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Honduras hace esfuerzos contra el calentamiento global

  • 11 agosto 2018 /

Estudios sirven de base para que el país gestione acceso a los bonos que da la Organización de las Naciones Unidas.

    La Ceiba, Honduras.

    Los bonos de carbono azul son otro valor que buscan aprovechar en los pastos marinos que son objeto de estudio por biólogos y químicos en la bahía de Trujillo, Colón.

    Este ecosistema marino con una extensión estimada a los tres kilómetros cuadrados está en la parte norte de la bahía, y es parte de los recursos protegidos en el país.

    La zona está siendo evaluada por el Centro Universitario Regional del Litoral Atlántico (Curla) para determinar la cantidad de dióxido de carbono ( CO2) que se puede capturar.

    A través del Proyecto de Caracterización y Valorización de Estrellas Marinas de Laguna de Guaimoreto, en su protocolo Estimación del Reservorio de Carbono en Praderas Marinas Thalassya testudinum, el Curla ha recolectado datos para estimar su capacidad de secuestrar el CO2.


    La investigación es apoyada por MARFund (Protección del Arrecife Mesoamericano por sus siglas en inglés), y tiene un costo estimado a 50,000 dólares. “La idea es estimar la cantidad de carbono que se va secuestrando, y poder decir que nosotros en esa área geográfica estamos ayudando a reducir la cantidad de carbono que hay en el ambiente”, explicó Alexis Rodríguez, ingeniero químico y especialista en Ciencias del Agua.

    Esta información servirá de base para que Honduras gestione acceso a los bonos que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) da a los países que hacen esfuerzos contra el calentamiento global.

    “Ahora lo que corresponde a países en vías de desarrollo, como el nuestro, es tener datos que puedan evidenciar que somos capaces de capturar ese carbono y secuestrarlo para que los países industrializados que emiten un exceso de CO2 puedan pagarnos a nosotros, en eso consisten los bonos de carbonos”, explicó.


    Investigación

    Se conoce al carbono azul como aquel almacenado en los ecosistemas marinos, sean estos manglares, marismas, arrecifes o pastos marinos. “Lo que estamos haciendo en la bahía de Trujillo es evaluando el carbono que se va generando en la pradera marina por la captura de carbono que hay en forma de CO2 en el ambiente que se disuelve en el agua y, una vez disuelto, el pasto marino lo toma y genera oxígeno, entonces ese carbono se va acumulando en una forma autóctona”, detalló.

    De acuerdo a cifras referenciadas, por un megagramo de carbono -que es la unidad que se utiliza para su medición- se pagan unos 41 dólares; pero el rango puede ser entre $8 a $81 inclusive, según estudios de científicos estadounidenses.



    Honduras tiene una experiencia en secuestro de carbono en los bosques de conífera y latifoliado, y esta sería la primera experiencia en la región marina de Centroamérica. “Trujillo será la primera área marino costera que tiene estudios sobre pastos marinos y carbono, los trujillanos serán pioneros en Honduras, ojalá ellos lo entiendan y lo puedan aprovechar”, Evangelina Trejo, de Vinculación Curla.

    Esta investigación será base para ampliar proyectos en otras regiones costeras tanto del Caribe como del Pacífico de Honduras.

    Este proyecto también estudió los bancos de las estrellas marinas en la bahía. Los investigadores hallaron 37 bancos delimitados y se registraron 2,522 estrellas. “Con el estudio se tiene una línea base para medir el impacto que genera el turismo en esa área”, indicó Arlene Rodríguez, coordinadora del proyecto.