21/09/2024
12:34 AM

'Soy el Águila de El Merendón”: Don Héctor

Héctor Sabillón Cruz fue alcalde de San Pedro Sula, ahora tiene 82 años pero recuerda cada etapa de su vida con lucidez.

El éxito nunca llega por casualidad, ni por suerte, y eso lo sabe bien Héctor Sabillón, quien se ha pasado toda una vida trabajando para alcanzar cada meta que se ha propuesto.

Llegar a la cima nunca es una tarea fácil, y en ese esfuerzo Sabillón fue de extremo a extremo en ese camino, pasó de ordeñar vacas y cuidar cerdos a ser alcalde de San Pedro Sula y diputado del Congreso Nacional.

Declarado amante de la naturaleza, ha dedicado buena parte de su vida a luchar por la defensa de los recursos naturales de zonas como el Merendón o Pulhapanzak.

Una vida única

Héctor Sabillón recuerda con una combinación de nostalgia y alegría su niñez.

“Para estudiar tenía que caminar desde la aldea de San Buenaventura, que es donde vivía, hasta San Francisco de Yojoa, donde quedaba la escuela, era un tramo de cinco kilómetros en medio de la montaña que debía recorrer todos los días”, recordó Sabillón.

A pesar de sus esfuerzos no pudo cumplir todos sus sueños estudiantiles.

“Yo quería ser abogado, pero no había estudios nocturnos como hay ahora, y además tenía bajos recursos económicos, así que entonces quedó frustrado ese propósito y me quedé sólo con el título de perito mercantil”.

A pesar de eso, tiempo después ya como un empresario reconocido llegó a sacar cursos de producción turística en la Universidad de Harvard.

El exalcalde detalló los mil y un trabajos que ha realizado.

“Vendí automóviles, radios, seguros de vida, fui ganadero, ambientalista, presidente administrativo de varias empresas. Y en la política desempeñe muchos cargos, creo que me ayudó en la vida que desde muy pequeño yo no supe qué fue jugar con trompo, ni canicas, porque todo el tiempo nos mantenían ocupados, sobraba el trabajo.

Pero así aprendí a luchar y ser disciplinado, yo agradezco que me hayan enseñado eso”.

El amor es para siempre

Héctor está casado con Alba Bodden, con quien procrearon tres hijos. A su ahora compañera la conoció cuando ella trabajaba en el ferrocarril de la Tela Railroad Company y lo recuerda como si fuera ayer.

“Recuerdo cuando la conocí, ella siempre ha sido muy seria, entonces yo le hablaba, pero me llevaba más con las otras compañeras, pero luego logramos empezar a conocernos y desde entonces todo fue muy rápido, nos hicimos novios en marzo y ya en noviembre nos estábamos casando, y de eso ya han pasado más de sesenta años; así que sí fue amor”, indicó.

Además Sabillón reveló que ahora está trabajando en una de sus pasiones.

“Estoy escribiendo mis memorias, espero que le sirvan mucho a la juventud y que puedan aprender algo de mis vivencias. También estoy escribiendo algo sobre el Marathón porque en mi administración como alcalde lo logramos hacer campeón nacional después de 52 años de existencia, en los que nunca había conseguido esto y era uno de mis anhelos.

También pienso escribir sobre el general Tiburcio Carias Andino, que fue mi amigo personal y para mí el personaje más importante del siglo veinte en Honduras”.

Anécdota entre anécdotas

Héctor Sabillón tiene mil y una historias sorprendentes que contar, y sería casi imposible resumirlas todas en algo que no fuera un libro como mínimo. Pero entre todas sus anécdotas e historias resalta su peculiar y único encuentro con el papa Juan Pablo Segundo.

“En mi vida hasta me tocó ver al papa Juan Pablo II en calzoncillos.

El día que el Papa vinó a Honduras hubo una sesión solemne en el Congreso Nacional, de ahí nos llevaron a los diputados en un bus a Suyapa, en la misa yo estaba bien cerca de él.

Después de la misa en el mismo bus nos llevaron a Tegucigalpa y hay un restaurante que se llama Roma en Palmira, y está frente a la Nunciatura, sede donde se quedaría el Papa.

Yo estaba en el restaurante y en eso entraron unos hombres altos, “cheles”, bien vestidos y me dijeron que eran los guardias del Papa y que el Papa estaba en la Nunciatura.

Pues yo tenía una casa exactamente atrás de la Nunciatura, y un apartamento donde yo vivía, llevé a mi señora y le dije que iba a curiosear, y había como un bosquecito y por ahí me fui, vi un corredor largo y de pronto sale el Papa, que supongo venía del sanitario, con el gorrito blanco en la cabeza y medio desnudo y sólo con una “camisetilla” de tirantes.

Mire qué barbaridad, porque por enfrente había guardias, soldados y de toda protección, pero por ahí atrás nada, bien lo hubiera matado con una honda”, relató entre risas.

Pasión ambiental

“Soy el águila del Merendón porque cuido esa montaña, los campesinos me pusieron así porque siempre luché para protegerla de todo daño. También soy dueño de Pulhapanzak, y he tenido que pelear porque en una época quisieron invadir esa zona, ahora estaría destruida si no me hubiera empeñado en protegerla. Ahora la he entregado a mi familia”, dijo Sabillón. Finalmente el otrora alcalde deseó que su vida sea un ejemplo para los jóvenes de hoy, que tanto necesitan los valores.