Estados Unidos ofreció a Cuba ayer levantar el embargo si se abre una transición democrática tras la delegación provisional del poder por Fidel Castro a su hermano Raúl, aunque Washington también se beneficiaría de una medida que le permitiría contactos con la isla.
“En 2002, el presidente George W. Bush hizo una oferta a los cubanos”, recordó el diplomático norteamericano en una rueda de prensa dedicada a la situación en Cuba después que el presidente Fidel Castro dejara el poder provisionalmente a su hermano el 31 de julio pasado por razones de salud.
Bush “dijo entonces que si los cubanos estaban listos para crear un mecanismo y un camino hacia las elecciones, entonces, en consulta con el Congreso, trataremos de hallar los medios de levantar el embargo” económico impuesto hace 44 años por Estados Unidos, agregó Shannon.
“La oferta fue rechazada entonces por el régimen castrista. Pero sigue sobre la mesa”, añadió el diplomático estadounidense, tras recordar otras condiciones formuladas por Bush: liberar los prisioneros políticos, respetar los derechos humanos y creación de organizaciones independientes como partidos políticos.
El presidente estadounidense reforzó el embargo en 2004 limitando los viajes a la isla y el envío de remesas, y en julio pasado duplicó los fondos destinados a la disidencia cubana al elevarlos a 80 millones de dólares para los años fiscales 2007 y 2008.
Paradójicamente, el levantamiento del embargo podría ser beneficioso para Estados Unidos, pues la ley Helms-Burton aprobada en 1996 prohíbe a su gobierno contactos con el régimen de Fidel Castro, incluso si un sucesor designado abre un proceso de transición.
Para la analista Ana Faya, de la Fundación de las Américas, “el embargo se ha convertido en un problema grave. Es más, yo diría que en estos momentos es un problema más serio para Estados Unidos”.
Dato
Shannon lanzó una advertencia al presidente venezolano Hugo Chávez por el embargo estadounidense tras la caída de la Unión Soviética.
Clave
Cambios
Washington designó al agente de la CIA Jack Patrick Maher como un “director” especial de inteligencia para Cuba y Venezuela.