Aunque la tarifa por el servicio de agua potable es variable cada mes, la cifra más alta que ha tenido que pagar Juana Alvarado por el consumo del vital líquido han sido 300 lempiras. A este pago se le sumarían 500 lempiras más si actualmente las aguas negras y residuales estuviesen siendo tratadas en San Pedro Sula.
Alvarado, residente de la Rivera Hernández, relata que con mucho esfuerzo logra reunir el dinero para el pago de los servicios públicos y no imagina cómo podría pagar 800 lempiras por el servicio, si tuviera que pagarlos en estos momentos.
“No sé qué haría si me cobran más, si de por sí cuando me salen 300 pongo el grito en el cielo”.
El cálculo de los 500 lempiras lo hizo la Unidad de Concesiones tomando en cuenta los valores que quedaron estipulados en el contrato si funcionasen las plantas este año. El aumento en la tarifa del recibo se concretará
hasta que se comiencen a tratar las aguas negras y residuales.
Los usuarios podrían verse obligados a pagar en 2017 una suma mucho mayor ante el retraso de 12 años del desarrollo de las tres plantas de tratamiento.
El costo del proyecto se ha elevado de 80 millones de dólares a 160 millones de dólares, una cifra
que se ha vuelto imposible de costear por medio de tarifa para los ciudadanos.
El regidor Wilfredo Flores, miembro de la Comisión de Concesiones, informó que de las 54 manzanas de tierra que se necesitan para la construcción de la planta de tratamiento en Chotepe del sector Chamelecón solo faltan 19 manzanas; y aunque la compra era uno de los temas a tratar en la sesión de Corporación la semana pasada, “no se le dio la importancia que amerita”.
El terreno de 27 manzanas escriturado a nombre de la Municipalidad, ubicado en la zona conocida como Frontera, que colinda con el aeropuerto en el sector de la Rivera Hernández, está pagado en el 80% al vendedor. La compra de las tierras de Cofradía que completarán las tres plantas de tratamiento ya está autorizada; sin embargo, siguen a la espera de que sean escrituradas.
“Si todo se da como esperamos y no hay demasiada burocracia, ya para el 31 de mayo podríamos estar entregando el total de los terrenos a Aguas de San Pedro para que comience el diseño que tomará unos seis meses”, agregó Flores.
La ambientalista Diana Betancurt dijo que aunque es necesario que la concesionaria prepare los diseños de las plantas de tratamiento para conocer el costo total de la construcción del proyecto, actualmente están analizando otras alternativas para el financiamiento de las plantas.
Detalló que una de las alternativas que planteó el consultor que revisó el proyecto era dar a otro concesionario la inversión y la operación de las plantas; pero bajo el concepto de que el Gobierno avale a la Municipalidad para conseguir un financiamiento no reemmbolsable.
“Si se consigue un financiamiento no reembolsable, los sampedranos tendríamos que pagar los costos operativos, pero no los costos de amortización de una inversión tan alta como la que tiene que hacer la ciudad en unos próximos años. La población debe estar consciente que la factura va a aumentar”.
Betancurt contó que envió el perfil de las plantas a una prestigiosa universidad de Massachusetts para ser analizado y poder obtener diferentes opciones tecnológicas para reducir los costos de inversión. “El problema es que ninguna agencia de cooperación le va a regalar las plantas a la ciudad sabiendo que hay un concesionario privado”, concluyó.
Considerando que este año se resuelva lo de los terrenos y el financiamiento y que Aguas de San Pedro empiece a ejecutar los trabajos, la primera planta que empezará a funcionar será la de la Rivera Hernández en 2016 y trataría las aguas sanitarias de todo el sector noreste y noroeste.
La de Cofradía en 2018 captaría solo el agua del sector, y la de Chamelecón en 2022 saneará las aguas del sureste y suroeste. Conforme al contrato, la primera debió haber empezado en 2008 y la última en 2010.
Marisa Mena, directora de la Unidad de Concesiones de la Municipalidad, explicó que es necesario agilizar el diseño de la obra, ya que actualmente solo se tiene un presupuesto aproximado que contempla más de 160 millones de dólares, de los cuales solo 30 son de colectores y el restante de las plantas. “Qué sabemos, podría ser menos con el diseño”.
Añadió que por parte de la Unidad de Concesiones están tratando de conocer las inversiones que han realizado las ciudades de otros países en la construcción de plantas de tratamiento, para poder buscar otras opciones de financiamientos y que los sampedranos paguen solo unos 200 lempiras más en su factura.
Los primeros seis años de la concesión se pagarán 45 centavos de dólar por
metro cúbico tratado. Mena aseguró que la meta es bajarlo a 20 centavos de dólar.