22/12/2024
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Crece tráfico de asiáticos y africanos por Honduras

  • 29 julio 2018 /

El 64% de migrantes detenidos en Honduras (con destino a Estados Unidos) no es de América.

    Tegucigalpa, Honduras

    Después de volar 15,000 o 20,000 kilómetros, poner un pie en Honduras es como estar en Estados Unidos para cientos de migrantes de África y Asia que, al igual que los centroamericanos, buscan a toda costa alcanzar el sueño americano.

    Honduras se ha convertido en un punto estratégico para migrantes de esos continentes y para redes globales de tráfico de personas que, de manera dispersa, recaudan anualmente más de $35,000 millones (equivalente a unas cinco veces la deuda externa pública de Honduras) en el mundo, indican datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

    La guerra
    Cancilleres de México, Guatemala, El Salvador y Honduras declararon este mes una guerra a traficantes de personas.
    Desde enero de 2014 hasta junio de 2018, las autoridades hondureñas, en relación con información enviada a Diario LA PRENSA por la Fuerza de Seguridad Interinstitucional (Fusina), han detenido 34,000 personas de más de 30 países de África, Asia, Sudamérica y el Caribe.

    Ayer domingo, elementos de Fusina detuvieron en Namasigüe, Choluteca, a 27 cameruneses, cinco cubanos y dos pakistaníes.

    Ellos, al igual que los demás migrantes detenidos en Honduras, son remitidos a las oficinas del Instituto Nacional de Migración (INM) para definirles su situación migratoria.

    En 2018 (hasta inicios de julio), las autoridades registraron 1,382 migrantes detenidos, de los cuales 886 (64%) viajaron desde países asiáticos y africanos.

    “Desde que ellos ponen un pie en América se sienten en Estados Unidos. Cuando llegan a Honduras sienten que están a un paso y ven la entrada a Estados Unidos más fácil”, confirma Iván Rodríguez, un hondureño que ha entablado amistad y viajado con africanos y asiáticos en las cuatro travesías que ha realizado de manera ilegal.

    Los africanos y asiáticos, muchos de ellos practicantes del islam, indirectamente les pagan a los traficantes, llamados coyotes, un mínimo de $40,000. Esta cantidad no incluye la compra de pasaportes falsos ni boletos aéreos. Por ejemplo, algunos ciudadanos de Eritrea (la tercera nacionalidad más retenida en Honduras), además de gastar en documentación falsa, pagan aproximadamente $450 por un boleto aéreo de su capital Asmara a Jartum, Sudán; $500 de Jartum a Nairobi, Kenia; $800 de Nairobi a Dakar, Senegal; $900 de Dakar a Banjul, Gambia; y más de $5,000 de esa ciudad hasta Fortelaza o Sao Pablo (Brasil) o Panamá por un vuelo que no siempre es directo.

    A quienes entran a América por Brasil, los traficantes los transportan en autobuses o microbuses hasta Venezuela y luego los llevan a Colombia, ahí deciden si los envían a la isla caribeña de San Andrés o los mandan por otras rutas a través de Panamá, Costa Rica o Nicaragua hasta llegar a Honduras.

    “Entre los coyotes grandes y experimentados hay hondureños. Yo conozco dos que son expertos, uno vive en Houston y otro en Laredo. Desde allá dan las instrucciones a los guías o a otros coyotes y después les hacen los pagos a cuentas bancarias”, explica.

    Para “meter a los africanos y asiáticos”, los traficantes integran una red internacional que involucra a traficantes de Brasil, Perú, Ecuador, Colombia, Centroamérica y México, y todos ganan dinero.

    La trata
    La migración afectada por la trata
    Según la ONU, algunos migrantes se ven obligados a emplear los servicios de grupos delictivos, incluidos los traficantes de personas, y otros pueden caer en manos de esos grupos o convertirse en víctimas de la trata.
    “Ellos se comunican por teléfono y coordinan el transporte. La última vez, el grupo de nosotros tuvo que esperar en México a dos extranjeros que los enviaban desde Costa Rica y a quienes les estaban cobrando $25,000”. Una vez que llegan al territorio mexicano, los coyotes les compran boletos aéreos a algunos africanos y asiáticos o “los transportan en ‘buenos’ carros para no despertar sospechas” en las autoridades de México y Estados Unidos.

    “Para los centroamericanos es más fácil movernos en México porque nos podemos mezclar entre los mexicanos. A los árabes y africanos los identifican fácilmente, por eso les cobran más”, expresó al explicar la causa por la que pagan más los migrantes intercontinentales.

    Los traficantes, según el hondureño, logran embarcar a los extranjeros en vuelos comerciales internos en México, ya que les consiguen permisos de autoridades de ese país “posiblemente por pagos”.

    “La mayoría de africanos no hablan español ni inglés, solo saben decir cigarro o dinero en español, por ejemplo”, relata el hondureño, “pero yo he platicado con árabes, entre ellos algunos de Siria que hablan inglés y me han dicho que tienen familiares o amistades en Estados Unidos que pagan el dinero a los coyotes”.

    En Estados Unidos, los migrantes asiáticos, específicamente los de India, han alcanzado la prosperidad económica: “Tienen dinero, son dueños de gasolineras, tienen empresas de construcción o de servicios eléctricos” y ahora hasta pagan el traslado de los familiares.

    El 64% de migrantes detenidos en Honduras (con destino a Estados Unidos) no es de América.
    En 2008, Rodríguez salió por primera vez de San Pedro Sula abrigando la esperanza de cruzar la frontera sur sin pagar los servicios de un coyote, sin embargo, en Veracruz (México), luego de sortear “muchas dificultades”, tomó la determinación de contratar a un traficante, quien le cobró $3,700.

    Años más tarde, autoridades migratorias lo detuvieron en Nueva Orleans y lo deportaron. En 2015 regresó a México y contrató por $3,800 a otro coyote con el objeto de que lo transportara de Piedras Negras (noreste de México) a Houston.

    En las últimas dos ocasiones ha pagado $8,500 por el traslado desde San Pedro Sula hasta territorio estadounidense.

    “Cada vez están cobrando más porque hay más restricciones”, expresó. “En este negocio están metidas muchas autoridades, quizás en México y Estados Unidos. Los coyotes tienen que pagarles a algunos de ellos porque yo he visto como entra gente sin problemas”.

    Parte de los migrantes de África, Asia y también hondureños contactan a los traficantes a través de redes sociales, como Facebook, y luego negocian por llamada telefónica.

    Periodistas de LA PRENSA contactaron coyotes en Facebook y constataron que cobran entre $8,000 y $12,000, según el caso.