22/11/2024
07:40 AM

Honduras: El 63% de los mayores de 60 años no tiene una pensión

El IHSS atiende un 33% (aportaron durante 15 años) y los institutos gremiales de previsión el 4%.

    San Pedro Sula, Hoduras

    Jorge García trabajó en los barcos durante 45 años y en todo ese tiempo envió dólares para sostener a su familia. Cuando comenzó a perder las fuerzas retornó a Honduras sin sospechar que sus últimos días los viviría a la deriva y esquivando los embates de la desgracia.

    El año pasado, todavía, García recorría las calles de San Pedro Sula hurgando los barriles de basura con la desesperada necesidad de encontrar desechos de comida. En las noches, por no tener una casa y una cama, dormía en las sucias aceras o en las frías bancas del parque central.

    Hace algunos meses, cuando tenía 82 años, García, quien un día envió remesas desde los puertos donde atracaba, murió en una calle de San Pedro Sula sumido en la soledad y en la extrema pobreza.

    Los colegas, quienes de vez en cuando le regalaban dinero, le decían “Mano Quemada” por la cicatriz que le dejó un accidente sufrido en un barco carguero en sus años de juventud, cuanto era considerado uno de los mejores marinos del país.

    “De todo el sacrificio que hizo solo le quedó la marca en el brazo. La familia lo abandonó, se fueron para Estados Unidos. En Honduras nunca recibió el apoyo de ninguna institución. Aquí el Gobierno no tiene un plan para ayudar a todos los ancianos, como en otros países”, dice Carlos Osorio (72 años).

    Sistemas de pensión
    En la mayoría de países hay 2 modelos: el de Otto Von Bismarck (aporta el Gobierno, empresa y trabajador) y el de W. Beveridge (aporta solo el Gobierno).

    Osorio, quien trabajó 32 años en los barcos, entre ellos, los noruegos de Royal Caribbean Cruises, al recordar a su amigo (García) da “gracias a Dios” porque, ahora que él está en la vejez, cuenta con el apoyo de la familia para sobrellevar “una vida tranquila y sin problemas”.

    “Yo me retiré más o menos el 2001 y después, creo, el 2005 recibí el último pago de la compañía noruega porque yo aporté durante ocho años. Ahora mis hijas me ayudan. En Honduras los ancianos están desprotegidos y eso no es justo”, dice.

    Otros mayores se ven en la necesidad de vivir en un asilo por no tener una pensión.


    Sistema

    La población de adultos mayores (arriba de 60 años), de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), asciende a 770,905 (8% de la población) y de ese conjunto solo 252,886 (el 33%) reciben una pensión por vejez de parte del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS).

    El año anterior, el IHSS, según el Informe de Resultados por Gestión 2014-2017, pagó a los pensionados por vejez la suma de L838,247,966: L3,314 en promedio anual por persona, una cantidad que resulta exigua frente al precio (mensual per cápita) de la canasta básica de alimentos, cuantificada en junio en L1,673.21 por la Dirección general de Salarios de la Secretaría del Trabajo.

    Quienes reciben estas pensiones son las personas que durante muchos años trabajaron en empresas privadas (y aportaron 180 cuotas (15 años de aportaciones, como mínimo) y al llegar a los 60 años las mujeres y 65 los hombres se retiraron de la vida productiva formal.

    Sin embargo, no todas las personas alcanzan esa edad laborando en una empresa para obtener el beneficio. Algunas han perdido el trabajo antes y se han quedado excluidas del sistema.

    “Yo trabajé 19 años en una empacadora y después me quedé sin trabajo. Ahora tengo que trabajar en bienes raíces para vivir. No tengo ningún tipo de pensión. Mis hijos también me apoyan y eso es una ventaja”, dice Adolfo Suárez, quien ocasionalmente llega por un café al centro comercial Pasaje Valle.

    Con 75 años, Suárez se siente, a diferencia de otros, “fuerte físicamente para seguir trabajando y no sufrir por no contar con una pensión”. “Yo conozco gente que sufre. Tiene menos años que yo y ya no tiene fuerzas. Los hijos no los ayudan, el Gobierno no los apoya y no tienen dinero porque nunca ahorraron”, dice.

    Mientras Suárez puede comprar un café con el dinero que le dan sus hijos, Marciano Rodríguez Perdomo, originario de Colinas, Santa Bárbara y residente en Villanueva, es obligado por el hambre a pedir en las calles.

    “Yo ahorita ando sin comer, no he comido nada. Yo busco trabajo y no me dan porque ya estoy anciano. Trabajé en la Municipalidad (de San Pedro Sula) cuando Larios Silva, pero me sacaron porque me enfermé”, dijo Rodríguez Perdomo mientras caminaba por la Tercera Avenida con un bote plástico vacío en sus manos porque ninguna persona le había dado dinero.

    Este octagenario, que no tiene esposa, hermanos, ni hijos, portaba una “patente de mendicidad” emitida por el juez del departamento de Justicia Municipal de Villanueva para pedir limosna legalmente en vista de que no cuenta con una pensión.

    Marciano Rodríguez, originario de Colinas, camina por las calles de San Pedro Sula pidiendo dinero con una patente de mendicidad.

    Institutos

    Por orden constitucional (artículo 142), el IHSS es la entidad responsable de dar protección social a los ancianos, no obstante, dentro del sistema estatal operan otras instituciones de previsión para cubrir a empleados públicos.

    El Instituto Nacional de Previsión del Magisterio (Inprema) pensiona a 16,371 personas, el Instituto Nacional de Jubilaciones y Pensiones de los Empleados y Funcionarios Públicos (Injupemp) a 14,416; el Instituto de Previsión Social de los Empleados de la UNAH (Inpreunah) a 1,410 miembros y el Instituto de Previsión Militar (IPM) a 1,918 (entre jubilados y retirados), según informes de cada entidad. Fuera del sistema público opera de forma privada el Instituto de Previsión Social del Periodista (IPP) que pensiona a 33 mayores de 65 años.

    AFP

    Para cubrir el vacío estatal, al amparo de la antigua Ley del Régimen Opcional Complementario para La Administración de Fondos Privados de Pensiones (aprobada en 2002), surgieron en las últimas dos décadas tres entidades mercantiles, conocidas como Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).

    El Banco Central de Honduras (BCH) autorizó a AFP Atlántida (en 2003), FICOHSA Pensiones, (2014) y BAC Pensiones (2016). Las tres, de acuerdo con balances enviados a Diario LA PRENSA por la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS), poseen un capital que supera los L950 millones.

    En 2017, AFP Atlántida, la más antigua y más grande, captó de sus afiliados (en edad productiva) L1,462 millones en el fondo de moneda nacional y $34 millones en el fondo de moneda extranjera. Registró un crecimiento del 20.5% y 11.1% respecto a 2016.

    Los ancianos más pobres podrán acogerse al Régimen del Piso de Protección

    Los pobres mayores de 60 años que no aportaron al IHSS, a institutos de previsión ni a las AFP podrán, dentro de poco, gozar de una pensión.

    German Leitzelar, miembro de la Comisión Interventora del IHSS, dice que el nuevo sistema “protegerá a todas las personas que se encuentran fuera” por medio del Régimen del Piso de Protección Social.

    El Régimen del Piso (que no es contributivo) más los regímenes de previsión social, atención de salud, riesgos profesionales y cobertura laboral integran el nuevo sistema contenido en la Ley Marco de Protección Social.

    “Para llegar allí es necesario la creación de leyes que se han propuesto, además de la Ley Marco de Protección Social (2015), la Ley del Seguro Social, la Ley de Administradoras de Fondos y Pensiones y la Ley de Riesgo de Accidentes de Tránsito (...)”, advierte

    “El sistema nuestro ha tenido dos limitaciones: ha tenido techo en las cotizaciones (...) y no ha sido universal, solo ha cotizado el que trabaja y aún los que trabajan de manera independiente no han estado dentro del régimen”, explica. Leitzelar espera que con la instauración del nuevo sistema Honduras “logre un régimen unitario y universal que incorpore a toda la población”.

    “En Honduras tenemos un sistema basado en el modelo de Bismarck, que es solidario y tiene participación tripartita: gobierno, sector empresarial y laboral”, dice.