Una agraciada capitalina, 35 años menor que él, puso fin a su vida de mujeriego empedernido. El director del noticiero Telediario, Gabriel García Ardón, se muestra enamorado de su flamante esposa Elizabeth Pinto, quien corresponde con mimos y caricias como se le puede prodigar a un niño.
“Para mí es como un hijo obediente. Es bien mandadito, nunca dice que no, por eso lo consiento como si fuera un bebé”, dice la fémina a quien el controversial periodista conoció hace más de tres años.
García Ardón es considerado un hombre de carácter fuerte, incluso a su esposa le han dicho sus amigas “cómo podés aguantar a ese viejo”. Sin embargo, la dama dice que ésa es una falsa percepción, “hay que tratarlo para darse cuenta que este viejo es un hombre noble y tierno”, dice.
Cuando ella lo conoció en el Hotel Sula donde suele llegar el periodista a formar tertulias con sus amigos, creyó que era un hombre casado, más luego al saber la verdad, se mostró más receptiva a sus halagos y comenzó un noviazgo “de peluches, flores y poemas” que terminó en matrimonio.
Como buen romántico, don Gabriel aún sigue correspondiendo a sus regalos con un poema como cuando eran novios.
Esa vena romántica comenzó a ponerla de manifiesto García Ardón cuando estudiaba en el instituto Central de Varones de Tegucigalpa donde su compañero, Mario Rivera López lo bautizó como poeta al leer su primer poema. Allí comenzaron también a gustarle las mujeres y a salir de la timidez que traía de su nativa villa de San Juancito.
“Al llegar a Tegucigalpa me arruiné después de haber salido de las faldas de mi madre que era una beata, pues aprendí las cosas normales que da la vida como el gusto por las muchachas. Tenía como 12 años, porque salí bien temprano de la escuela”.
¿Qué otros recuerdos tiene de esa época?
Jugábamos fútbol en el Jazmín, cerca de la Casa Presidencial y el portero era Rafael Ferrari que era otro de mis compañeros. Nos íbamos a bañar a La Isla porque el río Choluteca en ese entonces era bravo. Allí no bañábamos con calzoneta, pero un kilómetro arriba, como Dios nos echó al mundo. Mi infancia transcurrió al rumor de las selvas como dice la canción que por cierto es de San Juancito, una selva bella igual a mi pueblo. Nunca anduve chuña, pero usaba unos burros que se decía eran de piel de cerdo, los llamaban mocacines y costaban tres lempiras con cincuenta centavos, pero para mi madre, que vivía de lavar ajeno, era un capital.
¿Es cierto que quiso derrocar a Ramón Villeda Morales?
Bueno, me metí en un movimiento guerrillero con el coronel Armando Velásquez Cerrato, era el locutor de Radio Rebelde con Luis Alfredo Alonso Elvir. La emisora fracasó cuando en 1958 iba a ocurrir un levantamiento y no se llevó a cabo. Estaba equivocado y me arrepiento, creía que estábamos peleando por una Honduras mejor, pero lo que había eran intereses partidarios, me apenó mucho reconocer con los años que no había hecho lo correcto, pero yo era un cipote.
Al final nos capturaron, fuimos a dar a Nicaragua, nos tuvieron presos en el fuerte de Coyotepe, en Masaya, de allí nos fugamos y nos asilamos en la Embajada de El Salvador en Managua.
Con Elizabeth, forma una pareja ideal, pese a la diferencia de edades.
Salí del exilio y me trataron muy mal cuando entré al país. Una de mis tías me dijo que me viniera a vivir a San Pedro y desde que cayó Villeda Morales aquí he estado. Vine con una hoja de parra adelante y otra atrás y esta ciudad me abrió los brazos, por eso la amo.
¿No le molesta que le digan “Alacrán” o “Teletapas”?
No, de ninguna manera, así me puso Cacho Zepeda, resulta que jugaba muy bien el fútbol, pero toda la vida vivía peleando en la cancha, entonces por eso me puso el “Alacrán” Ardón.
El abogado Randolfo Discua, ya fallecido, me puso Teletapas, Telegetas y Tapas de Centro América, porque decía que mis tapas eran divinas. Recuerdo que en el desaparecido Café Atenas, formamos el Sindicato de Trabajadores Cansados del Café Atenas, Sitracaca, era una broma desde luego. Allí se le daban un premio a la persona que más se destacaba por las tapas, que en una ocasión me lo dieron a mí.
¿Es un hombre mujeriego?
El problema que tenía era que la televisión en aquel entonces era como un imán, pero era una vida falsa que no te llevaba a ningún lado. Uno no sentaba cabeza, no formaba un hogar.
Siempre me gustaron las mujeres jóvenes pues he creído que la pareja debe ser menor que uno, porque la mujer envejece más rápido.
En términos de amor me considero un hombre infortunado, desde que perdí a mi esposa, hace 39 años, la vida no ha sido la misma. Después de su muerte, creía que cada mujer que conocía venía a ocupar el puesto de mi esposa de quien viví enamorado y la amaba con locura. En España un psiquiatra me dijo: “Lo que te sucede es que vives enamorado de una muerta y crees que cada vez que conoces a una mujer, esa mujer es tu esposa”.
Eso fue lo que me hizo andar igual a Juan Tenorio, un día para conocerla, el segundo para amarla y el tercero para olvidarla. Eso me llevó de fracaso en fracaso, hasta que llega un momento en la vida que… yo conocí una muchacha hace unos tres o cuatro años y estoy muy contento con ella. Es mi actual esposa Elizabeth Pinto Guerra de 35 años.
¿Ha usado viagra o algún otro estimulante sexual?
Hasta este momento no la uso, no puedo asegurar que el día de mañana no la pueda usar. Es tal vez porque soy un hombre que no ha bebido ni fumado. Hice deporte toda mi vida, hasta hace unos siete años dejé de jugar. Siempre hago bicicleta, camino o corro. Tal vez eso me mantiene bien o será la herencia genética de mi madre que murió a los 103 años en uso de sus facultades.
¿Lo han insultando mientras está al aire?
Tengo como siete años que nadie me falta al respeto, pero antes sí.
Usted sabe que uno siempre tiene detractores en la vida. Hay gente que lo primero que hace es sacarme la muerte de mi señora, cuando alguien me quiere ofender, dice: el hijo de p. que mató a su mujer. Eso viene de mis enemigos.
Fui a la cárcel por la muerte de ella, pero probé mi inocencia. Mantengo las relaciones más cordiales y amigables con mis ex cuñados, a quienes quiero mucho y ellos me quieren mucho también. Fue una fatalidad tremenda, perdí lo que más quería en la vida.
¿Ha mantenido la calma?
Las primeras veces me exasperé, pero después los amigos me decían que no les diera importancia.
Tal vez el que me ofendía era uno, y después había 30 o 40 defendiéndome. El pueblo siempre ha creído en mí al extremo que fui su primer gran mariscal, vinieron los premios y luego, en estas elecciones, fui el más votado de los candidatos a diputado del Partido Nacional.
¿Ha llorado?
Muchas veces, a pesar que la gente cree que soy un hombre fuerte, he llorado, la muerte de mi esposa me hizo llorar más de dos años. Igual la muerte de mi madre fue como un mazazo para mi vida porque anduvimos juntos. El hombre que dice que no ha llorado nunca es mentiroso y farsante.
¿Ha recibido amenazas?
Sí, he recibido como 10 o 12 atentados, han limado el sistema de frenos de mi carro y por poco me mato en una de las calles de Tegucigalpa. El último fue en tiempo de Callejas que me pusieron una bomba.
¿Lo han sobornado o tratado de hacerlo?
Han tratado como unas mil veces, pero a mí nadie me soborna, por eso sigo siendo un hombre pobre. No sé si tengo precio. Aquí lo quieren sobornar a uno con migajas. Si a mí me hubieran ofrecido unos cien millones de lempiras, tal vez hubiera dicho: bueno, pero me hubiera escondido o me hubiera ido a vivir posiblemente a las laderas de Afganistán, donde no me viera nadie para no tener la vergüenza de un reclamo.
¿Algún momento difícil en su vida?
Siendo presidente del Colegio de Periodistas, cuando se inauguró el Liceo Militar del Norte, conseguí una entrevista a los periodistas con el general Gustavo Álvarez Martínez, pero conociendo su carácter, les pedí que le entraran suave, aunque después le hicieran las preguntas fuertes, pero no me hicieron caso.
Desde que entraron uno de los reporteros, le preguntó si era cierto que daría golpe de Estado. Se armó un relajo al grado que cuando iba saliendo me dijo Álvarez:“me las vas a pagar, por vos estos tales por cuales me han hecho esas preguntas, ya vas a ver”. Me sentí algo así como comprometido por mi gremio. Entonces vengo de tonto y le contesto: me gustaría que me lo dijeras, pero vestido de civil, para vernos las caras en igualdad de condiciones. Cuando le dije eso, ya estaba orinado.
Después lo vi en Miami y discutimos en un hotel, al extremo que mi compadre Jesús Vélez Banegas intervino porque íbamos a llegar a los puños.
Después él se hizo evangélico y llegamos a ser grandes amigos, al extremo que cuando me confesó que iba a decir toda la verdad de su vida en una iglesia evangélica, yo le advertí: Tavo, no lo digas porque te van a matar, “es mi deber porque Dios así me lo ha pedido”. A los ocho días él iba a hacer esa declaración donde daría nombres y lo mataron.
Su espíritu jovial lo pone de manifiesto cada noche en la emisión de Telediario.
Me hubiera gustado morir en Telediario, pero uno de viejo tiene que ahuecar el ala como dicen los salvadoreños. Creo que ya es necesario ir preparando a alguien para que ocupe Telediario pues llega un momento en que posiblemente uno ya no rinde o ya no es el mismo hombre que trabaja. Estoy preparándome para estos últimos años, para cuando el licenciado Ferrari o don Manuel me digan: hasta aquí.
Sus frases
'Conozco el mundo entero, a excepción de Australia y lo he hecho a base de mi profesión, nunca he pagado un pasaje más que cuando voy a Miami con mi familia. He salido fuera del país con todos los presidentes, menos con Maduro que nunca me invitó, ni siquiera para ir a Choluteca, pero eso tampoco me quita el sueño ni me enoja, como a otros”.
'Cuando era muy joven, por el 56 fundé un noticiero y hablando con un amigo le dije: es que aquí en este país se hunde el corcho y flota el plomo. Mirá, me dijo, está bonita esa expresión, y desde entonces la he venido usando, posiblemente esa expresión no tiene que haber sido mía. Alguien la dijo y se me quedó inconscientemente”.
Personalidad
“Me considero un hombre romántico, tengo muchas poesías, nunca las he publicado, aunque alguna gente considera que tengo un carácter un poco fuerte, puede ser pero también me gusta mucho la broma y reír. Mis amigos me molestan, yo les permito que me hagan todas las bromas del mundo”.
Posición
“Soy nacionalista, pero no voy a anteponer los compromisos de partido en el Congreso, porque soy representante de mi pueblo. Si hay una ley que va en beneficio de mi pueblo, y no quiere mi partido que se apruebe, yo lo siento en mi alma porque voy a apoyarla aunque mi partido se oponga”.
Apuestas
“El bigote me lo quitó el Olimpia, tiene que ser tricampeón para volvérmelo a dejar. Estas apuestas las hago con la gente que me llama o con mis amigos. Una vez Américo Navarrete me ganó una y tuve que entrar hincado desde el portón hasta el estudio, pero me las pagó porque después él perdió la apuesta”.
Anécdota
“Cuando estuve en Cuba le pregunté al edecán si podía entrevistar a Fidel, y me respondió, “dijo el comandante que sí, pero debe regresar dentro de 168 días”. Pensé que había fracasado y se lo comenté a Jorge Arturo Reina. “Vamos a arreglar eso” contestó. Por la noche me fueron a traer para que la hiciera”.
Pasión
“Me gustan los boleros, soy un apasionado de la música, no sé qué me hubiera pasado si hubiera nacido sordo, no puedo vivir sin la música, pero la de mi tiempo, claro que admiro cantantes de esta época como Roberto Carlos, Juan Gabriel o Luis Miguel. Eso de reggaetón se lo dejo a mis nietos”.
Perfil
Nombre: Gabriel García Ardón
Nació en 1934 en el municipio de la Villa de San Juancito
Estudio Bachillerato en el Instituto Central Vicente Cáceres
Experiencia: más de 50 años de ejercicio del periodismo que le han llevado a una vasta
experiencia iniciando en 1955 como locutor en la radioemisora HRA o “La voz de Lempira”.
Actualmente es director de Telediario que se transmite por Canal 7
Casado: con Elizabeth Pinto.
Hijos: Gabriela y Norman (de su primer matrimonio) y Belkis