y el techo del túnel no se logró llegar al lugar objetivo”, explico el geólogo Aníbal Godoy.
Godoy informó que desde el sábado el techo y paredes de los túneles fueron reforzados con madera, pero en horas de la tarde las bases que se instalaron cedieron un promedio de ocho centímetros.
“Las medidas que tomamos para controlar si había movimientos nos indicaron que la zona estaba cediendo. Las rocas que eran los pilares se debilitaron y esto provocó que en una reunión de emergencia se determinara que para evitar la pérdida de más vidas humanas, lo mejor era suspender las acciones de búsqueda de los mineros y el cierre inmediato de la mina por un tiempo prudencial”, dijo.
La medida mantiene divididos a los pobladores de las comunidades y pese a que las autoridades aseguraron que había consenso con las familias de los ocho mineros soterrados, ayer el malestar fue notorio cuando varios de los parientes pedían a las autoridades que la búsqueda continuara para recuperar, “aunque fuera en pedazos” a los mineros.
Malestar y desesperación
La paralización de las actividades de búsqueda, rumor que corrió desde el sábado anterior en el sitio, causó el malestar de los familiares sumidos en la desesperación, quienes afirmaron que hubo lentitud para llegar hasta el lugar donde los obreros quedaron atrapados.
Las familias y los amigos de los ocho mineros desaparecidos mantenían vivas las esperanzas de un milagro de encontrarlos en algún punto de los túneles.
“Lamentamos que no se pudo rescatar a los ocho mineros por diferentes motivos. Las circunstancias que presenta la mina son deplorables, hay una falla de 300 metros, es prácticamente toda el área, y bajo estas condiciones podemos poner en peligro a más personas, por eso decidimos con todo el equipo interinstitucional no continuar buscando”, explicó Moisés Alvarado, titular de Copeco
Agregó que no ha sido fácil esa decisión porque los mineros no están convencidos y ellos mismos fueron sorprendidos en la primera intervención que hicieron buscando a sus compañeros cuando colapsó una área donde habían ingresado, razón por la cual se recomendó no continuar haciendo uso de ese suelo por ningún motivo.
Los pobladores y compañeros de labores de los mineros desaparecidos fueron sorprendidos, ya que en la conferencia de prensa participaron tres supuestos representantes de ellos, que avalaron el informe oficial.
No obstante, estos fueron desautorizados por las bases, quienes trataron de impedir que estos hablaran ante los medios de comunicación.
“Como representante de los mineros tengo derecho a hablar, comencé a trabajar ayer y vi que no podía continuar. Fui hospitalizado, arriesgué mi vida y no soporté estar adentro.
El área adonde trabajamos ayer presenta movimientos de tierra, la zona está muy debilitada y por eso tuve que salir inmediatamente con mis compañeros. Solo buscamos que no se expongan más vidas”, relato Santos López.
Jesús Maradiaga, otro minero, aceptó que sus compañeros fallecieron cuando les cayó el alud.
“Aunque nos duela, ellos están muertos y no es necesario que sigamos perdiendo más vidas y que pase algo que no queremos. Pero les pedimos a las autoridades que nos busquen opciones, porque la mina es la que nos da de comer”.
Ante la paralización de la búsqueda y el cierre temporal de la mina, ayer mismo el Ministerio Público solicitó el apoyo de la 101 Brigada de Infantería para que resguarde toda la zona y evitar que los mineros continúen trabajando en la explotación artesanal de la misma.
“La 101 Brigada desde hoy acordonará la zona para evitar que los obreros hagan actividades y esto implica que no se dejará entrar a personal a la zona en riesgo”, dijo Manuel de Jesús Villamil, fiscal de Choluteca, quien advirtió que se adoptarán las acciones legales en caso de que la orden sea violentada.
Fiscales trabajan en una investigación para determinar si hay responsabilidad penal ante el incidente que provocó el percance en el que salieron afectados los once mineros.
Reanudan búsqueda
Pese a las restricciones, un grupo de mineros ingresó ayer a la mina a rescatar los cuerpos de sus compañeros.
Uno de los mineros que participaba en la búsqueda de los ocho soterrados informó anoche a las 10:00 pm que ya estaban cerca de localizar los cuerpos, pues ya hallaron el material que los infortunados habían recolectado antes del deslave.
