Tegucigalpa, Honduras.
Un programa de donación de zapatos fue parte del inicio de los tropiezos legales de la ex primera dama Rosa Elena Bonilla de Lobo, quien hoy se encuentra en el banquillo de los acusados al ser señalada de liderar una red de blanqueo de capitales del erario.
Falsificación de documentos, contrataciones ficticias y adquisiciones sobrevaloradas de calzado para escolares son irregularidades detectadas en investigaciones que realizó el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) y el Tribunal Superior de Cuentas (TSC), que se convirtieron en huellas que siguió el Ministerio Público para acusar a la ex primera dama (2010-2014) de delitos de corrupción.
Rosa Bonilla de Lobo es esposa del expresidente Porfirio Lobo (2010-2014).
De acuerdo con un informe del CNA, el Despacho de la primera dama recibió en 2013, por solicitud de Rosa Elena Bonilla de Lobo, 20 millones de lempiras del Patronato Nacional de la Infancia para financiar el programa Uniformado y calzando los niños de Honduras.
El Despacho erogó los 20 millones de lempiras que se le asignaron para la ejecución de ese programa gubernamental al contratar a supuestos zapateros, según el CNA.
No obstante, a cada zapatero contratado se le hizo firmar dos convenios, en uno se consignaba el valor que realmente se les pagó y en otro una cifra superior, esta última fue la que se usó para la liquidación.
El CNA indicó en su informe que el daño patrimonial por la sobrevaloración fue de L6.9 millones, ya que el valor real de los zapatos era de L13 millones y no de L20 millones.
El CNA presentó un informe al
Ministerio Público con los hallazgos de la sobrevaloración en 2016.
Por su parte, el TSC también hizo una auditoría sobre la ejecución del programa antes mencionado, en la que encontró que el Despacho de la Primera Dama pagó en 2010 un total L7.7 millones para la compra de 42,100 pares de zapatos que debieron ser adquiridos mediante licitación pública, pero esa oficina los compró de forma directa con proceso de tres cotizaciones.
Este hallazgo consta en el informe 004-2013-DASS-PRAF-B que se desprende de una auditoría financiera y de cumplimiento legal practicado al Praf, que abarca del primero de enero de 2010 al 31 de diciembre de 2012.
El TSC también encontró que “no se obtuvo por parte de las autoridades del Despacho de la Primera Dama la documentación que evidencia la entrega del calzado a los niños y niñas del país, por lo que se desconoce si las compras realizadas llegaron a los beneficiarios del calzado”, establece la auditoría.
La ex primera dama y su cuñado, Mauricio Mora, son acusados por la Unidad Fiscal Especial contra la Impunidad de la Corrupción del MP de nueve delitos de malversación de caudales públicos, lavado de dinero y asociación ilícita. De acuerdo con la acusación, Bonilla de Lobo transfirió 12 millones de lempiras de la cuenta del Despacho a una cuenta personal y luego usó esos fondos para gastos personales. El caso es conocido como la “Caja chica de la dama”. En la audiencia inicial, la semana pasada, comparecieron supuestos zapateros que indicaron que del Despacho de la Primera Dama se les buscó para firmar contratos ficticios de fabricación de zapatos.
Un programa de donación de zapatos fue parte del inicio de los tropiezos legales de la ex primera dama Rosa Elena Bonilla de Lobo, quien hoy se encuentra en el banquillo de los acusados al ser señalada de liderar una red de blanqueo de capitales del erario.
Falsificación de documentos, contrataciones ficticias y adquisiciones sobrevaloradas de calzado para escolares son irregularidades detectadas en investigaciones que realizó el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) y el Tribunal Superior de Cuentas (TSC), que se convirtieron en huellas que siguió el Ministerio Público para acusar a la ex primera dama (2010-2014) de delitos de corrupción.
Rosa Bonilla de Lobo es esposa del expresidente Porfirio Lobo (2010-2014).
De acuerdo con un informe del CNA, el Despacho de la primera dama recibió en 2013, por solicitud de Rosa Elena Bonilla de Lobo, 20 millones de lempiras del Patronato Nacional de la Infancia para financiar el programa Uniformado y calzando los niños de Honduras.
El Despacho erogó los 20 millones de lempiras que se le asignaron para la ejecución de ese programa gubernamental al contratar a supuestos zapateros, según el CNA.
No obstante, a cada zapatero contratado se le hizo firmar dos convenios, en uno se consignaba el valor que realmente se les pagó y en otro una cifra superior, esta última fue la que se usó para la liquidación.
El CNA indicó en su informe que el daño patrimonial por la sobrevaloración fue de L6.9 millones, ya que el valor real de los zapatos era de L13 millones y no de L20 millones.
Hoy se dará la resolución judicial.
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Por su parte, el TSC también hizo una auditoría sobre la ejecución del programa antes mencionado, en la que encontró que el Despacho de la Primera Dama pagó en 2010 un total L7.7 millones para la compra de 42,100 pares de zapatos que debieron ser adquiridos mediante licitación pública, pero esa oficina los compró de forma directa con proceso de tres cotizaciones.
Este hallazgo consta en el informe 004-2013-DASS-PRAF-B que se desprende de una auditoría financiera y de cumplimiento legal practicado al Praf, que abarca del primero de enero de 2010 al 31 de diciembre de 2012.
El TSC también encontró que “no se obtuvo por parte de las autoridades del Despacho de la Primera Dama la documentación que evidencia la entrega del calzado a los niños y niñas del país, por lo que se desconoce si las compras realizadas llegaron a los beneficiarios del calzado”, establece la auditoría.
La ex primera dama y su cuñado, Mauricio Mora, son acusados por la Unidad Fiscal Especial contra la Impunidad de la Corrupción del MP de nueve delitos de malversación de caudales públicos, lavado de dinero y asociación ilícita. De acuerdo con la acusación, Bonilla de Lobo transfirió 12 millones de lempiras de la cuenta del Despacho a una cuenta personal y luego usó esos fondos para gastos personales. El caso es conocido como la “Caja chica de la dama”. En la audiencia inicial, la semana pasada, comparecieron supuestos zapateros que indicaron que del Despacho de la Primera Dama se les buscó para firmar contratos ficticios de fabricación de zapatos.